Los ejemplos en los que se mira el Chino
Muster volvió sin éxito a los 42 años y Karlovic es el campeón más longevo.
Un caso similar al de Marcelo Ríos protagonizó Thomas Muster. Tras retirarse en 1999 del tenis profesional, el ex número uno del mundo decidió retornar al circuito en 2010, a los 42 años.
En total, disputó 27 partidos, 24 en torneos challenger y tres en ATP. Solo ganó dos: a Leonardo Mayer, en Todi, y a Borut Puc, en Ljubljana. Su mánager, Herwig Straka, cuenta las dificultades que supuso para el austriaco adaptarse a los cambios que experimentó el tenis durante su tiempo en el retiro.
"Para Thomas fue un gran cambio. Se dio cuenta de que el circuito se había transformado; la velocidad del juego, las pelotas, las canchas, el físico de los jugadores, el uso de tecnología, todo era distinto. Le tomó casi un año hacer los ajustes en su juego para empezar a ganar algunos partidos. Para Marcelo será muy importante el tono físico en que llegue", expresa el agente.
El retorno del campeón de Roland Garros de 1995 duró poco más de un año, ya que, a fines de 2011, con 44 años, disputó su último partido en el Challenger de Salzburgo. Una semana antes jugó el ATP de Viena, donde cayó en sets corridos ante su compatriota 26 años menor, Dominic Thiem, hoy 8º del mundo y próximo rival de Chile en la Copa Davis en febrero.
Para Straka, el solo nombre es un factor que puede ayudar a Ríos. "Tiene la ventaja del nombre y de la experiencia. El circuito challenger lo habitan muchos jugadores sudamericanos, donde Marcelo es una gran figura, por lo que lo conocen muy bien y a la vez es intimidante para gente joven que está luchando por crecer en el circuito", explica.
En caso de ganar un challenger, Ríos rompería los registros. El récord de mayor longevidad hoy lo ostenta el croata Ivo Karlovic, quien, en octubre, con 39 años se tituló campeón en el Challenger de Calgary. El mismo Karlovic posee la plusmarca en la categoría ATP, ya que en 2016 se consagró en el 250 de Newport, cuando sumana 37 años y cinco meses. Un registro que tiene al alcance de la mano Roger Federer, que arrancará 2019 con esa misma edad. En cuanto a Grand Slams, el australiano Ken Rosewall ganó el Abierto de Australia en 1970 con 37 años y, después, alcanzó la final de Wimbledon en 1974 con 40.
En otros intentos de regreso sobresale el de Bjorn Borg. El sueco, quien se retiró repentinamente en 1982, con 26 años, volvió sin éxito nueve temporadas más tarde. Entre 1991 y 1993 disputó 12 partidos de nivel ATP, donde no consiguió victorias y apenas se adjudicó tres sets hasta volver a colgar la raqueta.
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