Se juegan los últimos minutos en el Nacional, entre la U e Internacional, y de pronto la cancha se llena de humo. Al fondo, en el codo de la galería sur que colinda con la tribuna Pacífico, se observa una estructura de madera envuelta en llamas. También arden algunas butacas plásticas, generando una enorme columna negra y el éxodo anticipado del público que estaba ahí.
Los robocops tomaron una manguera e intentaron apagar el fuego. Sin embargo, la poca potencia del artefacto los obligó a acercarse y quedar a tiro para ser víctimas de los proyectiles que lanzaban los violentistas.
A 10 minutos del final, un solitario hincha inició las provocaciones hacia la guardia privada. En al menos cinco ocasiones el exaltado ingresó a la cancha, siendo perseguido por el personal de seguridad. No obstante, en cada una de ellas logró zafar y refugiarse en la barra. Eso sí, en una de ellas, se detuvo el partido hasta que el sujeto saliera. No llegó al minuto suspensión.
Cada vez que los robocops se dejaron ver, la gente les arrojó objetos. Incluso, Lomba, el portero de Inter, pensó que él era el blanco de las agresiones, pero el árbitro argentino Facundo Tello desestimó su reclamo y le pidió seguir jugando.
Al finalizar el partido, personal de carabineros se acercó a controlar que ningún hincha invadiera la cancha, lo que consiguieron con éxito, mientras todavía ardía el codo surponiente.
Durante el primer tiempo, todo se desarrolló con tranquilidad. Solo se vieron los ya habituales lienzos y cánticos contra el Presidente Piñera. No obstante, la violencia apareció en el entretiempo, cuando se produjeron enfrentamientos en el acceso de la puerta 14, donde unos 30 individuos apedrearon un bus policial, mientras que sobre el final un sujeto fue detenido en la galería sur, lo que fue aplaudido por parte del escaso público que aún seguía en las gradas.
Luego, los incidentes se trasladaron a las calles aledañas al recinto, donde armaron barricadas y hubo enfrentamientos con la fuerza pública.
La situación indignó a Azul Azul. Sergio Vargas, director, condenó los hechos. "Es lamentable, son gente que no les interesa nada, ni siquiera la U; son lacras de la sociedad. Es lamentable, doloroso. Esto no tiene ninguna excusa, ninguna reivindicación social", sostuvo. José Luis Navarrete, timonel del club, dijo: "Venimos a ver fútbol y mira lo que tenemos".
La U arriesga duras sanciones de la Conmebol, que ayer recibió un extenso informe de los comisarios del partido, el argentino Gustavo Battagliotti (comisario) y el ecuatoriano Lino Proaño (oficial de seguridad). Según revelan desde la Confederación, el resumen oficial que ambos emisarios entregan por separado serán muy duros e incluyen fotografías y videos. Se detalló todo y, además, la dirigencia de Fluminense realizó serios reclamos contra la localía del conjunto estudiantil.
La sanciones se definen en los próximos días, pero se da casi por descontado que al menos se le dará a la U un partido de local sin público y una fuerte multa.