Uno de los mejores jugadores del fútbol chileno comenzó en los equipos de barrio Igualdad y Trabajo, de San Pablo; Club Banfield, de Yungay, y en el Deportivo Bulnes. En 1956 se probó de defensa central en las infantiles de Universidad de Chile ante el entrenador Washington Urrutia. De lateral derecho jugó en la selección juvenil de Fernando Riera que viajó al sudamericano de Lima (abril de 1958), junto con José Sulantay y Alberto Fouillioux, entre otros.

Luis Armando Eyzaguirre Silva nació el 22 de junio de 1939 en Santiago (cumplió 79 años). Medía 1 metro 69 y pesaba 63 kilos. Jugó los últimos cuatro partidos del torneo de 1958 y debutó ante Deportes La Serena en Ñuñoa. Por la selección adulta hizo su estreno en el sudamericano de Buenos Aires 1959, como lateral izquierdo, sustituyó a Sergio Navarro y anuló al puntero Abdul Aramayo, de Bolivia. Su segunda actuación fue en la Copa O'Higgins, nuevamente de lateral izquierdo en reemplazo de Navarro, y marcó a Dorval en el estadio Maracaná (Brasil 7- Chile 0, septiembre de 1959).

De lateral derecho fue titular en cinco estrellas de Universidad de Chile (1959, 1962, 1964, 1965 y 1967) y actuó en dos Mundiales: Chile 1962 e Inglaterra 1966. En octubre de 1963 integró la selección Resto del Mundo, dirigida por Riera, que enfrentó a Inglaterra en el estadio Wembley, de Londres, en el centenario del fútbol inglés. A partir de ese partido, Eyzaguirre dejó de ser llamado Negro y pasó a ser el Fifo.

Prosiguió su carrera en Huachipato (1968 a 1971) y Ferroviarios (1972 y 1973). Fue el primer lateral que subía con comodidad por la orilla, marcaba muy bien y sobresalía por su velocidad. "Los zagueros laterales llegaban hasta la mitad de la cancha, no más. Fui el primero en subir hasta la otra área. Era ganador y tenía fuelle para ir y venir. ¿Qué me iba a decir el técnico si yo volvía en seguida?", dijo.

Tieso de mechas, fue protagonista de un par de incidentes. En el estadio Santa Laura detuvo la pelota con el pecho en la línea de gol, el alero izquierdo Orlando Villegas no soportó el gesto canchero y se arrojó contra él, cayendo ambos adentro del arco (Universidad de Chile 3- Ferrobadminton 0, julio de 1959).

En Talca, luego de dejar mal parado a su puntero, se sentó en la pelota y se produjo una batahola (Rangers 0- Universidad de Chile 2, dos goles de Alfonso Sepúlveda, diciembre de 1963). "En la primera rueda, Rangers nos había ganado 5-0 en el Estadio Nacional y varios jugadores se habían burlado", explicó.

En Las Higueras, de Talcahuano, le pidió un pase a su compañero Evelio Villalba: "El paraguayo era tronco y me pegó un pelotazo, lo traté de bruto, de indio… y nos fuimos a los golpes. El árbitro nos expulsó a los dos y seguimos la pelea en los camarines (Huachipato 2- Unión Española 2, diciembre de 1969)".

Brindó duelos espectaculares con el irlandés Joe Haverty (gira a Europa en 1960), con el soviético Mikheil Meskhi y con el brasileño Pepe, del Santos de Pelé. "En un partido con Brasil, Misael Escuti dejó un espacio en la barrera para controlar el chanfle de Didí, vino Pepe, que tenía un cañón en la zurda, y me pegó un pelotazo que me dejó en tierra por algunos minutos".

También le tocó perder: frente al uruguayo Juan Pintos, un gordito que participó en los tres goles (Chile 2- Uruguay 3, octubre de 1961), y con el brasileño Abel (Universidad de Chile 1- Santos 6, febrero de 1966).

Convirtió ocho goles. "Recuerdo uno a Everton, a Green Cross de Temuco, a O'Higgins, al Milan de Italia, a Estudiantes de La Plata… El mejor fue a Unión La Calera, en La Calera. Eludí a varios, incluso al arquero (Luis Pérez); a Elías Figueroa le hice una finta y pasó de largo. Celebré con una vuelta de carnero (noviembre de 1964)".