Los récords que marcan un Mundial femenino histórico

Luego de un mes de competencia, el Mundial femenino de la FIFA baja el telón. Este domingo (a las 6.00 horas de Chile), Sídney acogerá la gran final de la Copa del Mundo de Australia-Nueva Zelanda, entre España e Inglaterra.

Las españolas buscarán algo inédito, que sólo consiguió Brasil a nivel masculino (entre 2002 y 2003): ser las campeonas mundiales vigentes en las categorías Sub 17, Sub 20 y Absoluta. Por su parte, las inglesas aspiran a alcanzar un dominio global, toda vez que son las últimas campeonas de Europa. Independiente al resultado, el campeón alcanzará un hito que sólo tiene Alemania al día de hoy: ser ganador del Mundial tanto en hombres como en mujeres.

Se cierra una edición que arroja una serie de hitos que colocan en otra dimensión al fútbol femenino. Así lo manifestó el mismo Gianni Infantino, presidente de la FIFA, en la Convención de Fútbol Femenino celebrada el jueves: “Lo que hemos visto hasta ahora, y lo mejor está por venir, es simplemente la mejor y más grandiosa Copa Mundial Femenina de la historia”.

Desde su inicio, el certamen marcaba un quiebre respecto a las ediciones anteriores, al realizarse en dos países y con 32 selecciones. El resultado de esta apuesta, en pos del crecimiento de la actividad, fue satisfactorio. Así lo muestran los indices de público en los estadios. Por ejemplo, la victoria de España contra Suecia en la semifinal del martes tuvo una asistencia de 43.217 espectadores en el Eden Park de Auckland, igualando la máxima asistencia registrada en un partido de fútbol en Nueva Zelanda, masculino o femenino. Sólo en ese país, la asistencia global ha sido de 700 mil aficionados.

En el caso de Australia, también se ha visto un incremento considerable. En el choque de semifinales entre las Matildas e Inglaterra, en Sídney, se contabilizaron 75.784 personas. Quedan dos partidos para el desenlace del Mundial (el tercer lugar y la final) y se espera que la venta de tickets alcance los 1,98 millones de asistentes. En los 62 partidos que se han jugado, el total es de 1.853.029 asistentes. El promedio es de casi 30 mil hinchas por partido. Esto superó el récord anterior de 1,35 millones en Canadá 2015 (con un promedio de 26 mil personas por juego).

Así como son notables los números en los estadios, las cifras de espectadores en televisión son igual de extraordinarias. El partido inaugural entre Nueva Zelanda y Noruega fue visto por más de 1 millón de personas en el país anfitrión, más que cualquier juego del Mundial masculino. En Norteamérica, la eliminación de Estados Unidos ante Suecia atrajo a 2,5 millones de espectadores en Fox, con un peak de 4,07 millones. En Sudamérica, más de 9 millones de colombianos vieron el partido de su elenco ante Corea del Sur, un 300% más que el récord anterior para un duelo del Mundial femenino.

Según datos de la FIFA, este Mundial generó más de US$ 570 millones en ingresos. “Generamos el segundo ingreso más alto de cualquier deporte, además de la Copa del Mundo masculina, a nivel mundial”, declaró Infantino. Además, se incrementaron los aportes y premios en dinero a US$ 152 millones. En dos ediciones, desde 2015, la cifra se multiplicó por 10.

El hecho de que el Mundial haya crecido en participantes permitió la entrada de nuevos elencos al ruedo y, por consiguiente, se dio más de una sorpresa. Así sucedió con equipos como Nigeria, Jamaica, Sudáfrica y Marruecos. Estos cuatro dejaron eliminados en la fase grupal a Canadá, Brasil, Italia y Alemania, respectivamente. África sacó cuentas alegres, porque metió a tres de sus representantes en octavos de final.

Mientras tanto, Colombia sacó la cara por Sudamérica. La Conmebol llegó con tres elencos al Mundial y las únicas en superar la ronda grupal fueron las cafetaleras, que alcanzaron un histórico acceso a cuartos. Un nombre propio que brilló fue Linda Caicedo (18). La talentosa delantera del Real Madrid, categoría 2005, marcó dos goles en el certamen.