El Barcelona anuncia el término de las negociaciones para la renovación con Lionel Messi y el mundo se paraliza. De inmediato, se establece una línea imaginaria que lo divide entre la era en que el argentino vistió la camiseta culé y los minutos que ya suma como jugador con destino incierto. La primera etapa, por cierto, evoca logros, celebraciones, títulos y goles. Muchos goles. Hazañas que, partido a partido, lo convirtieron en una leyenda del club catalán y, por cierto, en uno de los mejores jugadores del mundo en toda la historia.

La coincidencia entre Messi y el Barcelona fue especialmente fructífera. Los números más generales ya dan una pista respecto de la productividad de la relación. En su paso por el Camp Nou logró la friolera de 35 títulos oficiales, los que se desglosan de este modo:

  • 10 ligas
  • 8 Supercopas de España
  • 7 Copas del Rey
  • 4 Champions League
  • 3 Mundiales de Clubes
  • 3 Supercopas de Europa.

El astro disputó 778 partidos y marcó 672 goles. Además, aportó 305 asistencias. Por toda esa contribución, consiguió, además, una infinidad de distinciones individuales. Las más significativas: los seis Balones de Oro que levantó. También sumó seis Botas de Oro y ocho veces fue el máximo goleador de la liga española.

La revisión más pormenorizada entrega detalles aún más sorprendentes. Opta recoge las sobrenaturales estadísticas del delantero e intenta resumirlas. De esta forma, por ejemplo, se concluye que Lio es el máximo goleador de todos los tiempos en LaLiga con 474 anotaciones y que, además, es el segundo jugador con más goles en las cinco principales ligas de Europa, con dos menos que Cristiano Ronaldo.

La efectividad de Messi fue constante. Desde la temporada 2008-09, anotó más de 30 goles en cada una de las temporadas en la que participó. El tope fue la 2011-12, en la que marcó 73 anotaciones. Además, tiene el registro de ser el único jugador que ha marcado diez goles o más en 15 temporadas españolas consecutivas. En 2011-12 anotó 50, la mayor cifra para un jugador en una temporada.

El rosarino es, también, el máximo anotador en la historia de la rivalidad entre el Barça y el Real Madrid, con 26 tantos. Y, también, el máximo artillero en el derbi catalán frente al Espanyol, con 25. Ambos datos resultan claves para entender la adoración de los hinchas, que aún no asumen su partida. Los merengues también lo sufrieron a domicilio. La Pulga les marcó 15 goles en el Bernabéu, otro registro que ningún jugador ha logrado.

Por si fuera poco, es uno de los dos jugadores que ha alcanzado la barrera de los 100 goles en la Champions League. Anota 120. Lo supera Cristiano, con 134.

Para todos los gustos

Si de goles se trata, el repertorio de Messi es amplísimo. La revisión de sus conquistas en la liga ibérica arroja que 392 las anotó en condición de local, 260 como visitante y el resto en campo neutral. Que 555 de sus goles se produjeron dentro del área y el resto, fuera de ella. Que con la pierna izquierda batió en 557 oportunidades a los arqueros rivales y que en 89 ocupó su extremidad inferior menos hábil con el mismo fin. 24 de sus anotaciones fueron de cabeza y en dos ocupó otras partes del cuerpo para hacerse parte en el marcador.

Con los balones detenidos tampoco perdonó. Marcó 82 penales y convirtió 50 tiros libres directos.

El tramo final de los encuentros solía encontrarlo con el mayor nivel de efectividad. Así, 166 de sus goles se produjeron en entre los minutos 76 y 90. Marcó 137 dobletes, 41 hat-tricks, seis póker y en una ocasión marcó cinco goles. Diego Alves fue el portero al que más veces batió, con 21.

Finalmente, Luis Suárez fue el jugador que más asistencias le dio. El uruguayo lo habilitó en 47 de sus anotaciones.

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