Guillermo Coppola vuelve a tomarse las portadas de los medios en Argentina. El histórico representante de Diego Armando Maradona ha sido objeto de análisis y comentarios luego del estreno de la serie en la que se retratan sus años como manager del Pelusa. Con el título de “Coppola, el representante”, llegó una comedia en la que se retratan los momentos más icónicos de la relación entre el agente y el futbolista.
“Diego, hoy, es una idea, es una ilusión”. Con esa frase como premisa, se da el vamos a esta biopic de seis episodios. La cita es un reflejo de lo que se presenta en la narrativa, ya que Maradona no aparece nunca, solo muestran extractos del verdadero Diego en la televisión, pero nadie lo interpreta. Aun así, siempre está. Coppola habla con él por teléfono y todas sus decisiones giran en torno al oriundo de Villa Fiorito. Después de todo, era “el hombre detrás de Dios”.
En la serie se exhiben muchas anécdotas que Coppola ha recordado en las entrevistas que ofrece y otros elementos de su vida privada, siempre chocando con su extenuante labor como mánager del Pelusa. De hecho, la serie termina con el final del vínculo profesional entre ambos, cuando el empresario decide no acompañar al ídolo transandino a Cuba en su segundo viaje de rehabilitación (aunque en la realidad la situación fue diferente, en un contexto similar). El metraje es protagonizado por Juan Minujín, quien se luce en el papel de Guillote, uno de los apodos que tenía el empresario.
El verdadero Guillote
Guillermo Esteban Coppola nació el 12 de octubre de 1948, en Buenos Aires. Su padre era camionero y su madre cosmetóloga. Él desde pequeño trabajo como vendedor, sin embargo, tuvo la oportunidad de estudiar con una beca y se recibió como Licenciado en Administración de Empresas. Esto lo llevó a tener distintos trabajos e ir haciéndose de un nombre en la capital de Argentina.
En la década de los 70 comenzó a trabajar en el Banco Federal Argentino y un día le tocó asesorar a un futbolista de Boca Juniors. Así comienza a trabajar directamente con jugadores. Su habilidad con los números hizo que los deportistas llegaran a pedirle ayuda financiera, tal como se retrata en la ficción. Para 1985 tenía 183 clientes, entre los que destacaban Ricardo Gareca, Óscar Ruggeri y Mario Alberto Kempes.
Pero el 184 lo cambiaría todo. En septiembre del 85, Maradona anunciaba el final de su vínculo contractual con Jorge Cyterszpiler, quien oficiaba como su representante desde el arranque de su carrera. En julio de ese año ya estaba rondando la idea de que Coppola tomase los destinos de la carrera del Diez. Y ocurrió. Por casi dos décadas, su relación fue mucho más allá de la de un jugador y su representante. Compartieron cientos de fiestas, situaciones polémicas y algunas emotivas. Por 18 años, con una interrupción entre 1990 y 1994, Cappa Bianca fue la mano derecha de uno de los hombres más conocidos en el planeta. De alguien que para muchos seguidores era una verdadera deidad.
El primer capítulo de la serie de Coppola se basa en un popurrí de historias. Entre las más conocidas, la Ferrari negra que Maradona le encargó antes del Mundial de 1986. En la vida real, Guillote tuvo que conseguirla en diálogo directo con Enzo Ferrari. Con los años, el agente ha cambiado las versiones de la historia. O más bien, agregando situaciones. Incluso, las fechas que expone no calzan con los lanzamientos del famoso modelo F40. En la serie, de hecho, se hace una especie de “burla” a esto, porque conforme avanza el tiempo en la ficción, el personaje de Coppola cada vez incorpora más elementos al relato. Se atribuye el calificativo de “creador de la Ferrari negra”, cuando lo cierto es que ya existía.
¿Una novia chilena? ¿Tapando infidelidades de Diego?
En el segundo capítulo de la serie, la actriz nacional Mayte Rodríguez sorprende interpretando a Sophie, una modelo (chilena como la profesional que actúa) con la que Coppola mantiene una relación amorosa por algunos meses. Tras dos rechazos, el representante logra conquistarla y establecen un vínculo. Sin embargo, en la realidad esto no fue tal, ya que no existen registros de una novia chilena en la vida del agente. La situación más similar fue su noviazgo con Monique Modlmayer, una modelo alemana. En ella estaría basada el personaje cuya actuación corre por parte de la expareja de Alexis Sánchez. De hecho, se supone que de ahí aparece el jarrón donde años más tarde se encontraría cocaína y que llevaría a Coppola a la cárcel.
