Los pasos que debe dar Chile para dar un salto todavía más grande en el fútbol femenino
El fin de la participación de Las Rojas en los Juegos Olímpicos deja varias conclusiones. La más clara es que queda trabajo por realizar para emparejarse con las grandes potencias. Los clubes y la ANFP toman nota.
Termina la participación de la Selección femenina en los Juegos Olímpicos de Tokio. Chile no puede contra Japón y se despide del torneo en la fase grupal. El final es decepcionante, pero, en gran medida, predecible. Desde la conformación de los grupos, más allá del entusiasmo inicial del presidente de la ANFP, Pablo Milad, quien hasta se animó a pedir alguna medalla, estaba claro que el equipo de José Letelier se enfrentaría a equipos que están en un nivel más alto que la escuadra que capitanea Christiane Endler. Los resultados lo reafirman. La atención, desde ahora, está puesta en cómo acortar la brecha.
La brecha no es solo futbolística. La distancia física también es evidente. Ambas van, naturalmente, de la mano. Y en ambos casos, la búsqueda parece estar orientada al plano formativo. “Es súper simple. Necesitamos invertir en el proceso formativo y generar más jugadoras. Lo más importante es que la industria se siga desarrollando y que haya formación desde los cinco años en adelante. En tres ciclos olímpicos vamos a sacar jugadoras como las que tenemos. Necesitamos la intervención del gobierno, que apueste por el desarrollo, y que la federación desarrolle los torneos de Primera, de divisiones inferiores y Primera B. Para eso se necesitan voluntad y recursos. Ojalá que las autoridades quieran invertir y seguir desarrollando la industria, que es emergente”, explica Paula Navarro, entrenadora que guio a Santiago Morning al tricampeonato y que hoy ejerce labores directivas en el club bohemio.
Organizar mejores torneos
Si bien la profesionalización del fútbol femenino es una materia más inherente a los clubes, quienes se relacionan laboralmente con las jugadoras, en la ANFP asumen el reto de propiciar la condiciones para el desarrollo. “Nuestra premisa es impulsar una mejora constante de nuestros campeonatos; aportar a la profesionalización desde la organización de los torneos, con un Campeonato de Primera División cada vez más sólido y en mejores estándares cualitativos: la mayoría de los equipos están jugando en estadios profesionales, su trabajo diario se desarrolla por cuerpos técnicos y staff mayores en número y más capacitados”, explica Constanza Minoletti, subgerente de fútbol femenino de la ANFP.
El ámbito local está estrechamente vinculado a la conformación de la Selección, por lo que elevar el nivel de la competencia interna genera beneficios en ambos sentidos. “Muchas de las jugadoras seleccionadas se desempeñan en el Campeonato Caja Los Andes, lo que contribuye a la competitividad de la liga; se televisan y transmiten por streaming los partidos todos los fines de semana, va también creciendo el espacio en los medios de comunicación. Nos aseguramos de incluir en la competencia a las jugadoras menores, exigiendo un número mínimo de habilitación y presencia de futbolistas Sub 18, y trabajamos para disminuir la edad de inicio en la formación de las niñas, que es el factor determinante en el desarrollo de los y las deportistas profesionales”, refuerza la funcionaria.
En época de pandemia, el esfuerzo ha estado orientado, precisamente, a darle continuidad a la competencia interna. El Transición 2020 no se suspendió y la tasa de positividad de los 16 planteles no superó el 0,1%.
La organización en Chile de la próxima Copa Libertadores, con la participación de tres escuadras nacionales, es vista, también como una señal tendiente a la evolución de la actividad.
Desarrollo temprano y profesionalismo
El trabajo debe comenzar desde temprana edad. “Un cuerpo es igual que un computador. Cuando una persona nace, comienza de cero a acumular información. Mientras más entrenas cuando niño o siquiera te mueves, subes un árbol, una roca o practicas diferentes deportes te vas llenando de conexiones nerviosas que te hacen un sujeto más coordinado, más técnico, para desarrollar deportes. La técnica depende de las condiciones nerviosas que generaste cuando niño. Entonces, cuando ves a niñas de Estados Unidos, Suecia o Alemania jugando a este nivel y marcando diferencias notorias es porque empezaron a jugar a los cinco o seis años, cosa que dudo de nuestras jugadoras”, había declarado a El Deportivo Marcelo Oyarzún, PF de Colo Colo 91, en pleno desarrollo del torneo olímpico.
Navarro coincide. “Hay que trabajar desde los cinco años, como en Estados Unidos, Suecia, desde los colegios. Y después nuestras deportistas, cuando llegan al alto rendimiento se transforman en atletas que pueden vivir de esto”, dice la estratega. Otro aspecto que apunta a fortalecer es generar más condiciones que apunten al pleno profesionalismo. “Fortalecer un mercado de pases, educar a nuestras jugadoras de que al estar contratada no puedes llegar e irte, porque el club hace una inversión. Hay que negociar con los clubes. Hay que educarlas en lo que significa ser profesionales. Ya no pueden faltar porque tengan que cuidar al hermano. Es su trabajo”, enfatiza.
Un trabajo conjunto
Un aspecto en el que todos coinciden es en la importancia del trabajo mancomunado. En esa línea, Navarro propone la generación de una instancia en la que confluyan todos los actores. “Lo más importante es sentarse en una mesa grande, con todos los entes y conversar qué queremos. Es lo que hicieron Noruega y Alemania. Nadie debe quedar fuera de esta mesa. Hay que escuchar y respetar a las personas que tienen más experiencia y a nuestras autoridades”, plantea.
En el intertanto, la vigencia de la actual generación de jugadoras ofrece cierta tranquilidad. En Quilín apuestan a que crezca la cantidad de seleccionadas que actúan en el exterior, un elemento clave para su crecimiento. Y también al desarrollo de la facción más joven del actual plantel.
Navarro aboga por seguir mejorando las condiciones de trabajo. “Con muy poco, esta Selección hizo mucho. Imagínate si hubiesen tenido un centro de entrenamiento a los cinco años, si tuviéramos una competencia que generara mayores ingresos por televisión, con el consiguiente efecto en los clubes. Tendríamos tres jugadoras del nivel de las seleccionadas en cada una en cada puesto. Ese es el tema. Por eso, la conclusión es que en lo que han logrado estas seleccionadas hay mucho mérito”, concluye.
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