Con apenas 19 partidos jugados en la UC, Luciano Aued (31) ya tiene dos lugares ganados en San Carlos: uno en la cancha, como titular y goleador, y el otro en el camarín, como referente. Con ese cartel, el volante argentino desmenuza junto a La Tercera el presente ganador de los cruzados, hace frente a las críticas por el estilo y da su visión del delicado momento de los clubes chilenos en los torneos internacionales.
¿Cómo se ha sentido en la UC?
El primer semestre no fue bueno. Éste arrancamos de buena forma y eso hace que me sienta más útil. Me siento cómodo, me siento bien. Quiero trascender y dejar algo en Católica. Que me recuerden más allá de lo futbolístico. En lo personal, en lo humano. Eso me parece más lindo que ganar un título o estar en una vitrina.
¿Y eso cómo se logra?
En el día a día, trabajando, siendo buena persona. Viendo que uno se mimetiza con el club, que lo quiere, que intenta aprender y entender su historia, el sentido del hincha, qué le gusta. Y después aportarle lo de uno.
¿Se siente importante?
Los roles se van imponiendo solos, no es que los busque. Había un plantel, se terminaron procesos y se produjo un cambio. Mi edad y experiencia, viniendo de un fútbol tan competitivo como el argentino y un club tan grande como Racing, te pone solo en ese lugar. Lo tomo con naturalidad. Sigo siendo igual y ése es el mejor espejo que los chicos puedan mirar.
¿Se esperaba este arranque?
Fuimos cautos. No quisimos apurarnos ni crear falsas expectativas. La realidad es que desde el día que llegó Beñat fuimos entendiendo cuál era su mensaje. Él creía que el equipo tenía un potencial y por suerte lo fue mostrando. Lo primordial era el trabajo, la unión, estar todos metidos en el proyecto. Eso se logró. Lo que pasa es una consecuencia. El trabajo se ve reflejado y eso da un plus, anima a seguir por ese camino.
¿Qué cambió?
Se renueva todo con el cambio de mando de técnico. Las expectativas son otras. Fue un proceso largo y exitoso el de Mario, pero ya estaba llegando a su fin. La llegada de Beñat, con su idea de juego y de grupo, nos convenció. Nos alineamos con esa idea.
¿Da para ilusionarse?
Vamos cautos. Está bien que la gente se ilusione. De adentro queremos transmitir que el equipo está bien, sólido, que sabe dónde está, que no nos creemos más que nadie. No podemos desenfocarnos. Sabemos que tenemos un equipo parejo, normal y que con trabajo y esfuerzo puede lograr grandes cosas. Ahora, donde haya un poco de relajo, desviarnos un poquito, vamos a terminar como el semestre pasado. La ilusión se la dejamos a la gente. Nosotros, a lo nuestro, a nuestro camino.
¿Qué le dejó Salas y qué le aporta Beñat?
Son técnicos distintos. A Mario lo llegué a conocer muy poco. Le estoy agradecido porque fue uno de los que dio el visto bueno para que yo llegara. Si estoy acá es gracias a él. Me asemejo en su forma de sentir el fútbol, de vivirlo, de transmitirlo. Quizás tenga diferencias en otras cosas. Con Beñat es algo totalmente distinto. Mucho más cauto, más tranquilo, un técnico joven, con muchas ganas de trascender en el deporte, con una idea de juego muy clara, que varía un poco a la de Mario y quizás hace que uno se vaya sintiendo un poco más cómodo.
¿Un estilo es mejor que el otro?
El proceso de Mario fue muy exitoso, entonces quiere decir que fue muy bueno y al club le hizo muy bien. Y con Beñat tenemos un gran inicio, pero todavía no logramos nada. El tiempo dirá.
Pero la forma de juego de la UC es criticable.
