Los secretos de Gustavo Quinteros para levantar a Colo Colo antes del Superclásico

El Superclásico sorprende a Colo Colo con nuevos aires. Después del remezón que significó quedar eliminados en la Copa Sudamericana, con la goleada frente al América Mineiro, los albos se reenfocaron en las competencias nacionales. Considerando los compromisos que han afrontado por el Campeonato Nacional y la Copa Chile, acumulan siete partidos sin conocer derrotas. Cuatro de ellos han sido triunfos. El último, ante Universidad Católica, los consagró en la fase final del segundo torneo en importancia a nivel local. Y, por tratarse también de un rival tradicional, revitaliza las esperanzas antes del choque frente a Universidad de Chile.

Gustavo Quinteros sigue empeñado en elevar al máximo posible el rendimiento de sus dirigidos. Si bien ha precisado que los topes son menores que los que pudo alcanzar el año pasado, por la diferencia cualitativa del equipo actual, su intención es optimizar lo que tiene. E, incluso, apelar a estrategias que excedan lo estrictamente futbolísticos. En el plano sicológico está, de hecho, buena parte de esa búsqueda.

La descripción inicial no es meramente figurativa. En efecto, en los últimos meses el Cacique ha tenido que moverse del predio que mantiene en Macul, donde, además del estadio Monumental, funciona toda la logística institucional. En ese escenario, ha tenido que buscar locaciones que cumplan con los requerimientos del cuerpo técnico de Gustavo Quinteros, que pidió expresamente campos que estuvieran en óptimas condiciones para seguir elevando el nivel de juego del equipo de cara a la recta final, y decisiva, del año.

Los albos han recurrido a dos sitios: las canchas de la ANFP, en Quilín, y el flamante complejo deportivo del Sifup, en Pirque. “Teníamos la necesidad de parar nuestras canchas de entrenamientos para mejorar la calidad del pasto. Fue así como nació la alternativa de las canchas del Sifup en Pirque. Gustavo visitó el complejo y quedó enamorado de las canchas”, explica Daniel Morón, el gerente deportivo de los albos respecto de la elección de los campos de la entidad gremial.

Las obras a las que alude el arquero del equipo albo que en 1991 alzó la Copa Libertadores de América se refieren a la reparación de las canchas 3 y 4 del estadio Monumental, que son las que habitualmente ocupa el primer equipo del Cacique. La intervención implica el resembrado de las canchas, proceso en el que se han ocupado técnicas que apuntan a acelerarlo. La primera, de hecho, ya está en condiciones de ser entregada. Sin embargo, no hay apuro por devolverse plenamente a casa.

La comodidad de las instalaciones gremiales, de hecho, ha permitido realizar jornadas dobles de trabajo sin el asedio que implica trabajar en el Monumental, al que suelen llegar fanáticos para acercarse a los jugadores. Cuando se necesita, el club arrienda habitaciones de un hotel del lugar para que los futbolistas recuperen fuerzas de cara a la segunda parte de preparación del día.

En ese ambiente, por ejemplo, se han producido actividades de camaradería como un asado al palo, de estilo campestre. La idea, por cierto, es aprovechar todas las instancias posibles para fortalecerse, también, anímicamente.

En el Sifup valoran la visita. “Nos pone muy felices que nuestro complejo sea utilizado por los futbolistas, pues es la casa de todos ellos. Tenemos dos canchas espectaculares, quizás las mejores de Chile, por lo que todos los clubes son bienvenidos. No solo ha venido a entrenar Colo Colo, además lo han hecho otros equipos como Iberia, Santiago Morning, Magallanes y equipos internacionales como Monagas, de Venezuela”, detalla Luis Marín, secretario de la entidad gremial.

La semana alba está, en efecto, dividida en tres partes, considerando los lugares en los que debe presentarse el plantel para las respectivas prácticas. En principio, la rutina se mantendrá por un mes más, considerando la comodidad que ha producido tanto en el staff albo como en los jugadores. En septiembre, de hecho, está previsto realizar un ciclo de intertemporada por cuatro días. Y en octubre habrá otro, con la finalidad de llegar en plenas condiciones a la recta final de la campaña.

La semana se divide en tres partes: una se desarrolla en el Monumental, la otra en Quilín y la restante, en Pirque. Hasta ahora, el balance es óptimo, pues el reencantamiento se ha traducido en resultados: los albos han ido recuperado la identidad futbolística y, aunque aún están a nueve puntos del líder, Cobresal, confían en que el envión les alcanzará para, primero, darle alcance e, idealmente, para festejar un nuevo bicampeonato.