Después de 16 años, Chile volvió a subirse al podio en los Juegos Olímpicos. Y lo hizo por partida doble gracias al oro de Francisca Crovetto y la plata de Yasmani Acosta. Detrás de ellos, una importante inversión estatal que se ha ido incrementando hasta superar en casi cinco veces las cantidades de hace 14 años. Si, por ejemplo, en 2010 se destinaron al deporte de alto rendimiento $ 8.336 millones, este año esa cifra alcanzó los $ 38.687 millones.

Si se considera el último ciclo olímpico, entre 2021 y 2024, se asignaron $ 131.333.112.000 en total, un monto récord y que confirma un incremento de un 40% en los últimos cuatro años. Dentro de esos montos, el IND dispuso de $ 1.550 millones para la preparación de los 48 deportistas que representaron a Chile en los Juegos Olímpicos (30 hombres y 18 mujeres en 20 disciplinas).

La inversión pública también contempla la asignación de $ 1.350 millones para los 46 head coaches de las federaciones. Entre ellos, hay destacados nombres como el brasileño Paulo Moreira (vóleibol playa), el brasileño Pedro Alves de Sena (canotaje), el español Julen Erauzkin (remo) y los cubanos Ramón Arias (taekwondo) y Néstor Almanza (lucha). Asimismo, el Estado invirtió $ 270 millones en los técnicos que se encuentran en París.

“El alto rendimiento a través de Plan Olímpico, a través de ADO, a través de los programas de apoyo directo a las federaciones, implica poder dar cada vez más gestión, operación y desarrollo al alto rendimiento. Los montos han ido permanentemente en ascenso”, destaca el ministro del Deporte Jaime Pizarro.

“El trabajo que realizamos en el alto rendimiento es el claro ejemplo de una política de Estado que comenzó hace más de una década y que muestra que el trabajo público-privado es fructífero. El IND, el Ministerio del Deporte, junto al COCh y el Copachi construyen la base de desarrollo de nuestros deportistas, no solo con financiamiento, sino que también con apoyo técnico-metodológico que es fundamental para alcanzar los buenos resultados dentro del ciclo olímpico. Hoy lo vemos con Francisca Crovetto y Yasmani Acosta, pero no debemos dejar fuera de esto a Macarena Pérez, Martín Vidaurre, y muchos otros, que son demostraciones de que la labor de Plan Olímpico entrega sus frutos”, complementa Israel Castro, director nacional del IND.

Becas y premios

Dentro del conjunto de aportes estatales, se encuentra la Beca Proddar y los premios por logro. La primera cubre los cuatro años del ciclo olímpico y contempla un monto mensual que va desde los $ 857.858 por clasificar a unos Juegos Panamericanos hasta los $ 3.666.852 que alcanzó Francisca Crovetto por su oro olímpico. Yasmani Acosta obtuvo $ 2.692.303 por su plata en París. También se puede acceder por éxitos en otras competiciones del periodo.

Mientras que por su éxito recibirán una cantidad única de 800 UTM ($ 52.720.800) en el caso de la tiradora skeet y 600 UTM ($ 39.540.600), en el del luchador.

También cuenta con un incentivo de 400 UTM ($ 26.360.400) para el bronce olímpico y paralímpico y otro de 50 UTM ($ 3.295.050) para los diplomas. Además, se premian en éxitos en competiciones específicas juveniles y adultas y también récords que se rompan.

Otro de los incentivos importantes es el Premio Nacional del Deporte, que se entrega desde 2002 y otorga 245 UTM ($ 16.145.745) en caso de deportes individuales y 367 ($ 24.185.667), a los colectivos. El último ganador es el nadador paralímpico Vicente Almonacid.

Por otra parte, el presupuesto estatal contempla $ 3.164.019.000 para el programa Promesas Chile, que busca el desarrollo de los talentos deportivos en las 16 regiones del país. En la actualidad, 2.408 atletas (1.061 mujeres y 1.347 hombres) forman parte de este plan. De ellos, el arquero Andrés Gallardo (Arica) y la canoísta Paula Gómez (Biobío) compiten en París. Mientras que otros 12 exbeneficiarios también formaron parte de la cita, totalizando el 29% de la delegación.

En términos deportivos, la inversión ha ido de la mano con el incremento de medallas. Si se toma como medida los Juegos Sudamericanos, el Team Chile pasó de 109 preseas (25 oros) en 2010 a 131 (38 doradas) en 2022.

A nivel de Juegos Panamericanos también se aprecia un progreso importantes, pues se pasó de 29 medallas en Toronto 2015 a 79 en Santiago 2023 y de tres oros en Guadalajara 2011 a 13 en Lima 2019 y 12 el año pasado. Mientras que a nivel olímpico, se rompió la sequía sin podios que se arrastraba desde Beijing 2008.

Alta infraestructura

Un factor determinante ha sido la mejora de los recintos deportivos a partir de los Juegos Sudamericanos de 2014 y que tuvo su punto cúlmine en Santiago 2023, con una millonaria inversión en nuevos centros.

“Las condiciones que tienen para entrenar y prepararse cotidianamente son muchísimo mejores. Porque los recintos son de otro nivel, están en un alto estándar, los equipamientos son de un alto estándar y los aprendizajes técnicos que han tenido los equipos por vivir esas competencias también les dan un upgrade superior”, señala Jaime Pizarro.

En los próximos meses vendrá la discusión de la Ley de Presupuestos, donde se trabajará en la asignación de recursos para 2025, un año que no tiene megaeventos, pero donde ya se tiene la experiencia de este último e inolvidable ciclo olímpico.