La verdad es que no leo mucho, no le doy mucha importancia. Siento que estamos bien, por buen camino, con cosas por mejorar. Es un proceso que cuesta, no es fácil. Se nos dio el resultado muy rápido y eso hace que se cree efervescencia, pero el grupo tiene los pies sobre la tierra. Si queremos conseguir cosas, tenemos que seguir evolucionando en el juego, que el equipo se vaya haciendo más sólido. Las críticas son normales. Yo optaría por darle valor a lo que hace Católica. Siempre es más fácil criticar y destruir en vez de ver por qué estamos primeros, en vez de ver que el equipo evoluciona y que, cuando no puede jugar bien, sigue ganando. Son muchísimas cosas por resaltar y el equipo sabe las falencias que tiene. El equipo todavía no llegó a su techo. Lógicamente que tendremos que jugar mejor para mantener el lugar en que estamos. Pero me parece que una de las cosas a rescatar es que somos un equipo muy práctico, que sabe sus limitaciones. Sería un error intentar algo que no nos sale o no es nuestra esencia.
¿Cómo juega la UC? ¿Es pragmática? ¿Resultadista?
Somos un equipo práctico, que entiende el juego, entiende cómo va la cosa, que sabe leer los partidos. Por momentos se ha dado mucha posesión de pelota, variantes que entrenamos de cómo atacar, cómo construir... Y por momentos hemos tenido que esperar, como con Iquique, con un primer tiempo de estudio, de estar bien parados y no desordenarnos. Y en el segundo, soltarnos y mostrar la cara de presionar, tener la pelota y ser profundos.
¿Está mal criticar a un equipo pragmático o resultadista?
Entiendo las críticas constructivas, nos pueden servir. Lo que no acepto es que se intente destruir algo que se está haciendo bien o que está teniendo resultados. Las críticas infundadas no son de mi agrado. Si un equipo conoce sus limitaciones, es una virtud.
¿Unión y Colo Colo serán un buen parámetro?
Sí, por su jerarquía, son medida para saber dónde estamos. Tienen individualidades que marcan la diferencia.
¿Qué le genera vivir de cerca la situación de Buonanotte?
Ante todo, respeto y admiración. Un gran sentido de aprecio. No es una situación fácil, y siempre se le ve bien, con ganas. Trata de que el fútbol sea una contención ante un golpe tan duro que le está dando la vida. Y a pesar de todo, quiere estar acá. No se pierde ningún entrenamiento, va a Argentina a estar con su padre y sigue entrenando allá para no perder el ritmo. Se me pone la piel de gallina. No me gustaría estar en su lugar y, la verdad, no sé si actuaría de la misma forma. Es respeto, admiración y cariño, estarle encima para que sienta que su esfuerzo lo valoramos mucho.
Usted comenzó a hacer goles…
No es mi característica, no es mi función. Sí está bueno que un volante tenga gol o llegue, porque el equipo rival no lo espera. La sorpresa siempre es buena. Un equipo en que los volantes hacen goles termina peleando los primeros puestos. Se dio por una situación en que me sentí con confianza para patear los penales.
¿Por qué empezó a patearlos?
Me sentí con confianza contra Antofagasta. El Chapa era el encargado y ya había hecho un gol. Entonces le dije: "déjamelo, que ya hiciste uno". Un poco en chiste. Y me tocó hacerlo bien. Pero el gol no es algo que me preocupe o haga hincapié.
¿Los seguirá pateando usted?
Es un poco cómo se vea en el partido. Vengo pateando y, si toca otro, lo voy a hacer. Pero quizás si hay un compañero que esté mejor, o no me siento con confianza, no hay ningún problema que lo patee otro. No es que sea yo el encargado fijo.
¿Cómo evalúa su momento?
Me siento bien, cómodo. Me siento importante para el equipo en el rol que me toca. Pero no me quiero relajar, pensar que he jugado todos los partidos. Sé que cuando uno empieza a pensar en eso, se saca el foco. La competencia le hace bien al equipo. Necesitaba una pretemporada desde el inicio. El semestre pasado llegué y a los tres días ya estaba jugando. Y el cuerpo lo va sintiendo. Se va fatigando de otra forma.
Hablaba de no relajarse, ¿influyen las rotaciones?
