El mercado de fichajes para los equipos de la Liga de Primera ha llegado a su fin. Este jueves por la noche venció el plazo para que las escuadras pudieran cerrar sus planteles y las últimas horas trajeron bastantes novedades.
Una de las incorporaciones más significativas la dio Deportes Iquique al fichar al defensor español Enric Saborit.
“Saborit, que se formó en el Espanyol y Athletic Club, con nominaciones a selecciones juveniles de España, hizo carrera en su país natal en Bilbao Athletic y el Mallorca, en Primera y Segunda División”, explicaron los Dragones Celestes en la presentación del jugador.
“El Gaziantep F.K de la Superliga de Turquía, es su último club desde donde llegará a reforzar al Primer Equipo, en su primera experiencia profesional en Sudamerica y convirtiéndose en el primer jugador español que viste la camiseta de Deportes Iquique”, añadieron.
Claro que no fue la única novedad de los nortinos, pues el delantero Matías Moya también se sumó al plantel a cargo de Miguel Ramírez.
Otra novedad fue la contratación de César Pinares por parte de Deportes Limache. En la misma zona, Alan Britez se sumó a Unión La Calera.
Por su parte, Nicolás Vargas fue oficializado como refuerzo de Huachipato. Hace algunas semanas, durante el desarrollo de la Copa Chile, se le había visto junto a Jaime García, mostrando un nuevo aspecto físico después de su salida de Deportes Copiapó.
Por último, Universidad Católica encontró al reemplazante del lesionado Thomas Gillier, incorporando a su plantel a Darío Melo desde Deportes Melipilla.
Irritación
En Melipilla se irritaron. Este jueves, a primera hora, su presidente, José Castillo, estableció a El Deportivo que solo había sabido del interés estudiantil por Melo a través de la fluida comunicación que mantiene con el golero, quien a sus 31 años ha defendido a Palestino, Temuco, Deportes Concepción, San Felipe y Colo Colo. El dirigente, sin embargo, expresaba su molestia por una situación clave: no había recibido notificación alguna de parte del club estudiantil respecto del interés por contar con el portero, quien había extendido su relación contractual con los Potros por todo 2025.
En ese contexto, la posición melipillana era clara: solo dejarían partir al jugador en caso de que recibieran una cuantiosa indemnización. “Se lo quieren llevar gratis. Darío había renovado con nosotros. Tiene contrato hasta diciembre. Que por lo menos paguen algo. Se va transformar en otra teleserie más”, sostenía el timonel.
Castillo estaba informado de que Melo estaba sometiéndose a los exámenes médicos que anteceden a la firma del contrato. Por esa razón, su molestia era clara. “Alguien de la Católica debió haberme llamado. Por el momento, solo han llamado al jugador, que es el único que nos ha comunicado algo”, enfatizaba. El dirigente cuantifica una eventual operación. “Queremos unos 50 mil dólares”, sostienía. Y advertía: “Si no pagan, no lo vamos a finiquitar”.
Por la tarde, a poco del cierre del libro de pases, la situación cambió. “Darío es uno de mis regalones. Por esa razón, no podía cortarle las alas. Ya se había sometido a los exámenes médicos. Tenía todo listo. Católica no nos pagará un peso, pero no podíamos oponernos a una operación que beneficiará al jugador. Por eso lo dejamos partir”, sentencia.