La noticia causó un terremoto en el planeta azul y una verdadera hecatombe en las redes sociales. Es que el posible regreso de Matías Rodríguez a Universidad de Chile, quien estaría a una firma de concretar su tercer paso por los laicos, no dejó indiferente a nadie y provocó una serie de reacciones a favor y en contra.
Pero más allá de las opiniones, están los hechos concretos y en este ítem, el fichaje del nacido en Argentina contradice todo lo que han pregonado las autoridades de Azul Azul. Primero el lateral no viene con ritmo de competencia, pues si bien partió bien en Defensa y Justicia -dijo presente en toda la participación de la escuadra trasandina en Copa Libertadores- fue perdiendo protagonismo y desapareció en el campeonato local.
De hecho, solo estuvo presente en ocho encuentros, en los cuales fue titular en dos ocasiones y la suma total de minutos alcanzó a sólo 265 jugados. Pocos si los comparamos con los 2411 que logró en la temporada 2020 con la camiseta felina y escasos si lo que se busca es un refuerzo para la zaga universitaria.
La cantera postergada
Pero sin duda donde más pega el retorno de Rodríguez es en el discurso de las autoridades de la concesionaria, quienes prometieron rejuvenecer el plantel y darle más tiraje a la cantera. “Dentro de la conformación del plantel, creo hay que reconocer a los jugadores que estamos promoviendo desde el fútbol base”, decía el gerente deportivo de la U, Luis Roggiero a principios de mes. Y luego agregó que “lo que voy a pelear y buscar dentro del club es que el jugador formado de casa tenga más oportunidades, y obviamente que esas oportunidades van a tener que ir acompañadas de un trabajo como club que con el tiempo esperamos que lleguen mejor preparados y más competitivos”.
Por lo mismo, en palabras, se contrató a Santiago Escobar para la dirección técnica. El estratega colombiano fue destacado por su capacidad para promover valores jóvenes y así lo reconoció el portero Hernán Galíndez en entrevista con El Deportivo: “Si uno revisa la carrera que hizo Escobar en Ecuador, se puede dar cuenta que en cuatro años hizo que cinco, seis o siete jugadores fueran vendidos y eso era un club mas chico que la U”, aseveró.
Entonces la pregunta que queda en el aire es: ¿qué mensaje se le da a los jóvenes cuando se contrata a un jugador de 35 años que ni siquiera viene jugando en su club de origen? ¡Azul Azul tiene la respuesta!