Cuando Chile organizó el Mundial Sub 17 en 2015, el nombre de Marcelo Allende (20) alcanzó altos niveles de popularidad. Formado en las inferiores de Cobreloa, el volante asomó como una de las grandes cartas del recambio para la Selección. En su minuto se probó en el Arsenal, lo que lo erigió como "el nuevo Alexis Sánchez". No obstante, esta promisoria figura no cumplió con las expectativas que se cifraron sobre él. A su edad ya suma tres clubes. Hace poco fichó en Magallanes, tras un paso irregular en el Necaxa (18 partidos y dos goles).

Allende es uno de los ejemplos de futbolistas chilenos que parten jóvenes al extranjero y, por diversos motivos, terminan retornando al país. ¿Es sano que salgan sin consolidarse en Chile? ¿Es una buena decisión? ¿Por qué vuelven tan pronto?

Son varios los casos de jóvenes que han ido y venido, donde las oscilaciones son parte recurrente de sus carreras.

Allende valora su experiencia en Norteamérica. "Podría haber dado un poco más. Por eso estoy acá, para sumar minutos y agarrar confianza, que es lo que me falta. A lo mejor salí muy joven pero aun así es bueno jugar en el extranjero, estar con jugadores de gran experiencia que te ayudan. Este pasito atrás, que sea algo que me convenga para mi carrera y empezar de nuevo, que es lo que necesito", afirmó a Agricultura.

"En mi caso, yo siempre he tomado las decisiones. Yo soy el que decido adonde ir y es lo que puedo decir. Soy yo el que decide y Cristián (Ogalde, su representante) es el que me asesora. Estoy muy contento con él y creo que me ha ayudado bastante en mi carrera", añadió el volante de Magallanes.

De aquel equipo de Miguel Ponce que jugó la Copa del Mundo hace cuatro años, Allende no fue el único que dio el salto al extranjero. Simón Ramírez (20) recaló en la filial del Benfica y ahora llegó a primera división lusa de la mano del Belenenses. Pero una historia más cruel fue la de Fabián Monilla (21), quien se retiró. Surgido de las inferiores de la UC, partió al Toluca con escasísima experiencia en el plantel de honor cruzado. Volvió para jugar en Deportes Copiapó y Malleco Unido. Hoy, fuera de la actividad, estudia ingeniería comercial y trabaja en una empresa familiar dedicada al turismo.

Dentro de este contexto, un tema no menor es el de la representación de jugadores. "Son todos casos diferentes. No sé por qué habrán vuelto los demás. A veces hay cambios de técnicos, de directores deportivos, de proyectos deportivos. Habría que analizar cada caso. Nosotros orientamos, pero nunca es lo mismo que trabajar con la experiencia que se vive en el lugar. Pasa por un tema deportivo, por las diferencias de cada liga, la exigencia, el funcionamiento, el tema geográfico", plantea Pablo Lecler, uno de los socios de la agencia Unosports.

Claro, la juventud juega a favor de los futbolistas en el sentido de enmendar alguna decisión, ya que también se da que parten temprano y juegan poco o nada.

Una de las incorporaciones más importantes para el segundo semestre en el campeonato nacional es Pablo Aránguiz (22), quien retornó a Unión Española (a préstamo hasta fin de año) tras su paso por Dallas. "La MLS fue una experiencia muy buena, a mi edad tener la oportunidad de jugar un año afuera ha sido importante", dijo en su presentación. En un año en Estados Unidos, fue titular en la mitad de los partidos que jugó en la MLS (10 de 20), sin goles.

Lecler, quien es el agente de Aránguiz, defiende la idea del retorno y que no necesariamente es una decisión apresurada partir pronto. "No nos pidió volver, pero que lo hiciera era una alternativa más en el mercado, para sumar minutos, para seguir creciendo. ¿Cómo medir si es perjudicial que salgan? No se puede. Creo que es mucho más importante la experiencia de ir afuera, aunque a veces se tenga que volver, que quedarse en Chile sin saber lo que significa jugar afuera", afirma.

Otros casos

Nicolás Castillo (26), hoy lesionado, encontró en México su lugar en el mundo. Pero antes de aquello pululó por varios lugares tras partir de la UC por primera vez, a los 21 años. Entre 2014 y 2016 pasó por Bélgica, Alemania e Italia, sin éxito. Algo parecido sucedió con Jeisson Vargas (21), de pasos deslucidos en Estudiantes y Montreal Impact; o Andrés Robles (25), por el cual el Atlético de Madrid no hizo uso de su opción de compra y volvió a Wanderers. Mientras tanto, en Coquimbo se afincó el volante Gerardo Navarrete (25), quien el año pasado volvió al país tras cuatro años en clubes de tercer orden en España: Cádiz, Granada B y Hércules.