Actualmente, el chillanejo Luis Landeros (44) está sin trabajo. Sin embargo, el ex DT de Temuco no pierde su tiempo y se dedica a profesionalizarse. Giras a Europa, capacitaciones y charlas, son los elementos que lo sitúan como un inquieto del saber. Para él, en lo académico está la característica distintiva de la nueva camada de técnicos chilenos y posiciona a Francisco Bozán como el referente del movimiento.
¿En qué consistió su gira por Europa?
En recoger experiencias sobre metodologías y conducción de técnicos experimentados. Compartí en West Ham con Manuel Pellegrini, en Leeds con Marcelo Bielsa y en Barcelona con Arturo Vidal, para recoger su visión como jugador de elite. Todo con el objetivo de ampliar el espectro y hacerme más competitivo.
¿Es muy diferente a la realidad chilena?
Estructuralmente, sí. Me refiero a la infraestructura, campos de entrenamiento y gestión de recursos. Hay una diferencia enorme. Quizás en Chile son tres o cuatro clubes los que pueden emular un complejo deportivo de alto nivel; metodológicamente, quizás no tanto.
¿Qué elementos recogió de Pellegrini y Bielsa?
Manuel es de tener una estructura muy simple y gran parte del trabajo lo enfoca hacia la buena relación del grupo. Bielsa es algo radicalmente distinto; él se centra en la marcación y repetición de ejercicios. En el fondo, su trabajo está bastante ligado a su personalidad, con una gestión de liderazgo de Bielsa es sumamente estricta. Pellegrini también tiene esa exigencia, pero con una impronta más social, genera otro tipo de ambiente en los jugadores.
Usted trabajó con Jorge Sampaoli en la U ¿Qué recuerdos tiene de él?
Es un técnico que demanda muchísimo, que busca lo mejor de todos, tanto de colaboradores, como de jugadores. Los que trabajamos para él sabemos lo detallista que es. Es, quizás, lo que más me quedó. En un hombre muy preparado y trabajador. Su flujo de información sobre rivales era increíble.
¿Por qué cree que le fue mal con Argentina?
Es complejo. Son lugares distintos e idiosincrasias diferentes. El medio argentino es altamente competitivo y me parece que la presión del entorno, en cuanto a hinchada, prensa y redes, es tremendamente demandante. No sé si ese fue el factor principal, pero sí creo que influye. A veces los fracasos son difíciles de explicar, son muchos los contextos que tenemos que vivenciar los técnicos. Él sigue siendo un entrenador muy capacitado y lo demostrará en Santos.
Usted comandó el último ascenso de Temuco ¿Por qué cree que bajó ahora?
Las circunstancias del descenso de Temuco son extrañas. Después de la Sudamericana vino un bajón del cual solo se pudieron levantar las últimas fechas. Es muy difícil identificar los factores, ya que cuando llegó Miguel Ponce el equipo arrancó muy bien. Quizás en Temuco hubo un relajo inconsciente. Ha pasado en muchas ocasiones con equipos que tienen logros y que después sufren un bajón. Es súper difícil sostenerse en el éxito.
¿Cómo ve a los técnicos jóvenes chilenos?
El caso de Francisco Bozán me genera mucha admiración. Es alguien muy joven, que ha sabido sobreponerse ya que cuando partió le costó un poco. Ha sido consistente y firme, hoy está donde está por su gran capacidad. Es un modelo a seguir. Luego de él, hay muchos otros que se han hecho su espacio. Hay que dar valor a los técnicos chilenos, somos un grupo que tenemos que cuidarnos y crecer. Siempre hay que seguir aprendiendo y tengo esperanzas de que los entrenadores nacionales jóvenes que hoy están en el profesionalismo, tendrán el despegue que merecen. Bozán es el líder de los jóvenes.
Usted no fue futbolista, ¿Es excepción o tendencia a nivel de entrenadores?
Es una tendencia que no solo se ha dado en Chile, sino que también en Europa. A través del estudio y un perfil académicamente cultivado se han hecho su espacio en un entorno complejo. Hay ejemplos y se ve reflejado en que los técnicos de los cuatro primeros equipos del torneo nacional no fueron jugadores profesionales. Se ha roto el paradigma de que solo puedes entrenar si fuiste jugador. Haber sido jugador te entrega muchas cosas, pero hoy en día no es trascendental.