Los diez mejores 10 del fútbol chileno
Grandes jugadores, nacionales y extranjeros, han dejado una huella imborrable por su talento en la posición de enganche en las canchas chilenas.
Como todo en la vida, el fútbol también tiene movimiento. Las estrategias y estilo de juego van cambiando con el paso del tiempo, gracias a los estudios tácticos y a la evolución física de los jugadores. El “10”, aquella posición envuelta de romanticismo por el talento y la habilidad psicomotriz de quienes lo ejecutan, está en extinción. Aquí, un repaso por los mejores jugadores en ese rol que han pasado por las canchas nacionales.
Rubén Marcos: El Siete Pulmones
Rubén Marcos fue el cofre dorado del Ballet Azul en la década de los 60. El exmediocampista de Universidad de Chile tuvo una exitosa carrera, donde consiguió cinco títulos de Primera División con el equipo laico y capturó la atención y halagos del mundo futbolístico. Su polifuncionalidad en el campo de juego lo convirtió en un jugador único. Visión de juego, técnica, control de balón, juego aéreo; todas estas cualidades poseía Rubén, quien también brilló en la Roja, siendo el más destacado en las Clasificatorias para el Mundial de Inglaterra 1966 y de la Copa América de 1967. En Universidad de Chile disputó 254 partidos y marcó 110 tantos. En la cita mundialista de 1966 jugó los tres partidos de la fase grupal y anotó dos goles.
Chamaco Valdés, el hombre récord
La carrera de Francisco Valdés en el fútbol chileno fue histórica. Se desempeñaba como volante, pero durante décadas mantuvo el récord como máximo goleador del torneo nacional con 215 tantos, marca que batió el albo Esteban Paredes en 2019. Chamaco debutó en Colo Colo en 1961, club con el que jugó 13 temporadas. Se retiró en Audax Italiano en 1983. Con la Roja jugó dos copas del mundo; Inglaterra 1966 y Alemania 1974. Con el Cacique disputó 354 partidos, en los que anotó 179 goles. Fue parte del plantel que llegó a la final de la Copa Libertadores en 1973, año en que fue elegido el mejor deportista del fútbol profesional del país.
Jorge Aravena, el Mortero
La zurda de Aravena era mortal. Cada tiro libre se convertía en una gran posibilidad de gol para su equipo. El mediocampista chileno que más goles anotó en un año calendario (58, en 1983) se transformó, gracias a su gran pegada, en el volante más goleador de la historia de la Roja (fue destronado por Arturo Vidal) con 22 goles. Inició su carrera en 1976. Fue campeón con Universidad Católica, Puebla (México) y obtuvo una Copa Chile con Unión Española (1992). Se retiró en Audax Italiano, en 1993.
Jorge Valdivia, El Mago
La primera aparición de Jorge Valdivia en las canchas de la Primera División del fútbol nacional fue en 2003, cuando debutó en Universidad de Concepción. Su técnica superior captó de inmediato la atención de los aficionados. Con el Campanil disputó 30 partidos, anotó siete goles y aportó con diez asistencias, todo en su primera temporada. Tras breves pasos por el Rayo Vallecano de España y el Servette de Suiza, el volante llegó a Colo Colo en 2005 para formar parte de un equipo histórico junto a Matías Fernández, Alexis Sánchez y Humberto Suazo. Su calidad se veía reforzada por sus compañeros en el plantel que dirigía Claudio Borghi. Donde brilló en base a jugadas mágicas, como aquella finta que hizo sufrir a Palestino (ver video) y asistencias fantásticas.
Enrique Hormazábal, el histórico Cua cuá
El nombre de Enrique Hormazábal forma por si solo un capítulo único de la historia del fútbol nacional. El chileno, estrella del deporte en la década de los 50′, era considerado como el mejor futbolista de aquellos años. El ídolo de Chamaco Valdés y Sergio Navarro debutó por Santiago Morning en 1948. Su fama se hizo mayor cuando llegó a Colo Colo en 1956, club donde fue tres veces campeón del Campeonato Nacional (1956, 1969 y 1963) y una de la Copa Chile (1958). Con los albos jugó 178 encuentros y marcó 85 goles. Su temperamento y picardía lo hacían un jugador especial, sumado a su talento innato y su gran habilidad para dar pases largos con una precisión inigualable, lo llevaron al estrellato en el país. Con la Roja jugó 43 partidos y marcó 17 goles, siendo el máximo goleador de la Selección hasta 1965, cuando fue destronado por Leonel Sánchez.
Néstor Gorosito, una estrella en San Carlos
Pipo Gorosito debutó en River Plate en 1986. Con Los Millonarios fue campeón de la Copa Libertadores en 1986. Luego jugó dos periodos en San Lorenzo, donde es ídolo, y uno en el Swarovski Tirol, de Austria. En 1994 llegó a Universidad Católica donde hizo una inolvidable dupla con Alberto Acosta. En aquel año fue campeón con los cruzados de la Copa Interamericana y fue distinguido como el mejor jugador del fútbol chileno. A pesar de los subcampeonatos nacionales de 1994 y 1995 con la UC, el argentino se lució en las canchas nacionales, lo que le valió ser considerado como uno de los mayores ídolos del equipo universitario.
