Los factores que llevaron a Christian Garin a cambiar de entrenador por decimocuarta vez
Menos de seis meses pasaron para que el número dos del país despidiera a Pepe Vendrell, repitiendo una historia que se ha hecho constante a lo largo de su carrera.
Trust the process (confía en el proceso). Esta célebre frase, patentada por los Philadelphia Sixers para impulsar su renacer deportivo en la NBA a mediados de la década pasada, es una máxima que Christian Garin ha acuñado como suya durante los últimos años, con el fin de explicar su propio camino en el tenis. Sin embargo, a la luz de los hechos y desde el punto de vista de sus constantes cambios de entrenador, termina siendo algo contradictoria. Hoy nuevamente está en una situación delicada: dejó a su técnico y actualmente se ubica en el puesto 82 del ranking mundial, su peor clasificación desde febrero de 2019.
El desgaste de la relación y la poca convicción del otrora 17 del planeta para continuar con el proyecto, a pesar de las dificultades, desencadenaron el fin de la relación. “Sentía que la relación se había desgastado por la intensidad del día a día y que prefería elegir otro camino diferente”, comentó Vendrell en declaraciones al sitio Séptimo Game. Eso y la complicada posición en el ranking generó inquietud en el tenista de 26 años, quien terminó perdiendo la paciencia. Justamente, no confió en el proceso, a pesar de los esfuerzos del hispano por mantenerlo vivo, incluso cediendo a algunos ajustes.
La decisión de remover a Pepe Vendrell sorprendió al ambiente del tenis. El reconocido coach español tomó a Christian Garin en un momento difícil de su carrera, quizás el más complejo, con una terrible crisis de confianza que comenzó a mediados de 2021 y que se llevó por delante a Franco Davin, Jorge Aguilar y Mariano Puerta, además de problemas personales que no le permitieron rendir como esperaba. Bajo ese escenario, el hispano asumió a fines de marzo.
“Yo, mientras Christian esté contento de tenerme a su lado, a muerte. Y el día que él decida prescindir o cambiar, se acepta sin más. Evidentemente, lo que voy a intentar es que nuestra relación construya algo sólido y pueda mantenerse en el tiempo. Ese es el objetivo mío, no tengo ninguna intención de demostrar nada. Lo que quiero es que mi jugador se sienta bien, seguro y sienta que está con sus necesidades cubiertas, que es lo principal”, explicaba el entrenador a El Deportivo, en abril pasado, al ser consultado si le preocupaba el hecho de que su pupilo haya tenido 13 técnicos antes suyo.
Una de las funciones del castellonense en esos primeros días fue ordenar la vida de Garin en todo aspecto. Desde la alimentación hasta los tiempos de descanso. En el fondo, hasta el detalle más mínimo quedó sin descuidar. Y así Garin subió su nivel y en su segundo torneo, el ATP de Houston, se metió en semifinales por primera vez después de un año. Luego, con algunos altibajos en la gira europea, igual su mejor actuación en un Masters 1.000 al llegar a cuartos de final en Roma, la misma instancia que alcanzó de forma inédita en Wimbledon.
Para ese momento del año, Gago se sentía bien. Incluso, le agradecía a Marcos Acosta, conocido como el Coach del Yo, quien trabaja una técnica basada en la evolución personal centrada en la consciencia, cuya orientación es la antroposofía, y su fundamento está en el despertar del yo individual mediante procesos intelectivos y prácticos, según su propia definición. El profesional había comenzado a trabajar con el jugador nacional el año pasado.
Sin embargo, el ahora número dos de Chile terminó sumamente frustrado después de su exitosa participación en Wimbledon porque no sumó puntos para el ranking debido a la decisión de la ATP de no otorgar puntos tras el veto británico a los tenistas rusos y bielorrusos por la participación de esos países en la invasión a Ucrania. Si el tenista nacional hubiera sumado las unidades por alcanzar la ronda de los ocho mejores en el All England, hoy estaría 55 del mundo.
“Imagínate, hacer cuartos en un Grand Slam y después tener que jugar qualies de Masters 1.000. En Roland Garros hice tercera ronda y me descontaron puntos de 2019 y 2020. Creo que se me cayeron 1.000 puntos. Después los torneos cambiaron de fecha, como Hamburgo. Tuve que defender 100 puntos de una semana que ni siquiera me acordaba”, afirmó Garin en entrevista con Clay Tenis. Y no se quedó ahí, ya que disparó contra la organización: “Tienen un enredo gigante los de la ATP. Ya no me interesa el ranking con todas las cosas que han pasado y desgraciadamente no me han favorecido”.
Catorce técnicos
Ese sombrío panorama y algunas diferencias de visión de cómo debía continuar el proceso hicieron que Garin decidiera regresar a Estados Unidos y comenzar otra vez. Por ahora, con la ayuda del exdoblista Julio Peralta, quien lo acompañó en las últimas semanas. El nombre de Big Julius es el decimoquinto en la lista, que componen nombres como Martín Rodríguez, Guillermo Pérez Roldán, Diego Junqueira, Javier Duarte, Fernando González, Jorge Aguilar, Horacio Matta, Joan Bosch, Tomeu Salva, Toni Nadal y otros nombres de participación más esporádica como Leonardo Olguín y Nicolás Lapentti.
Eso sí, también estos cambios se traducen en otros aspectos, como por ejemplo los agentes. En un año ha tenido tres representantes distintos: el español David Tosas, de Octagon; el italiano Ugo Colombini y ahora el estadounidense Chris McCormack, de GSE, la misma empresa que hoy guía la carrera de Joaquín Niemann.
El desafío más inmediato de Christian Garin es la Copa Davis. Este martes fue nominado por Nicolás Massú para la serie ante Perú en Lima y su presencia todavía es una incógnita, pues dependerá de cómo evolucione la muñeca izquierda.
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