Los grupos del camarín, el rol de Vidal y un Tigre motivador: la interna de la Roja de Gareca en sus horas más complejas

Arturo Vidal
Arturo Vidal junto a Brayan Cortés y Esteban Pavez, todos compañeros en Colo Colo.

El Rey asume su importancia dentro de un plantel que carece de experiencia para enfrentar momentos complejos. El Tigre valora la personalidad del volante, quien ha logrado darle una nueva dinámica a un equipo sin reacción.


Es viernes. Son cerca de las 18.30 en Perú (20.30 en Chile) y Ricardo Gareca ingresa a uno de los salones del Hotel Los Inkas Golf Club. Lo esperan los jugadores de la Roja, que ya se alistan para iniciar el viaje al Monumental de Lima. En cerca de dos horas, la Selección se medirá frente a los incaicos, con la gran misión de ganar para salir del fondo de la tabla y recuperar terreno en las Eliminatorias.

Entre los jugadores que esperan al Tigre, Arturo Vidal destaca más que el resto. Su figura es indiscutida, más allá del rechazo que genera en los rivales por su personalidad o sus polémicas extrafutbolísticas. Todos le piden fotos, autógrafos, o cualquier elemento que sirva para recordarlo. Su trayectoria es reconocida por todos los fanáticos. Nadie se olvida de sus pasos por el Barcelona, Bayern Múnich, Juventus, entre otros elencos.

Vidal asume su condición de figura y lo usa para sacarle la presión al equipo. En el arribo a Lima, a diferencia de sus compañeros, el King se toma todo el tiempo para firmar autógrafos y mandar saludos a través de celulares. Lo hizo por varios minutos, pese a la insistencia de las autoridades para que ingresara al hotel.

Su figura también genera repudio, principalmente en los rivales. Él lo sabe, y hasta lo disfruta. Por lo mismo, no fue extraño que se enfrascara en una discusión con un fanático de la bicolor que lo insultó “Vidal, tu pesadilla”, “Vidal, cagón”, fueron algunas de las frases que se escucharon. Lejos de incomodorse, el 8 de la Roja lo apuntó y con un tono directo lo enfrentó: “Mañana vas a ver”.

En la salón reservado en el hotel para la charla, Gareca se apresta para dar inicio a sus últimas instrucciones. No hace ningún tipo de distinción. Si bien asume que Vidal le cambió la dinámica a un equipo que no evidenciaba ningún tipo de reacción futbolística ni emocional, el Tigre no cree en los héroes. Siempre va a privilegiar y buscar que el equipo sea más importante que cualquier figura.

La formación de la Roja de Gareca para darle el golpe a Perú en Lima
La formación de la Roja de Gareca para darle el golpe a Perú en Lima. Foto: Photosport.

El discurso de Gareca a horas de salir al estadio apuntó a lo motivacional. Les repitió que debían jugarse la vida, que todo un país está detrás de ellos. Les recalcaba que Chile siempre ha tenido buenos jugadores y que tenían que demostrarlo. Tanto el cuerpo técnico como los futbolistas asumían que una derrota ante el equipo de Fossati prácticamente los sacaba del Mundial 2026.

Luego de las palabras del Tigre, Arturo Vidal tomó la palabra. En otras oportunidades, Guillermo Maripán fue el encargado de motivar a sus compañeros. Tal como siempre lo ha hecho en la Roja, el Rey agrandó a los jugadores con sus palabras y les recalcó la importante de defender la camiseta de Chile. Les repitió que debían aprovechar la oportunidad que estaba por delante y que no debían bajar los brazos.

En el Monumental, a poco de salir a la cancha, luego que el ayudante de Gareca insistiera en las marcas que cada jugador debía asumir en los balones detenidos, Vidal volvió a tomar la palabra. En la cancha, el Rey marcó diferencias, pese a que perdió algunas pelotas que generaron ataques del equipo incaico.

“Parte del alza del rendimiento que tuvimos todos pasa por él, por el orden que te entrega y la experiencia. Estamos felices de contar con él”, dijo Rodrigo Echeverría, uno de los que también jugó en el mediocampo.

Pablo Milad, el presidente de la ANFP, también lo destacó. “Le dio buen juego al equipo en mediocampo, pudo haber hecho un golazo. Eso es calidad, contagia al equipo, se vio un matiz distinto al equipo. Hay un buen ambiente en el camarín, Arturo entrenó bien en la semana y contagia actitud”.

Gareca celebra el retorno del Rey. Lo hace casi en voz baja, para no marcar diferencias. Por fin siente que ganó liderazgo y un futbolista al que respetan en la cancha. Muchos, incluso, aseguran que los reclamos de Vidal a Sampaio, en la última jugada frente a Perú, fueron decisivos para la presión que se ejerció para revisar la jugada. El VAR demoró más que de costumbre en reaccionar y anular la anotación que dejaba a la Roja fuera del Mundial, al minuto 90′.

Es que en la memoria de la Roja da vueltas las quejas públicas y privadas de Gareca desde arribo. Faltaba un futbolista con voz de mando, que se hiciera sentir en la cancha. Y si bien en un principio no fue citado porque no estaba físicamente para la Selección por sus lesiones, y luego por sus constantes dardos al cuerpo técnico, Gareca decidió citarlo para jugarse sus últimas fichas. Y, de momento, la apuesta parece estar resultándole, más allá que las victorias siguen sin llegar. Tuve una muy buena percepción de él, de lo que rindió y de cómo se adaptó rápidamente al grupo. Le dije que esta era su casa por sobre todas las cosas y que se sintiera cómodo. La mayoría de los muchachos lo conoce y me parece que hizo un buen partido”, dijo el Tigre.

Los grupos de la Roja

En la interna, Arturo Vidal comparte con todo el plantel, sin excepción. “No soy el de antes, pero puedo aportar con mi experiencia y motivando a los muchachos. Con trabajo podemos llegar a otro Mundial”, ha dicho el futbolista.

Los grupos, sin embargo, están marcados. Al Rey, quien comparte pieza con Esteban Pavez, su gran amigo del Cacique, se le ve más cercano a los jugadores de Colo Colo. Más cuando Aníbal Mosa, el presidente del Cacique, estuvo invitado en Lima por la ANFP. Al grupo compuesto por Brayan Cortés, Erick Wiemberg, Lucas Cepeda y Vicente Pizarro. A estos se le suma Gabriel Suazo, quien hoy defiende al Toulouse, en Francia. Y también Mauricio Isla, quien se sumó durante los últimos días.

El Rey se ríe a ratos con Eduardo Vargas, quien no se cierra en grupo de jugadores. Por ejemplo, en la concentración pasada, Turboman fue muy cercano a Thomas Galdames. Durante estos días, se le vio más apegado a Felipe Loyola, de Independiente. También es cercano a Arturo Vidal, con quien compartió los mejores años de la Selección.

Arturo Vidal

El resto de los jugadores se reúnen en su mayoría según sus clubes. Maxi Guerrero, Fabián Hormazábal, Marcelo Morales, de Universidad de Chile, comparten la mayoría del tiempo. Lo mismo que Guillermo Maripán junto a Benjamín Kuscevic, Francisco Sierralta, Alexander Aravena y Gonzalo Tapia, por su pasado y presente en Universidad Católica. Diego Valdés y Felipe Mora son inseparables, por su amistad que arrastran desde Audax Italiano, club que los formó.

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