Roberto Tobar tuvo errores que darán que hablar por mucho tiempo. Dejó un arbitraje temeroso, en el que sancionó con falta cada contacto y demoró la continuidad del juego.
Sancionó con segunda amarilla a Gabriel Jesus, y lo expulsó, por llegar tarde a la disputa del balón. Absolutamente desproporcionado.
Y su guinda fue el penal de Zambrano. Con revisión del VAR, además. Una situación de hombro con hombro y Everton que se deja caer. Cero sentido futbolístico.
El arbitraje en esta Copa no sumó, restó. EL VAR fue lo peor del torneo.