Danielle Collins sabía que su duelo en el Kia Arena por la segunda ronda del Abierto de Australia tenía un condimento especial: jugaba ante Destanee Aiava, una de las representantes locales en el primer Grand Slam del año. Durante varios momentos del duelo se escucharon abucheos en contra de la estadounidense, sobre todo en el tercer set.
Sin embargo, la número 11° de la WTA logró superar la resistencia de su rival y se impuso por parciales de 7-6, 4-6 y 6-2. Precisamente el momento más polémico vino cuando se cerró el partido. Collins gritó “¡Qué tal eso!”, se llevó la mano a la oreja, desafiando a los asistentes al partido, luego les envió besos y, para finalizar, se dio una palmada en un glúteo. Su reacción contra el público dio la vuelta al mundo rápidamente.
Polémicas declaraciones
En la conferencia de prensa, una vez finalizado el duelo y ya con el pase a la tercera ronda asegurado, la tenista de 31 años mostró que seguía igual de molesta. “Cuando juego en un ambiente hostil me motivo aún más. Me ha ayudado a llevarme al límite para ganar. Los que me odian son los que pagan mis cuentas y es una sensación súper agradable. Todos los que compran una entrada y van en mi contra al final del día pagan mis gastos”, comenzó diciendo Collins.
“A Coco (Vandeweghe) y a mí nos encantan las buenas vacaciones de cinco estrellas. Así que parte de ese cheque se destinará a eso. Así que gracias, chicos, ¡gracias por venir aquí y apoyarnos esta noche!”, agregó.
Al menos en tercera ronda no le ocurrirá algo parecido, ya que su oponente será la también estadounidense Madison Keys, lo que asegurará presencia de ese país en los octavos de final del cuadro femenino del Abierto de Australia.