Diego Maradona dejó de ser el técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata. La decisión ya fue asumida formalmente por el club, a través de su presidente, Gabriel Pellegrino, el dirigente al que el astro le manifiesta lealtad ante el complejo escenario político del club, que no le garantiza la continuidad en el cargo.

Se acaba una revolución que duró 72 días. Un proceso en el que apenas el nombre del astro comenzó a ser vinculado con la entidad, se tradujo en un aumento explosivo de la venta de los productos asociados a la institución. Todo lo que dijera Gimnasia, Maradona o tuviera un 10 estampado comenzó a ser devorado como si de pan caliente se tratara. La sede del club no dio abasto para recibir tantas solicitudes de interesados en convertirse en socios y solo la oposición del entonces flamante DT detuvo la idea de trasladar la localía al estadio Unico, de mayor capacidad,  con el objeto de sacarle aún mayor provecho económico a la presencia del capitán que levantó la Copa del Mundo de 1986 con la camiseta Argentina.

Maradona fue presentado el 8 de septiembre en El Bosque, como se le apoda al estadio Juan Carmelo Zerillo, que se abarrotó apenas para observar la primera práctica y para escuchar las primera palabras del Diez. 25 mil personas, entre hinchas del nuevo equipo y devotos del astro que llegaron incluso con camisetas del Napoli y de Argentina, lo llenaron.

El astro dirigió ocho partidos, de los cuales ganó apenas tres. Esa producción, que parece escuálida, igualmente terminó siendo significativa pues le permitió a Gimnasia escapar del último puesto. Ahora ocupa el antepenúltimo, aunque igualmente sigue seriamente complicado en la tabla de los promedios, que define el descenso en la competencia transandina.

Inicio irregular

23 años y cuatro meses tardó Maradona en volver a trabajar como entrenador en Argentina. La aventura partió con una derrota por 2-1 frente a Racing, uno de los equipos a los que había dirigido en su primera parte como entrenador (el otro fue Mandiyú Corrientes).

Lo que nunca faltó en el paso del Diez por las bancas argentinas fue el afecto, incluso de los rivales. En Córdoba, por ejemplo, fue recibido por las figuras históricas de Talleres, algunos de los cuales conocía. En las tribunas también lo homenajearon. En la cancha, Gimnasia fue derrotado por 2-1, con un penal polémico que generó otra de las frases para el bronce del astro: "Mastrángelo (Hernán, el juez del encuentro) nació malo, es malo y va a morir malo".

El partido frente a River Plate terminó en otra caída, esta vez por 0-2. Sin embargo, de esa jornada quedan las muestras de afecto mutuas con el técnico millonario Marcelo Gallardo. "Te mereces todo lo que ganaste", le dijo Maradona al Muñeco. "Te quiero, hermano", le respondió el estratega millonario. Ambos se fundieron en un emocionado abrazo. Jorge Carrascal e Ignacio Scocco se encargaron de dejar claro que no estaban para homenajes ni reconocimientos y le dieron la victoria a River.

El primer festejo

Mendoza fue testigo del primer festejo de Maradona en su ciclo en Gimnasia y Esgrima. Godoy Cruz recibió un 2-4 que irritó a sus seguidores, pero que  provocó el desahogo del Diez y de sus dirigidos. El astro celebró la victoria con el baile que ya había realizado en las jornadas alegres que había tenido en el Dorados de Sinaloa, el club al que había dirigido el ascenso mexicano.

Una derrota frente a Unión de Santa Fe fue el siguiente paso. En falso, por cierto. También la antesala de una de las jornadas más emotivas que vivió Maradona. En Rosario, tuvo que enfrentar a Newell's, uno de los clubes a los que defendió como futbolista. Lo recibieron como un rey. La descripción es literal si se considera que, en lugar de banca, dispuso de un trono para observar el partido, una gentileza del club leproso. En la cancha, un día antes de que cumpliera los 59 años, un regalo contundente: un 4-0 que los ilusionó con la opción de eludir el descenso.

El cruce con La Gata

El clásico frente a Estudiantes de La Plata estaba cargado, naturalmente, de morbo. Maradona se enfrentaba al equipo que preside Juan Sebastián Verón, uno de sus principales enemigos en el fútbol argentino. La derrota por la cuenta mínima jugando como local tuvo otros elementos picantes. En el entretiempo, Maradona protagonizó un duro intercambio con Gastón Fernández, ex delantero de Universidad de Chile.

La Gata le respondió a uno de los jugadores más famosos de la historia con un burlón "te gustan las cámaras". Maradona le había recriminado una presunta agresión a un rival. "¿Qué te haces el guapo? ¿Qué te haces el guapo? ¿Saltas un metro así y ahora te haces el guapo?", le gritó el técnico.

Triunfo y adiós

El 0-3 sobre Aldosivi, en Mar del Plata, marcó la rehabilitación de la dolorosa caída ante el rival más clásico. Ese día surgió la primera señal de apoyo de Maradona hacia la continuidad de Pellegrino en la testera. "Le dije que yo sigo si él sigue", afirmó el Diez después del encuentro. El transcurso de los días fue dando pie a la certeza de que Pellegrino ya no concitaba el respaldo mayoritario que reclamaba el Diez. Y, junto con ello, solidificaba la decisión que había tomado el astro. El lunes, el ex capitán albiceleste les dio a conocer a sus jugadores que dejaría el club. Ni siquiera la sentida petición de sus pupilos logró torcer la determinación. Ayer, Maradona ya no era más el técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Su fugaz, y, como siempre, controvertido, paso había llegado a su fin.