Los entretelones detrás del día en que la Roja fue por Gustavo Alfaro antes de fichar a Ricardo Gareca

Hay decisiones que, miradas en perspectiva, pudieron cambiar el rumbo de un proyecto. Descartes o elecciones que se confunden con el paso del tiempo y cuya deriva se decanta en un hecho consumado. Una afirmación que bien se puede aplicar a la elección del último técnico de la Selección Chilena.

El 24 de enero del año pasado, la ANFP oficializó la llegada del argentino Ricardo Gareca como el nuevo seleccionador nacional. Después de varias semanas de negociaciones, ambas partes llegaron a un acuerdo total para comenzar el nuevo proceso.

El organismo ofreció al transandino un salario de US$ 2,8 millones anuales, un contrato que tiene como primera fecha límite el fin de las Eliminatorias Sudamericanas. Compromiso que se renovará automáticamente si Chile consigue la clasificación a la cita global que organizarán Estados Unidos, México y Canadá en 2026.

Sin embargo, la definición final llegó tras varias conversaciones con otros candidatos. Días antes de asegurar al Tigre, la federación chilena ya había sostenido otras tratativas, como las que se llevaron a cabo con Gabriel Milito, quien luego aceptó la oferta de Atlético Mineiro de Brasil, cuadro que a la postre fue finalista de la Copa Libertadores 2024.

No fue el único. Otros aspirantes pasaron por la agenda del órgano rector del fútbol chileno. Postulantes con variados currículos, algunos con pasos por selecciones sudamericanas como Gustavo Alfaro, el gran arquitecto del renacer del próximo rival de la Roja en las Eliminatorias Sudamericanas.

Lo cierto es que Alfaro ya estaba en el radar de Quilín. Sobre todo, después de que el exentrenador de Quilmes y Boca Juniors clasificara al equipo nacional de Ecuador al Mundial de Qatar 2022, proceso que de alguna manera se vio empañado por las acusaciones contra el lateral Byron Castillo, cuyo pasaporte tenía documentación falsa.

En la cita planetaria, la Tri no pudo avanzar a la segunda después de sumar cuatro empates en el Grupo A de la competición, producto de la victoria ante la selección local, empate frente a Países Bajos y la derrota ante el equipo de Senegal. Días más tarde, la segunda semana de enero de 2023, el oriundo de Rafaela decidió renunciar al cargo como DT del Guayas.

Una cesantía que solo terminó a inicios de noviembre de ese mismo año, cuando definió su incorporación al equipo nacional de Costa Rica. Dato no menor, ya que un par de semanas más tarde Eduardo Berizzo claudicó en su afán de llevar a la Roja a la Copa del Mundo.

Tras la partida del Toto, la ANFP se tomó el tiempo para elegir al sucesor. Recibió credenciales, llamados de representantes, discutió perfiles, sondeó potenciales postulantes y se comunicó directamente con algunos de ellos. Precisamente, Alfaro fue uno de esos aspirantes a los cuales sondeó la federación chilena.

“Nosotros hablamos con Gustavo Alfaro, era uno de nuestros candidatos a la banca de la selección nacional, analizamos su currículo y cumplía con las características que precisábamos. Sin embargo, estaba en Costa Rica y nos dijeron que no saldría. Definimos el tema a favor de Ricardo Gareca”, advierten a El Deportivo desde el organismo que rige al fútbol chileno.

A pesar de que había asumido hace menos de dos meses como entrenador de los Ticos, el argentino estaba dispuesto a asumir el desafío que le imponía Chile. Es más, cercanos al adiestrador argentino confirman a La Tercera que no existía impedimento económico para que abandonara Centroamérica.

“Hablaron con él (Gustavo Alfaro) cuando estaba en Costa Rica. Le gustaba la idea de dirigir a Chile, encontraba que era un buen proyecto deportivo. Incluso, en su contrato tenía una cláusula en la que podía dejar al equipo cuando quisiera, sin siquiera pagar por esa libertad de acción. La verdad es que estaba todo allanado, es más, lo había conversado hasta con su familia. Pero, finalmente, los dirigentes optaron por contratar a otro de los postulantes y ahí acabó todo”, explica un cercano a Alfaro.

El ciclo del rafaelino en el La Sele duró solo 11 partidos. Tal como confirma cercanos al entrenador, Alfaro no tuvo reparos de ningún tipo para tomar otro rumbo y firmar con Paraguay, menos de una semana después de que Chile se decidiera por Gareca. Y es que después de seis fechas de Eliminatorias y dos técnicos: Guillermo Barros Schelotto y Daniel Garnero, la Albirroja solo sumaba 5 puntos con una victoria, dos empates y tres derrotas.

Cambio de aire que dio un verdadero golpe de timón en el equipo guaraní que, con Alfaro en la banca, aún no pierde por Eliminatorias Sudamericanas desde hace casi año y medio, desde el 22 de noviembre de 2023, cuando cayó 1-0 con Colombia en Asunción. Con el rafaelino, el equipo suma tres victorias y tres empates. Un rendimiento de un 67% que tiene al equipo en el sexto puesto, con 17 puntos, ocho unidades más que la Roja. No solo números, porque ya se impuso a Argentina y Brasil, además de un empate sin goles ante el Uruguay de Marcelo Bielsa, en Montevideo. Así también sacó una paridad sin goles en Ecuador y dominó a Bolivia en El Alto (4.100 m de altitud) a pesar de empatar 2-2.