El 15 de septiembre pasado, Luciano Cabral consiguió la libertad condicional y dio un paso decisivo para volver a la vida que tuvo antes del 1 de enero de 2017, cuando participó en el homicidio del murguero Joan Villegas en Mendoza. Ese día, la existencia del exseleccionado chileno Sub 20 y volante de Athlético Paranaense, cambió definitivamente. Tanto él como su padre y su primo Áxel Olguín terminaron tras las rejas. El futbolista recibió una pena de nueve años y medio de cárcel, mientras que su progenitor está purgando 16 años y su otro familiar fue condenado a ocho.

Tras cinco años y ocho meses de prisión, el jugador ya está con su familia a tiempo completo, ya que en la última parte de su condena gozó de un régimen un poco similar a la libertad, lo que le permitió estar con sus seres queridos la mayor parte del tiempo. “Hoy me encuentro en la misma granja, pero apartado de los demás internos, porque soy el único que tiene este beneficio. Solamente vuelvo al complejo a dormir. Todos los días salgo a las 7 de la mañana y me presento a las 9.30 de la noche. Ese beneficio lo gozo de lunes a viernes acá en el club y el fin de semana con mi familia”, decía en junio pasado en una entrevista con El Deportivo.

En esa misma conversación, Cabral manifestó su deseo de radicarse en Chile apenas quedara en libertad por temor a represalias. “Exactamente. En contra mía y de mi familia, porque hoy tengo hijos. Yo hoy pienso más en mis hijos que en mí”, señalaba, al tiempo que manifestó que no pudo conversar con la familia afectada debido a la existencia de medidas cautelares: “No porque no me lo haya propuesto, sino porque del otro lado no se ha brindado la posibilidad y no puedo pasar sus límites en estas cosas. Además, hay una prohibición de acercamiento hacia ellos. Eso para mí es bueno y quiero que el día que recupere mi libertad sea para los dos lados igual: que ellos no se puedan acercar a mí ni yo a ellos”.

El trámite que falta

Con la libertad condicional ejecutoriada, el formado en La Paternal está tramitando la posibilidad de firmar ante la Justicia chilena, aprovechando su nacionalidad. Esta solicitud tiene que ser analizada por la Corte Suprema. Si la respuesta es positiva, el volante cruzará la cordillera y buscará fichar por algún equipo nacional. “Ese es mi gran deseo: poder revivir nuevas cosas en un país que me ha dado mucho cariño y afecto, cosas que aquí no encontré”, señalaba en junio pasado.

Actualmente ya cuenta con representante y está poniéndose a punto por su cuenta, según confidencian en su entorno. Hace un par de semanas aprovechó la visita de Argentinos Juniors a Mendoza para jugar con Godoy Cruz. Ahí se acercó al plantel de su exequipo y a la dirigencia, con quienes compartió privadamente. Hace un par de días, el club de donde surgió Diego Armando Maradona hizo público el encuentro.

En las próximas semanas, Luciano Cabral tendrá el destino más claro para ver si puede cumplir su deseo de relanzar su carrera en Chile y buscar una nueva oportunidad en el fútbol a los 27 años.

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