Otro arco grande dentro de los seis capítulos es la relación falsa que establecen Alejandra Pradón y Coppola para tapar un amorío de Maradona con la vedette. Esto los lleva incluso a dar una entrevista en el programa de Susana Giménez. Una entrevista que, dicho sea de paso, si ocurrió y está en YouTube. Sin embargo, la mediática figura argentina no está conforme con la imagen que mostraron de ella en Star+. “No me gustó nada, nada de nada. Me ensuciaron a mí. Yo fui la pareja de Guillermo, él vivió conmigo acá, en mi casa. ¿Cómo voy a ser la amante de Diego? Ni un minuto estuve sola con él”, señaló hace algunos días.
Acusado de asesinato y preso por cocaína
Durante la noche del 20 de abril de 1994, Guillermo Coppola estaba junto a Leopoldo Artemano y Ramón Hernández en un restorán en Buenos Aires. Tras la cena, Poli Artemano fue baleado en la entrada del edificio donde se ubicaba su departamento. Tras horas de agonía, el empresario falleció. En la serie se dedica un capítulo a esto, con el título de “Mi amigo Poli”. Sin embargo, se omiten las investigaciones que se realizaron al agente, quien figuró entre los acusados por el crimen. Finalmente, la causa fue cerrada en 2006, 12 años después de la muerte de Artemano, sin determinar culpables.
Por otra parte, en octubre de 1996, Coppola fue detenido luego de que la policía allanara su domicilio y encontrara 406 gramos de cocaína de baja pureza dentro de un jarrón.
En ese momento, el agente contaba con una orden de captura emitido por el juez Hernán Bernasconi. En este caso, existe mucha similitud con la ficción, ya que Cappa Bianca efectivamente decide entregarse y que todo sea televisado. “Quiero decir que me parece llamativo que hayan encontrado drogas en el ánfora que estaba en el pasillo más transitado de la casa”, señalaba a las cámaras. Finalmente, pasó 97 días en prisión, tiempo en el que se comprobó que la causa fue armada por la justicia. Los roles se dieron vuelta, ya que los culpables fueron a la cárcel y Coppola, liberado.
El final con Diego
“Se manda cagada tras cagada, ¿y quién es el pelotudo que está atrás levantándole los soretitos con una pala? ¡Guillermo Esteban Coppola!”, es una de las líneas que interpreta Juan Minujín en el último episodio de la serie. Para 2003, la relación entre Coppola y Maradona tenía un desgaste evidente. Acrecentado por los excesos del futbolista, sobre todo, tras un incendio en la casa de Mariscal Castilla 3050, producido por la pirotecnia que el Pibe de Oro lanzaba en el inmueble. Como acostumbraba, el empresario intentó armar una coartada, explicando que el accidente se dio por un cortocircuito.
Eran tiempos de descontrol. Solo un par de años antes, Maradona había estado al borde de la muerte en Punta del Este, tras una alocada fiesta de año nuevo por el cambio de milenio. El campeón del mundo en México 86 cayó en coma por sobredosis. Cuando se daba por hecho que partiría, logró gambetear. Como solía hacerlo, Coppola buscó tapar el hecho ante la prensa. “Diego es hipertenso. Hay un importante porcentaje de la población que sufre de hipertensión. No hay que cargar directamente para obtener la mejor información con sensacionalismo. Eso no le hace bien a nadie. Diego está en una sala de cuidados especiales, le han hecho controles, pero está bien. No hubo peligro”, señaló desde Uruguay. Años más tarde reconocería la verdad.
Finalmente, todo terminó en Cuba. Una discusión entre ambos, en el día del cumpleaños del fallecido jugador, derivó en la renuncia de Coppola. “Fue una novela. Y ahí nos despedimos: ‘Yo te voy a amar toda la vida’. ‘Yo también’, nos dijimos”, relató Guillote tras la muerte del Diez. Después de la separación, Maradona acusó a Guillermo Coppola de robarle el dinero de sus hijas. Algo que el representante ha negado siempre.
Recién en 2018, en el Mundial, pudieron reconciliarse. Se vieron por última vez en 2020, meses antes del deceso del ídolo transandino. “Cuando nos encontramos en Rusia, que fue nuestro primer reencuentro, me dijo ‘Nunca dejé de amarte’ y yo le dije lo mismo”, contó a TNT Sports Argentina.