Los días más oscuros de Sebastián Moreno
Choqueado, en cuarentena, en medio de un grave lío con Turner y con fecha de salida clara. Así han sido las últimas jornadas del presidente de la ANFP, arrasado por una rebelión que no vio venir y que le dobló la mano.
Día martes 12 de mayo. 9 AM. Reunión clave de la comisión CDF. Poco a poco, sus integrantes comienzan a conectarse a través de Zoom: Felipe Muñoz (Rangers), Juan Tagle (Universidad Católica), Victoriano Cerda (Huachipato), Eduardo Olivares (Unión San Felipe) y Mario Conca (Universidad de Chile). Sin embargo, el anfitrión de la cita virtual, un funcionario de la ANFP, los deja en espera por casi 10 minutos. ¿La razón? Sebastián Moreno, presidente del fútbol chileno, aún no está listo. Luego de ese breve lapso, por fin comienza la sesión, pero el timonel sigue sin dar señales de vida.
Cinco minutos después se incorpora Marcos Kaplún, el único director que le queda en ejercicio al mandamás. El empresario justifica su retraso en los permisos temporales que le sacó a sus secretarias, para que realizaran trámites bancarios y notariales en el centro de Santiago. Hasta que, finalmente, aparece Moreno. Ahora, el grupo está completo. Ya no falta nadie.
No obstante, un hecho llama la atención. Todos tienen sus cámaras activas, excepto el renunciado presidente de la sede de Quilín. A varios les parece extraño, porque en otras oportunidades siempre se dejó ver. Otros prefieren atribuirlo a un problema con la velocidad de su internet. “Quizás por eso apagó la cámara, ya que había tenido problemas con la conexión el día anterior”, advierte un testigo.
Donde todos los consultados por este medio coinciden es en que Moreno no contribuyó demasiado a dicha junta. “Habló en un par de ocasiones para intentar explicar por qué negoció con Turner sin informarle a nadie, pero la verdad es que sus intervenciones dejaron mucho que desear”, dice uno de los presentes. “Su participación en esa reunión no fue la ideal, por decirlo de alguna manera”, agrega otro.
Los últimos días del abogado han sido complejos, admiten sus colaboradores más estrechos. Las sucesivas renuncias lo dejaron prácticamente solo en el edificio de Peñalolén, con apenas un miembro de su directorio acompañándolo, y no para apoyarlo, sino que para convencerlo de renunciar a su cargo, ya que la situación era insostenible. Los clubes que lo apoyaron y que lo llevaron a triunfar hace un año y medio frente a Jorge Uauy, se volvieron, de pronto, en sus principales enemigos. Una rebelión que terminó por doblarle la mano. Lo acusaron de no respetar las normas, de incumplir su programa, de falta de liderazgo y también de comunicación. Críticas que también se repiten de parte de sus exdirectores. “Quiso hacer todo él, le faltó generar un equipo de confianza”, admiten. Por eso, su ciclo tiene fecha de salida: 31 de julio.
El intempestivo fin de su período le pegó fuertemente al abogado. “No es la misma persona que era hace dos meses, es cosa de conversar con él, está muy choqueado”, admite un alto cargo de la ANFP. La dura carta que le envió Jorge Carey, presidente ejecutivo de Turner, terminó por sepultarlo completamente. En ella, el responsable del CDF le manifestaba su desconcierto ante su intención de comenzar una nueva negociación, cuando en febrero pasado ambas partas redactaron un Memorándum de Acuerdo para que la ANFP indemnizara a la señal.
En la reunión del martes, Moreno intentó bajarle el perfil a sus acciones. “Dijo que como el Memorándum no estaba firmado, la situación no era grave. Es decir, no entiende que el trasfondo del asunto es que le reconoció al CDF que la ANFP incumplió el contrato. Y que no avisarle a su directorio ni a los clubes es imperdonable”, apunta un conocedor del conflicto.