Claudio Borghi, un campeón del mundo en las canchas chilenas
Cuando el campeón del mundo con Argentina en México 1986 fichó en Colo Colo (1992) se revolucionó el panorama local. El fútbol chileno de los años 90, que contó con varias figuras importantes como Marcelo Espina, Leonardo Rodríguez, Néstor Gorosito, Alberto Acosta, Marcelo Salas, entre otros, recibía a otra estrella. Claudio Borghi, quien se inició en Argentinos Juniors y jugó en equipos como el Milan, River Plate y Flamengo, demostró toda su capacidad en las canchas nacionales. Mayor aún fue la sorpresa cuando, tras otro paso por Argentina y México, decidió volver a Chile para finalizar su carrera. El especialista de la rabona jugó en O’Higgins (1995), Audax Italiano (1996) y se retiró en Santiago Wanderers (1998).
Matías Fernández, la ilusión del hincha albo
Matías Fernández debutó por Colo Colo en 2003 pero no fue hasta el año 2005 donde comenzó a acaparar todas las miradas de los hinchas nacionales. Su destreza y habilidad con el balón lo convirtieron inmediatamente en la figura indiscutida del fútbol chileno. Cada gol, regate y asistencia eran oro puro. En su primera etapa con el equipo albo disputó 55 partidos, marcó 39 tantos y realizó 13 asistencias. Logró el bicampeonato en 2006 y el mismo año cayó junto a su equipo en la final de la Copa Sudamericana. Ese año fue elegido como el mejor jugador de Sudamérica y fue transferido el Villarreal, que dirigía Manuel Pellegrini. Desde afuera se veía a un jugador sin techo, que demostraba capacidades como para meterse fácilmente entre los mejores del mundo, sin embargo, su extensa carrera internacional, en equipos como Sporting de Lisboa, Fiorentina y Milan, no lograron satisfacer del todo las expectativas de los aficionados.
Leonardo Rodríguez, el Rey León
El talentoso volante argentino Leonardo Rodríguez pasó del Borussia Dortmund de Alemania para jugar por la Universidad de Chile en 1995, donde dejó un legado. El futbolista trasandino se lució en el equipo laico, no solo con su fortaleza, su encare, su habilidad para pasar el balón entre líneas o sus goles, sino que con títulos. En sus dos periodos en el equipo azul obtuvo tres campeonatos nacionales (1995, 1999 y 2000), además de dos Copa Chile (1998 y 2000). Fue el mejor jugador de la Copa América de 1991 (Chile), donde se coronó campeón, tal como en 1993 (Ecuador) y de la Copa Confederaciones (1992).
Jaime Riveros, la Liebre
El exvolante Jaime Riveros es un ícono del fútbol chileno. Su excelente zurda lo convirtió en uno de los goleadores históricos del torneo nacional, con 204 tantos y 417 asistencias en los diez clubes que defendió (nueve nacionales y uno extranjero, Deportivo Cali en 2005). Bien lo recuerdan en la Quinta Región, donde logró dos recordados campeonatos nacionales; con Santiago Wanderers (2001), donde fue elegido el futbolista del año en el país, y con Everton (2008). En el Torneo de Apertura de 2004, el mediocampista marcó 21 goles en 15 partidos consecutivos, quedándose con un récord que aún sostiene.
José Luis Sierra, leyenda de Unión Española y Colo Colo
Otra zurda mágica del fútbol nacional. Coto Sierra debutó en Unión Española en 1988, club donde brilló por su calidad y donde obtuvo un campeonato nacional (2005) y dos Copa Chile (1992 y 1993). Tras jugar una temporada en Sao Paulo (1994-1995), recaló en Colo Colo, club donde fue ídolo gracias a su juego y sus títulos (campeonatos nacionales de 1996, 1997 y 1998). En el Mundial de Francia 1998 le mostró al mundo su gran pegada con un golazo de tiro libre ante Camerún. El Coto se retiró en Unión Española en 2009, no sin antes sacar campeón al equipo que lo formó en el Torneo de Apertura de 2005.
*Bonus
Manuel Rojas, la llave dorada de Palestino
La excelente calidad técnica e inteligencia de Manuel Rojas (1954) fue crucial para Palestino en sus buenas campañas en la segunda mitad de la década de los 70’. Manny, como era apodado por sus colegas, fue campeón con el club árabe en la Copa Chile de 1975 y de la Primera División de 1978. Entre esos títulos viajó a México a jugar por el América, donde se quedó con el título azteca en 1976. Por la Roja jugó 28 encuentros. Fue finalista de la Copa América de 1979 y disputó el Mundial de España 1982. Su carrera finalizó en Chicago Sting (Estados Unidos) en 1988.
Diego Buonanotte, el Enano
El argentino Diego Buonanotte debutó en River Plate (2006), jugó en Málaga, Granada, Pachuca, Quilmes y AEK Atenas antes de fichar por Universidad Católica en 2016. El Enano llegó al equipo cruzado para ser campeón, cuestión que logró no solo una vez, sino cinco (tres campeonatos nacionales y dos Supercopa). Con la UC ha jugado 121 encuentros, donde ha realizado 30 goles y 26 asistencias. El mediocampista de 1,61 metros destaca por su técnica y su habilidad para regatear y confundir a rivales, transformándose en una de las piezas clave del equipo chileno más ganador de los últimos años.
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