La localía en Antofagasta pesa, y bastante. Los Pumas pegaron en los momentos claves y cosecharon su séptimo triunfo en el Calvo y Bascuñán. La pelota detenida fue decisiva para que los nortinos se metan en lo alto de la tabla. Curicó no reaccionó y ahora mira de reojo la lucha por la permanencia.

En el papel era un duelo crucial para ambos clubes. Los nortinos debían ganar para asegurar el cuarto lugar, para así dejar atrás a Colo Colo y comenzar el acecho a Unión La Calera, quedando a solo dos puntos del tercero. Los del Pillo Vera buscaban alejar los fantasmas del descenso, ubicarse en la medianía de la tabla y así observar la lucha de abajo con mayor tranquilidad. Había bastante en juego y los de Ameli fueron más inteligentes.

De entrada rugieron los pumas. Cuando ninguno de los dos equipos había generado ocasiones, llegó la ventaja para el local en los pies de Sepúlveda. A los 7', el lateral derecho punteó el balón tras un pivoteo de Luis Salas, luego de un saque de esquina. Un baldazo para la visita. Bastante premio para los nortinos.

Curicó despertó.  Lateralizó el juego y adelantó sus líneas. El plan fue buscar el centro para el gigante Quiroga. Caían uno tras otro. No hubo daño, pero sí bastante presencia ofensiva. Los Pumas esperaban y salían rápido. A los 27' una notable tapada de Garcés evitó el empate tras un potente zurdazo de Blanco. Los del Maule eran más, pero como dice el típico dicho, el fútbol no es de merecimientos. Este partido volvió a comprobarlo. Idéntica jugada: saque de esquina, pivoteo y aparición Puma. Nuevamente la defensa curicana no tuvo respuesta. Romo entró solo a los 34' para aumentar las cifras para el local.

Se esperaba un complemento con mayor acción, pero solo se quedó en la ilusión. Curicó no tuvo capacidad de reacción, inquietó poco a Garcés y sobre el final lo buscó con más ganas que fútbol. Los Pumas fueron contundentes e inteligentes. Suman y siguen subiendo. ¿Su garantía? La localía.