Tras casi ocho años en el directorio de Cruzados, de los cuales dos ejerció como presidente, Luis Larraín (62) dejó oficialmente la dirigencia del equipo de sus amores. Para siempre, según él. Ya fuera de la mesa directiva, el ingeniero y economista repasa para La Tercera su tiempo en la UC. Se va feliz, aunque con algunas autocríticas.
¿Por qué se va?
Se cumplen ciclos. Y se cumplió bien. Cumplí ocho años como director. Es mejor irse cuando las cosas están bien. La otra razón es que las instituciones son menos personalistas. Desde ese punto de vista es bueno que vayan cambiando personas. Con mi salida y la entrada de Del Río, Cruzados tiene tres treintones.
¿Se cansó del fútbol?
No necesariamente. Estoy viendo si me quedo en alguna comisión (todo indica que la de fútbol).
¿Tuvo más bajos que altos?
Creo que fueron muchos más altos que bajos. Obtuvimos la estrella 11ª, que era muy esquiva. Dentro de mi gestión también destaco el reforzamiento del equipo, con Castillo, Fuenzalida, Buonanotte.
También fue complejo.
Cuando uno asume no es para salir en la foto, es para enfrentar desafíos. La primera parte fue mala porque cometimos errores. Nos equivocamos en algunas cosas.
¿En la elección de Falcioni?
Pienso que sí. La elección de Falcioni, pero después tuvimos un gran acierto, que fue Mario Salas. Fue el de los títulos. Él inculcó un espíritu al plantel y al hincha de Católica. Devolvió la confianza en ganar.
¿Sus puntos altos y bajos?
Son evidentes: el mayor logro fue haber obtenido el primer campeonato de 2016. Y haber conformado un cuerpo técnico y un grupo de jugadores con incrustaciones importantes. Los bajos: la contratación de Falcioni y que en el área internacional nos fue mal.
¿Cuál es su autocrítica?
Tiene que ver con Falcioni. También tuvimos falta de comunicación en la salida de Mirosevic. Nos costó mucho en la relación con el hincha. Afortunadamente se reparó, por así decirlo, durante la presidencia de Juan.
¿Quién fue el culpable?
Fue una combinación. Todos tienen su responsabilidad, incluido yo. Pero lo importante es que ambas partes fuimos capaces de dejarlo atrás. Obviamente hubo fallas en la comunicación… en todos los estamentos.
¿Es cierto que le comunicaron en tres minutos que no seguía?
Cinco, diez… Es anecdótico. Lo importante es que no hubo la buena comunicación que se requería.
¿Y cuál es su legado?
Haber liderado en la estrella 11. Y más allá de los resultados, contribuí a un fortalecimiento institucional.
¿El hincha lo quiso o lo odió?
En algún momento lo pasé mal, hubo hinchas que luego me decían "igual te bancamos Larraín", y yo sabía que antes no era así. Se produjo una especie de reconciliación con los hinchas. Es que en el fútbol el dirigente nunca va a ser el héroe.
¿Si retrocediera el tiempo, volvería a asumir el desafío?
De todos modos sí. La satisfacción de los títulos es tan grande que haber sido parte de eso, hace que no esté en absoluto arrepentido.
¿Y en el futuro volvería a serlo?
Creo que no. Creo que en las instituciones, cuando se cumple un ciclo, entren nuevas personas.
Así como cambian directores, ¿Es necesario cambiar a Buljubasich?
No he visto un gerente deportivo en Chile de la calidad de Buljubasich. Ha sido un gran gerente deportivo. Ha sido acertado que siga en el cargo. Ahora, no significa que sea irremplazable, nadie lo es.
¿Pueden competir con Colo Colo y la U, mirando lo económico?
