Cuando Lucas Westcott apoyó el balón en el ingoal argentino, se comenzó a cimentar una de las victorias más importantes del rugby chileno. Posiblemente la más grande de todos los tiempos. Hoy los Cóndores inician un nuevo desafío en el Seven de Viña.
¿Qué significó marcar ese try?
No me lo tomé tan personal porque fue gracias a mis compañeros. Yo solamente agarré el balón después de la recuperación y tuve la suerte de apoyarlo. Pero, para mí, el mérito es de todo el equipo.
¿Cómo fueron las horas posteriores al triunfo en Punta del Este?
Con mucha felicidad. Me llegó una gran cantidad de mensajes impresionantes, felicitaciones de todos los conocidos. La prensa pidiéndote saludos e invitaciones a distintos lugares... Pero hay que tomárselo con calma. No nos basta con lo de Punta del Este. Estamos solo enfocados en lo que será Viña del Mar y por eso hemos tenido harta recuperación para llegar en las mejores condiciones.
¿Es este el triunfo más importante en la historia del rugby chileno?
Creo que no. Pienso que el más importante sigue siendo la victoria frente a los All Blacks [por 7-0 en el Seven de Sillicon Valley, en 2017]. Pero sin duda este ocupa un escalón bien arriba.
¿Con estos resultados el rugby puede hacerse más masivo en Chile?
Estamos a punto de clasificar al Seven World Series de Hong Kong. Llevamos dos años seguidos cayendo en semifinales con Alemania y es un objetivo pasar eso. Para mejorar se tiene que masificar más el deporte, que haya más apoyo de los medios. La Federación esta haciendo todo lo posible, como fue la gira de los Maorí All Blacks, que ayudó mucho económicamente. Gracias a esa gira se armó un gimnasio de nivel profesional en el centro donde entrenamos.
Sudáfrica, Uruguay y Brasil son los rivales en Viña. ¿Cómo los ve?
Es un grupo un poco más difícil que el que enfrentamos en Uruguay. Sudáfrica es una potencia mundial, no viene con sus mejores jugadores, pero hay que respetarla. Uruguay se podría decir que es como nuestro archirrival y va a ser una batalla complicada. Brasil, como equipo sudamericano, no se regala nunca, aunque seguramente va a ser menos duro que Uruguay.
Con 23 años es uno de los más jóvenes de este plantel ¿Le han transmitido todo eso para mejorar como jugador?
Definitivamente, sí. Entré con 20, 21 años a la selección y veía a estos jugadores más experimentados como ejemplos a seguir. Me ayudaron mucho a mejorar mi juego y en mi día a día.
¿Cómo es la relación en el plantel?
El grupo es tan chico, venimos cuatro o cinco años juntos, y somos casi hermanos. Hay demasiada buena onda y es muy importante para nosotros que se mantenga esa unidad. Se refleja en cómo jugamos. Cuando nos toca en los clubes hay muchas risas y si te llega un tackle fuerte de un compañero de selección hay que bancárselo y se lo felicita. Es parte del juego.
La mayoría de los seleccionados no vive del rugby ¿A qué se dedica usted?
Estudio Agronomía. Estoy en cuarto año en la Universidad Mayor.
¿Es difícil compaginar el estudio con el rugby?
Se requiere un esfuerzo adicional. El primer semestre del año pasado tuvimos varias giras con la selección y por eso tuve que tomar menos ramos para poder complementarlo con el rugby. Para todos los que estudian y trabajan es lo mismo, a veces se dejan cosas de lado para poder dedicarse 100 por ciento a esto.
¿Cómo es el apoyo de sus cercanos?
Toda mi familia, mi polola y mis amigos me bancan infinitamente y aceptan en lo que estoy. Me apoyan y están ahí siempre.
¿Cómo proyecta su carrera y qué objetivos se pone?
Se viene un semestre con muchas giras y cosas importantes, quiero estar en todo. En lo personal, ser parte del equipo y estar lo mejor posible físicamente. Lo primero es ganar Viña y clasificar al circuito. De ahí, el objetivo es ganar en Hong Kong. También se vienen los Panamericanos, donde nos proponemos obtener una medalla. El preolímpico también es un objetivo para estar en Tokio 2020.
¿Un sueño?
Clasificar al circuito mundial ganando en Hong Kong. De ahí en adelante podrían aparecerlas ofertas del extranjero, donde es un sueño jugar algún día.