Está bueno, porque les da posibilidades a todos. Pero también creo que van muy pocas fechas. El técnico va probando hasta que en algún momento, estoy seguro, le va a salir el once de memoria. Por lo que he podido saber, en otros equipos Beñat ha dado continuidad a un once. En la UC, el estar todos tan parejos le da cierta posibilidad de rotación. Pero con el correr de las fechas va a encontrar un once o varios jugadores fijos y la rotación va a ser menor. Y eso va a hacer que el equipo evolucione y termine de consolidarse.
Hay algunos a los que no les ha tocado jugar mucho…
Es difícil cuando no te toca. He estado en grupos en que los que estaban afuera no sumaban. Y eso le hace mal al grupo, el tener mala cara o ser mal compañero. Y en este caso me parece que es todo lo contrario. El que está afuera, quizás sí está con bronca, pero jamás se lo demuestra a un compañero o al técnico. Lo demuestra con más ganas en el entrenamiento. Y eso no es lo lógico que pase en el fútbol, por la competencia que hay. En eso tiene mucho que ver Beñat, que les da importancia a todos, trata de que todos estén bien, entrenados, que tengan competencia, que en los amistosos puedan jugar todos. Eso está bueno porque hace que el que esté afuera y que quizás no sumó tantos minutos tenga nivel de competencia y pueda competir al mismo nivel que todos. Hay pequeñas cositas que te van marcando que vamos por buen camino.
¿Tienen ventaja ante la U y Colo Colo por la Libertadores?
Nos hubiese encantado jugar la Copa y no pudimos. Es algo que nos duele. Mirarlo de afuera no es lindo, no le hace bien a la imagen del club. Dicho eso, lógicamente que ellos van a tener que hacer rotaciones. Pero a la U la tenemos a tres puntos. Y Colo Colo volvió a ganar y también lo tenemos cerca. Y hay muchos otros equipos que están ahí peleando. Hemos ganado cinco partidos de cinco y la diferencia en la tabla es de un solo partido, cuando en general cuando un equipo arranca tan bien, se corta y quizás saca cuatro, cinco o seis puntos de ventaja. Pero no, en este caso es un partido, estamos ahí nomás. Por eso decía que tenemos los pies sobre la tierra: sí, ganamos cinco, pero todavía tenemos a la U a un solo partido, estamos ahí cerquita y no nos podemos relajar.
¿Cuál es su diagnóstico de la poca competitividad de los equipos chilenos en el exterior?
Mi visión, con todo respeto, es que quizás el torneo... Lo competitivo de acá es bueno, porque se intenta jugar al fútbol, salir de atrás, progresar, la idea de juego es buena. Pero sí que me parece que a nivel internacional en Chile se está un poco lejos de cómo se juegan las copas, de cómo se hace para competir. Un poco por la experiencia que me ha tocado, se sabe que cuando juegas copas y vas de visitante, o cuando juegas contra equipos importantes, esa forma de juego que se tiene en Chile termina haciendo que pierdas. A la larga los que han ganado o llegado lejos son los equipos duros, que mantienen el cero en el arco, que tratan de ir arriesgando a lo largo del partido y no desde el inicio. Eso atenta contra la forma de jugar del fútbol chileno en sí, que intenta jugar mucho y que tiene mucho de la idea de Bielsa, Sampaoli... toda esa cultura que se creó.
¿Falta saber jugar partidos coperos?
Me parece que sí, me parece que ése es el camino. No sé si falta saberlos jugar, sino que entender los momentos de los partidos. Entender que a nivel internacional es mucho más práctico ser un equipo duro y tratar de no arriesgar tanto y ser más práctico que intentar jugar, progresar, tener una buena idea de juego. Está claro que ha pasado y a la Católica le pasó en la Libertadores, donde la idea de juego era bárbara, que se intentaba progresar. Yo lo veía desde afuera y decía: "qué bien que juega Católica", pero después terminaba pagando todo lo que quería generar. Entonces, termina siendo contraproducente.