El 4 de enero de 2024 es un fecha que quedó grabada a fuego en la identidad del hincha de Colo Colo. Ese día el Cacique concretaba uno de los mayores golpes de la temporadas al oficializar a Jorge Almirón como nuevo entrenador del club. Una operación que pocos creyeron que pudiese concretarse, tomando en cuenta que el DT venía de ser finalista de la última Copa Libertadores con Boca Juniors, un par de meses antes.

En ese momento, el directorio encabezado en ese entonces por Alfredo Stöhwing decidió apostar e invertir fuertemente en el técnico argentino, lo que significó desembolsar una cifra cercana a los US$ 1,6 millones, además de bonos por cada fase de la Copa Libertadores que el club pudiese ir superando. El vínculo que dura hasta diciembre de 2025 se pagó con creces después de avanzar desde la primera fase hasta los cuartos de final del certamen continental, además de obtener la ansiada estrella 34.

“Tuvimos buenas conversaciones con el, le contamos sobre nuestros planes, le garantizamos independencia y respaldo y lo entusiasmamos con el centenario”, recuerda Stöhwing.

Jorge Almirón, en la firma de su contrato, con Alfredo Stöhwing (Foto: @ColoColo)

Todo comenzó con la salida de Gustavo Quinteros. Una determinación compleja y en votación dividida, pues el argentino-boliviano había sacado al equipo de una de sus peores crisis, al salvarlo de un descenso en un partido de definición, y luego reinsertarlo en torneos internacionales gracias al título de 2022, el subcampeonato de 2021 y el tercer lugar de 2023. Sin embargo, la gran deuda de ese equipo fueron sus actuaciones en Copa Libertadores y Sudamericana, donde no fue capaz de avanzar de fase.

El salto de calidad se notó desde la pretemporada y comenzó a cimentarse en las llaves de Copa Libertadores ante Godoy Cruz y Sportivo Trinidense. Y si bien la derrota en el Superclásico caló hondo, pues fue la primera de la U tras 23 años en el Monumental, el grupo supo sobreponerse y en base a convicción siguió compitiendo en el plano internacional y en el torneo local, donde completó una espectacular segunda rueda para cobrarse revancha de su archirrival.

En el Monumental destacan su cercanía con todo el personal de trabajo y su humildad. “Cuando hay viajes, siempre se les da prioridad al cuerpo técnico o jugadores para suban primero al avión o puedan acceder primero a la comida. En muchas ocasiones él ha quedado atrás en la fila y no se hace ningún problema si tiene que esperar. Ve a todas las personas iguales y no hace ninguna distinción con la gente. Eso retrata lo educado y buena persona que es”, confidencian desde Macul. Otra fuente agrega que “no necesita andar diciendo que es el técnico ni remarcando su posición; solito se ganó el respeto y por eso es tan querido por el plantel”.

Carlos Palacios es una de las figuras fundamentales de Colo Colo durante la temporada. Foto: Javier Salvo/Photosport.

En cuanto a la alimentación, Almirón no deja detalles al azar. Cuentan conocedores del tema que él propio técnico elige en qué momento se realizan los tradicionales asados, en coordinación con la nutricionista Gabriella Riveri, y es él mismo el que se encarga de financiarlos. La idea es mantener el orden en ese aspecto. Y también, tanto a Colombia como a Argentina, llevó al cocinero, a su ayudante, y a las encargadas del aseo. “En ese aspecto es súper meticuloso, no deja nada al azar y que toda la gente esté comprometida y que no haya diferencias con nadie. Quiere que todo funcione a la perfección”.

Pero así como puede ser encantador como persona, no tiene problema en aplicar mano dura en caso de que alguien le falle. De hecho, eso ocurrió luego de que Brayan Cortés se hiciera expulsar ante Unión Española en la víspera del Superclásico. En Pedreros recuerdan que la reprimenda fue durísima y delante de sus compañeros, pero el arquero entendió y asumió su equivocación.

Zoom futbolístico

Almirón asumió con un plantel similar al del año anterior, con las incrustaciones de Arturo Vidal, Lucas Cepeda, Guillermo Paiva y posteriormente Gonzalo Castellani. Con esos jugadores afrontó la primera mitad del año. Luego, sumó jerarquía con Javier Correa y Mauricio Isla.

Los albos se consolidaron con el equipo de mayor posesión del fútbol chileno y también lo demostraron en la Copa Libertadores, donde sometieron en ese ítem a todos sus rivales, incluyendo a River Plate. En cuanto al dibujo táctico, durante la temporada ha ido manejando el 4-2-3-1 y el 3-4-1-2, dependiendo de la circunstancia. Incluso, esa línea de tres en el fondo puede pasar a cinco, en caso de ser necesario.

Lucas Cepeda es uno de los jugadores que más ha brillado en la era de Almirón. Foto: Javier Salvo/Photosport.

Asimismo, el oriundo de la localidad de San Miguel ha potenciado a figuras como Cepeda, que pasó de ser una apuesta a una de las grandes figuras del Cacique, también levantó su nivel Cristian Zavala, quien venía de descender con Curicó Unido, mientras que Alan Saldivia se terminó de consolidar como pieza clave en la zaga, y Carlos Palacios volvió a ser el jugador que deslumbraba en el fútbol chileno antes de emigrar a Brasil.

Otra de los aspectos bien valorados por el medio fue el gran nivel defensivo del equipo, promediados en los escasos goles que recibió en el torneo continental. De hecho, nunca encajó más de dos tantos en el certamen ni tampoco perdió por más de uno.