Su suerte estaba echada. El 7 de mayo renunció verbalmente ante cuatro representantes de los clubes opositores, con su único director, Kaplún, como garante de su salida. “A mí lo que más me interesa es el futuro de la actividad. Mi compromiso es con el fútbol y así lo he demostrado. Si me quedé hasta el final no fue para ser un soporte de Moreno, como se ha dicho, sino para buscarle una solución rápida y ordenada al problema, por el bien de la industria. Sebastián entendió que tenía que presentar su renuncia y así lo manifestó”, sostiene el empresario, uno de las pocas personas que mantiene comunicación directa con el presidente.
“He conversado bastante con Sebastián. Me tocó acompañarlo en las reuniones que tuvo con los cuatro miembros de la oposición. Puedo confirmar que él va a renunciar, porque así lo dijo. Además, tiene un compromiso conmigo. Lo que no he podido entender es cómo la gente que lo eligió se volvió tan en contra de él. Nadie me da una respuesta convincente. Sebastián tampoco lo entiende”, agrega.
Días después de conocerse que dejaría Quilín, el timonel intentó buscar explicaciones a su intempestiva caída. Llamó a varios presidentes. A algunos, incluso, bien entrada la noche. Uno de ellos fue Jorge Salazar, de Deportes Valdivia. El timonel del Torreón reconoce el llamado, pero evita referirse a su contenido. “Lo importante es mirar al futuro, buscar puntos de acuerdo y avanzar”, reflexiona.
Adiós al CDF
Más allá de las diferencias de pensamiento entre los distintos grupos de clubes, todos están de acuerdo en que Moreno tiene que irse. Había un acuerdo unánime entre los 33 clubes, pero tras la carta de Carey la rebelión exigió que Moreno se tomara licencia y no tuviera facultades hasta el día de su salida. El grupo de la gobernabilidad, donde están los equipos grandes, cuyos voceros son Tagle y Rafael González (Santiago Wanderers) no aceptó.
La misiva del ejecutivo de Turner, más la criticada participación de Moreno en la reunión del martes, que terminó a eso de las 10.30, hizo que la comisión decidiera expulsarlo del grupo. La medida también afectó a Kaplún. De hecho, fue el empresario quien le comunicó al timonel que ya no formarían parte del comité. Ambos lo aceptaron sin regañadientes.
Sin embargo, la rebelión no quedó conforme e insistió en limitarle sus facultades todavía más. Los de la gobernabilidad se opusieron y así fue como el acuerdo que habían alcanzado se derrumbó en apenas unas horas. Los clubes que querían fuera de inmediato al presidente apuntaron sus dardos al rol de Tagle, señalándolo como el principal sostén de la máxima autoridad del fútbol chileno. “Me llama la atención que Juan Tagle aceptara que Moreno no siguiera en la comisión CDF, en la que él participa, pero, a su vez, lo respalde para que siga conduciendo la ANFP hasta la supuesta fecha de las elecciones. ¿No es contradictorio?”, dijo Raúl Delgado, mandamás de San Felipe.
Consultado por este medio, Tagle explicó el papel que ha desempeñado en la crisis: “Como club no buscamos tener un rol protagónico. Simplemente somos uno de muchos clubes, muy importantes todos, que lo único que buscamos es mantener una institucionalidad clara, con un proceso de transición ordenado, respetando los estatutos, con un Presidente y un Directorio. Mi posición siempre ha sido informada y aprobada por el directorio de Cruzados. No tengo yo ni el directorio otro interés que no sea el bien del fútbol chileno, cuidando su imagen en momentos muy sensibles para nuestra actividad, por la suspensión del torneo”.
Pese a estar en el aire, Moreno ha continuado yendo a la ANFP. Eso sí, desde el viernes recién pasado que no puede hacerlo, ya que se encuentra en aislamiento preventivo, debido a que tres funcionarios administrativos de Quilín dieron positivo por Covid-19, uno de ellos muy cercano a él. Son los días más oscuros del presidente del fútbol chileno.
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