Los sacrificios de Orozco y Agúndez, las clavadistas mexicanas que pensaron en subastar sus medallas olímpicas para poder competir
Ambas deportistas pasaron por una dura crisis que las tuvo a punto de rematar sus preseas para continuar sus carreras. Hoy, en Santiago 2023, inician su camino en los Juegos Panamericanos.
La historia de vida de Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez es una epopeya. Las clavadistas mexicanas, que este viernes comienzan su participación en los Juegos Panamericanos, han sabido reponerse a múltiples vicisitudes para poder dedicarse a lo que más les gusta. La primera se convirtió en la medallista olímpica más joven de su país, al conseguir el segundo lugar en los clavados sincronizados -junto a la veterana Paola Espinosa- en Londres 2012. Tenía solo 15 años y como ella misma lo explica le faltaba valorar más el proceso. “A mí me llegó a pasar eso de estar en una competencia, pero no estar. Estuve presente, pero me faltó vivirlo al ciento por ciento y es algo que no regresa”, detalla a El Deportivo.
Mientras que su compañera tuvo que abandonar tempranamente su hogar en Baja California para ir a entrenar a Ciudad de México. Una decisión que le permitió, años más tarde, conseguir el anhelado cupo a Tokio 2020 y, pese a que la pandemia del coronavirus le impidió trabajar con normalidad, lograr el bronce junto a Orozco, igualmente.
Sin embargo, el triunfo también trae consecuencias y las dos deportistas tuvieron que pasar por el quirófano, debido a las serias lesiones con las que tuvieron que lidiar. “La medalla en Tokio fue un proceso de cinco años, que lo trabajamos muy duro y fueron muchos años de esfuerzo, sacrificios, trabajo y perseverancia que, en mi caso, también tuvieron muchos estragos”, explicó Orozco, antes de operarse el hombro izquierdo.
Su compañera de fórmula agregó: “La cirugía fue por un desgarre en el ligamento colateral tibial. Afortunadamente, todo salió muy bien y actualmente me encuentro en rehabilitación, porque esta cirugía fue pensando en que quiero llegar a París 2024″.
Falta de recursos
No obstante, el sueño olímpico se transformó en una pesadilla cuando estalló un conflicto entre el World Aquatics y la Federación Mexicana de Natación, por lo que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte del país azteca les quitó el apoyo económico.
“Llevamos varios meses sin recibir beca y nuestro entrenador no ha recibido sueldo. Eso afecta el proceso para los Juegos Olímpicos y afecta nuestra preparación. No sabemos si el día de mañana tendremos dinero para competir a un mundial, si vamos a tener ese recurso para la preparación y para el día a día” reveló Agúndez, en mayo, a ESPN.
Por su parte, Orozco complementaba: “Sabemos lo que pasa en los deportes acuáticos y como medallistas no estamos exentas de esta situación. Entendemos lo complicado y es un fuego cruzado, nos vemos afectados, pero no tenemos la solución”.
Por lo mismo, ambas estuvieron a punto de subastar las medallas obtenidas en Tokio para poder seguir entrenando. “Nos ha pasado por la mente por todas estas situaciones y es una opción, sabemos que es algo extremo y no quisiéramos llegar a eso. Queremos tocar puertas y no llegar a eso”, confesó Orozco, nacida en Guadalajara.
Y tocaron muchas puertas. Vendieron sus toallas y trajes de baño, dieron charlas motivacionales y buscaron los recursos necesarios para seguir en los clavados. También recibieron la ayuda de una reconocida aerolínea para viajar gratis al Mundial de Japón que hubo en julio pasado y con ello, lograron salvar sus condecoraciones.
Las mismas que podrían revalidar en París 2024, porque esta historia no sería una epopeya si ambas no hubieran logrado la clasificación en el país oriental. Con la tercera y sexta puntuación más alta en la semifinal de la plataforma de 10 metros, Gabriela y Alejandra se inscribieron en la justa de los cinco anillos del próximo año.
¿Y sus éxitos se tradujeron en patrocinios? Orozco contesta: “Hay situaciones que no están en nuestras manos, entonces siempre trato de cumplir con lo que sé que está en mí. Cuando sea nuestro momento tenemos que responder de la mejor manera. Claro que se agradece mucho cuando tenemos apoyo para los viajes, las competencias y que sea mutuo”.
Aún faltaba un paso. Llegar a Santiago 2023. El mismo que dieron en septiembre pasado, cuando consiguieron su acceso en el Selectivo Nacional de México. “Estoy muy emocionada al estar oficialmente en Santiago 2023 con Gaby Agúndez. Hemos hecho un gran trabajo, ha sido un esfuerzo de muchos años. Serán mis terceros Juegos Panamericanos. Vamos a ir en búsqueda de esas medallas y a buscar ese fogueo para este proceso que estamos llevando para los Juegos Olímpicos de Paris 2024″, expresa Alejandra Orozco en la web oficial de Panam Sports.
Y Agúndez no oculta su dicha. “Estoy feliz y emocionada, porque serán mis segundos Juegos Panamericanos. Así que ahora enfocada 100% en Santiago 2023 y dar lo mejor de nosotras. Alejandra, más que una compañera de plataforma, es una hermana, amiga; y estoy muy contenta de estar cumpliendo este sueño con ella”, concluye.
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