Los Vidaurre, la historia de una familia que sigue escribiendo la historia del deporte chileno
Martín Vidaurre quedó 11° en los Juegos Olímpicos de París. Hace menos de un año, su hermana se colgó la plata en los Juegos Panamericanos de Santiago, mientras que su padre fue uno de los pioneros del mountain bike en el país y experimentado piloto de rally.
En París 2024, Martín Vidaurre volvió a demostrar que es uno de los mejores deportistas que tiene Chile en la actualidad. Finalizó 11° en el mountain bike olímpico, mejorando en cinco puestos su resultado de Tokio 2020 y rozando el top ten durante largos tramos de la carrera.
Con 24 años, a sus dos competencias olímpicas le puede sumar un título mundial Sub-23 y haber sido número uno del ranking planetario en esa misma categoría. Como si fuese poco, también ya suma dos medallas panamericanas: bronce en Lima 2019 y plata en Santiago 2023, donde su hermana, Catalina, también quedó en el segundo puesto del mountain bike.
Lo vívido en la capital el año pasado también fue un momento de explosión mediático para la familia Vidaurre. Si bien es cierto que desde sus hitos en las categorías juveniles Vidaurre recibió una gran atención de los medios, el hecho de ganar medallas panamericanas en un mismo día con su hermana, llevó la historia a un nivel nunca antes alcanzado.
Aquí, un repaso por la vida de Martín y Catalina, dos atletas jóvenes, que representan la nueva camada del deporte chileno, quienes comenzaron el deporte por su padre Cristóbal, pionero del mountain bike en el país y reconocido piloto de rally.
Competidores de sangre
Cristóbal Vidaurre nació con una bicicleta al lado. No era de extrañar que a sus hijos les inculcara aquella pasión. O disciplina, en su caso. Él se destacaba en los años en que no existía la Federación en Chile. “Me mantuve activo para acompañar a Martín y a la Catalina a hacer los circuitos antes de las carreras, para darles consejos, decirles en esta parte ‘preocúpate de este detalle o en esta tienes que tomar agua’ u ‘ojo con este sector’”, declaraba a El Deportivo, hace algún tiempo, al explicar su rol en la formación de sus hijos.
Los Vidaurre a los dos años ya pedaleaban. Martín a los cinco de edad competía. Con 19 años logró la medalla de bronce en Lima 2019. Cuatro años después, se superó a sí mismo. Pero no estaba conforme. Es probable que siga pensando en aquello, vislumbrando solo un oro en mente.
En el arranque arranque en 2021, Vidaurre vivía un verano que cambiaría su perspectiva dentro del deporte. Durante esos meses ganaría el oro en el Campeonato Mundial de Mountain Bike Sub 23. Desde entonces mantiene el apetito por ser siempre el mejor. Eso explica, además, su frustración al conseguir la medalla de plata en Santiago 2023.
Una enfermedad que no la detuvo
Para Catalina Vidaurre las cosas jamás han sido sencillas. “A principio de año me tocó una enfermedad que ni yo creía que existía y fue en verdad muy triste. Yo pensaba que este año iba a ser todo perdido, el nacional tampoco fue como yo esperaba”, señalaba al conseguir la plata panamericana, el logro más importante de su carrera.
En marzo de 2023, Vidaurre subió una publicación a su Instagram donde explicaba que debía alejarse del campeonato nacional. “Hace semanas que no me andaba sintiendo muy bien entrenando, con mucha dificultad para respirar y muy cansada, y obviamente como a uno no le gusta parar no le preste mucha atención al asunto pensado que se iba a pasar solo, pero no señores la cosa no paso”, inició en aquella ocasión.
“Fui hospitalizada la semana pasada porque me encontraron trombos en ambos pulmones, lo que me estaba provocando dificultad al respirar y mucho cansancio. A pesar de todo el susto y gravedad del asunto estoy feliz de que no paso a mayores y que pude volver al rodillo y gimnasio. Seguimos analizando lo que se viene para el futuro junto a todos los doctores”, daba a conocer.
A solo ocho meses de aquello, la deportista no solo superó sus dificultades médicas, sino que se posicionó como una de las mejores del continente en su disciplina. Lo hizo al lado de su hermano y sus padres. “No puedo estar mas agradecida de todo el público que llegó al cerro, gracias por todos esos gritos, no saben la gran ayuda que fueron”, redactó en sus redes sociales para finalizar un año deportivo que inició entre algodones y terminó en la cima.
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