El legado de los hermanos Miranda está en buenas manos, de eso no hay duda. La nueva camada de esquiadores acuáticos nacionales está dando que hablar a nivel mundial. Martín Labra, Agustina Varas y Valentina González son los nombres más reconocibles de una generación que está llamada a dominar el deporte en un futuro. Hoy brillan en los torneos juveniles, preparando su salto al nivel adulto.
La explosión llegó en el año de la pandemia. En 2019 las proyecciones ya eran optimistas con la camada de jóvenes que entrenan los hermanos Miranda en la laguna Los Morros, pero en 2020 el ascenso fue meteórico.
Martín Labra (14) rompió tres veces el récord nacional adulto en la prueba de figuras y terminó la temporada en el puesto número uno del ranking mundial sub 17 de la especialidad. Resultados extraordinarios, que incluso le valieron para superar las marcas de Felipe Miranda, su mentor y referencia. Junto con eso logró cerrar el año tercero del mundo en overall sub 17, cuarto en figuras sub 21 y como líder del ranking sub 14 en las dos especialidades ya mencionadas.
Agustina Varas (17) consiguió superar la marca mundial de salto femenino en la categoría Junior. El 23 de diciembre saltó 46,1 metros, dejando atrás el récord de la canadiense Dominique Grondin-Allard. Los tremendos resultados obtenidos le permitieron cerrar el año en la decima posición del ranking mundial Sub21, el cual estuvo liderado por otra chilena.
Valentina González (21) fue quien se quedó con el número 1 en el escalafón. La santiaguina lideró el ranking desde octubre de 2019. En 15 meses nadie pudo arrebatarle el primer puesto.
Ahora tiene el desafío de replicar su nivel en la categoría adulta. Una experiencia que afronta con confianza. “Este será un año de aprendizaje, para ir sentando las bases de lo que vendrá. Pero igual tengo objetivos, me gustaría poder romper el récord nacional un par de veces y competir de buena forma en el Mundial Adulto de octubre”, comenta González a La Tercera.
Pero no son los únicos nombres que destacan y buscan construir un futuro exitoso para el esquí náutico chileno. Trinidad Espinal y Daniela Kretschmer lideran el ranking mundial Sub14 de la especialidad Slalom. Matías González (12) hizo récord nacional infantil en figuras al lograr 10.010 puntos.
Emilia Méndez, Vicente Tizza, Juan Luis Piwonka y Gustavo Kretschmer también están dentro de los puestos más altos de las clasificaciones mundiales en sus especialidades.
Logros que hubiesen sido imposibles de conseguir sin el trabajo de Felipe Miranda y Rodrigo Miranda, los mejores esquiadores náuticos que ha tenido el país, quienes desde hace unos años tomaron a estos jóvenes, para transformarlos en figuras mundiales.
La escuela de los Miranda
Felipe y Rodrigo primero cambiaron la historia del Esquí Náutico chileno con sus trayectorias. Hoy la cambian con su escuela.
Instalados en su laguna, ubicada en San Bernardo, los Miranda entrenan a un grupo de 16 jóvenes que sueñan con repetir los logros que ellos consiguieron. Practican todos los días, mejorando poco a poco para transformarse en los mejores del mundo. Un esfuerzo grande, que exige apoyo familiar y tenacidad, porque pese a que la mayoría aún no cumple los 18 años de edad, ya se tienen que preparar como profesionales, sabiendo todo lo que eso significa.
“Hoy se trabaja con distintos grupos y de una manera muy organizada que nos permite ir siempre viendo a futuro. Tenemos chicos que tienen por delante dos, y hasta tres mundiales juveniles más. Eso te asegura que haya un proyecto para muchos años”, menciona Felipe Miranda a La Tercera.
La escuela tiene incluso a cuatro alumnos que por edad aún no pueden competir en categorías infantiles internacionales. Uno de ellos es Cristóbal Miranda (7), hijo de Rodrigo.
Gracias al apoyo del IND y de contar con dos deportistas con proyecciones Santiago 2023 (Labra y Varas), la escuela hoy tiene un plan de trabajo de máximo nivel. La temporada de verano la pasan en Chile, entrenando en la laguna y compitiendo en la mayoría de los torneos que realiza la federación, pero cuando el invierno comienza a acercarse, los chicos y los Miranda viajan a Estados Unidos a seguir esquiando.
En Orlando arriendan una casa y entrenan desde marzo a octubre. Meses donde se empapan de la experiencia de vivir en una de las ciudades más importantes para el esquí náutico.
Este año el viaje tiene un objetivo claro. Preparar el Mundial Juvenil de Santa Rosa, FL. que se realiza en agosto. “Lo primordial es el campeonato del mundo, pero también iremos a cuatro o cinco torneos previos donde la mayoría de los chicos podrán competir. Eso les dará mucho roce”, concluye Felipe.
Los ojos puestos en Santiago 2023
Además de los Mundiales Junior, un gran objetivo para los Miranda y esta nueva generación es la opción de poder decir presente en los Juegos Panamericanos de 2023 que se realizan en Santiago. El equipo y la federación saben que las opciones de ganar los oros son reales. Más aún si al nivel de los experimentados Felipe, Rodrigo y Emil Ritter, se les puede sumar la participación de las jóvenes promesas nacionales.
Para eso quedan dos años y mucho aprendizaje, pero Rodrigo lo tiene claro, hay equipo para pelear por todo. “Va a ser muy complejo poder siquiera elegir a los que van. Son cuatro cupos solamente y la competencia va a estar muy apretada. Estoy yo con Felipe, Emil, Valentina, Martín y otros niños que pueden estar mejor para ese entonces. Lo positivo es que quien sea que esté, va a ser un posible medallista de oro”, asegura el mayor de los Miranda.
Eso sí, antes de los Juegos, algunos de los miembros de la escuela deberán afrontar un cambio complicado en sus carreras. El saltó a los adultos.
Una transición complicada en la cual no todos logran cumplir las expectativas. Pese a eso, Felipe, el chileno con más medallas a nivel Panamericano, se muestra optimista con el futuro de los chicos. “Es un cambio complejo, pero los chicos tienen las capacidades. Han entrenado muy duro durante mucho tiempo y se reconocen a ellos mismos como deportistas de alto rendimiento. Nosotros también tratamos de aportar con nuestra experiencia para que ellos la tengan más fácil”, agrega Pipe, quien en Santiago 2023 espera competir en sus últimos Juegos Panamericanos.