Se dice que la UC tiene menos recursos que sus tradicionales rivales. Es verdad que no tenemos tantos mecenas como ellos, pero sí la fortaleza institucional que mencionaba, y creo que ellos no lo tienen tanto. Esto lleva a no cometer tantos errores, porque no depende tanto de liderazgos personales. La diferencia de ingresos por los conceptos más tradicionales es grande, diría que el doble. En todos los rubros tenemos una desventaja importante. Hay que buscar una fórmula para contrarrestar, y la tenemos en nuestro fútbol formativo.
¿Cuál es la realidad de la UC?
Los clubes no ganan dinero. Los que ganan dinero en el fútbol son los jugadores, los técnicos, algunas marcas y la televisión. Como esto es una mezcla entre actividad económica y pasión, la pasión siempre domina. Si uno tiene unas luquitas, se las gasta. Pero también hay mitos de los jugadores que se compran o vienen a préstamo. Si tenemos que buscar en un puesto, comprar un pase sí es opción. En mi gestión, el caso de Pulgar. Es selectivo porque por ejemplo un goleador, generalmente tiene cerca de los 30 años para ser calado. Los pases tienen valores muy altos como para comprarlo y luego recuperar la inversión. A veces el hincha no entiende eso. A ese jugador no lo voy a comprar, lo voy a traer a préstamo. Nunca vamos a poder satisfacer las necesidades del hincha. Nos encantaría, pero nunca podremos.
Usted es asiduo a Twitter y alguna vez protagonizó una polémica.
Cuando uno es fanático y tiene el teléfono ahí, se te van los dedos. Yo cometí errores por eso.
¿Es viable el proyecto de remodelación de San Carlos?
Creo que es viable, pero no es fácil. Juan lo calificó como uno de los objetivos principales. Efectivamente estamos llenándolo. Es viable con un socio de sponsoring, que es como se hacen los estadios en el mundo.
¿Hace alguna autocrítica por el caso Jadue? Estuvo ahí.
Cada cual tendrá en su conciencia su propia evaluación. Yo tengo la satisfacción de que cuando surgió una sospecha de su posible participación, llegué a la convicción, no de que fuera culpable, pero sí de que había una posibilidad importante que lo fuera. La acción que tomamos fue que nos reunimos con los presidentes de Colo Colo, la U y Wanderers y le pedimos cita a Jadue. Ésta fue muy dura y públicamente exigimos que se aclararan las responsabilidades. De ahí en adelante tuve un periodo bastante ingrato, de abierta confrontación con Sergio, que hasta me insultó en los Consejos por nuestra insistencia.
¿Antes no sospechó nada?
Fue un fraude. Estos señores tenían cuentas afuera, les depositaban plata. Realmente no había posibilidad de tener un control sobre eso. Después, también se revelaron problemas de control interno, donde ni los auditores externos ni las comisiones revisoras de cuentas fueron capaces de detectar anomalías.
La presidencia empezó a remunerarse justo cuando usted la dejó.
Pienso que la presidencia requiere dedicar tiempo. Y la gente le resta su tiempo a otras actividades. Debe haber alguna compensación. En el caso de Juan hubo un tema complejo en el sentido de que para que él le dedicara el tiempo necesario, tenía que dejar temas de lado. Él tiene una familia grande y por lo tanto él lo planteó como un tema.
¿Él o Cruzados?
No, que quede claro, es una decisión de Cruzados. Y la Junta lo ratificó. Es más: antes, en mi presidencia, ya se había discutido la posibilidad de remunerar al presidente.
¿Han hecho bien las SA al fútbol?
Le hacen bien en la transparencia. Las historias de platas en el fútbol son más viejas que mi abuela. Hoy se sabe cuándo un presidente o algún mecenas hace un préstamo. ¿Son la panacea? No, no resuelven todos los problemas.
¿Falta profesionalizar el fútbol? ¿Quién es el responsable del momento actual de Chile?
Absolutamente a lo primero. Y de lo segundo, separo las cosas. El directorio de Salah lo ha hecho bien. Y los fracasos deportivos tienen más razones del tipo futbolísticas.