No se ponen de acuerdo. La mano de Sebastián Coates a pocos minutos de que expirara el partido entre Uruguay y Chile, en el estadio Centenario, divide a los jueces. Unos dicen que la intervención del defensor charrúa era sancionable como penal. Otros, que el juez paraguayo Éber Aquino debió cuando menos consultar el VAR. Y hay también quienes apuntan que la decisión del árbitro que dirigió el compromiso en Montevideo se ajusta al reglamento. El incendio se extiende por todo el continente.

"No es penal de Coates. El brazo está pegado al cuerpo, el jugador quiere sacar el brazo, no se quedó estático. Si no entendés eso, no entendés lo que es una mano. Los jugadores no pueden andar como ‘teletubbies’ por la cancha”, afirma, categóricamente, el juez internacional argentino Javier Castrilli en 100% Deporte de radio 890. El análisis se suma rápidamente a la controversia. El Juez de Hierro es criticado en las redes sociales. Se concibe su opinión como descontextualizada.

Sin embargo, entre quienes están involucrados en la actualidad referil aplauden la decisión de Aquino. La explicación será, seguramente, nueva materia de debate. “No es penal. El VAR ve que no es penal. Hoy en el sistema hay más de 15 cámaras y se resuelve con la que mejor se ve”, apunta un instructor de árbitros chileno. La apreciación es más detallada. “Es una mano interpretable, pero hay más elementos que conducen a sostener que no es mano. Coates tiene la mano pegada al cuerpo e intenta sacarla. El movimiento es hacia atrás. Esa a una de las imágenes que ve el VAR. Por eso no sugiere que la sancionen. Lo que pasa es que la imagen con la que se queda la gente da una óptica distinta”, añade. Una consideración más: “Si la mano hubiese estado tiesa, como para aumentar la superficie, el balón habría rebotado hacia adelante”.

Falta de transparencia

Gastón Castro, ex jefe de los árbitros en Chile discrepa del enfoque. Y reclama transparencia en el uso del VAR. “Lo que más me preocupa del contexto como ex árbitro es que en esta oportunidad no haya consultado el VAR como correspondía. Le dan la opción. Una mano tiene muchos indicadores. Me llama la atención que no haya procedido a consultar la tecnología para que todo el país y el continente hubiesen concluido qué interpretó. Cuando pasó con los uruguayos, consultó y consultó. Esa es la sensación que me queda, ¿por qué él no hace uso de una herramienta que hubiese dejado tranquilo a todo el continente? Eso me deja preocupado”, lamenta.

Incluso extrapola la situación a las que debía enfrentar como árbitro, con menos recursos a la mano. “Hoy si tengo la tecnología a la mano, por qué no la ocupa y toma la decisión. En una jugada tan definitoria, en los últimos minutos. Le faltó prolijidad y experiencia. Es una cuestión de transparencia. Yo nunca tuve tecnología de apoyo. No había nada. Así estaba planteado el fútbol. Había que recurrir al guardalíneas, que así se llamaban, del otro sector por si había visto algo. Hoy hay cinco en el campo, un equipo en el VAR. Usémoslo. Como en el tenis”, postula Castro.

En tanto, Carlos Chandía, ex juez internacional, enfatiza con claridad que le pareció mano y desacredita cualquier interpretación en sentido contrario. “Ambas son manos (en alusión también a la de Sebastián Vegas). Mi molestia es porque no adoptó el mismo procedimiento. El tema es qué lo movió a no ir. Hay falta de jerarquía, incapacidad. Aquino no está a la altura para dirigir en Eliminatorias. Lo único que deseaba en el 2-1 es que viera alguna situación para invalidar, porque no había por qué. Hoy la regla dice que cualquier movimiento de la mano que implique extensión del brazo es penal. Y esta lo fue”, dice.

Respecto del movimiento del brazo de Coates, es más específico. “El jugador uruguayo trata de esconder el brazo, que es distinto. Es el movimiento típico del futbolista cuando sabe que cometió un penal, intentar disimularlo. Yo no comparto la imagen. Derechamente hay penal”, concluye.