El 1 de marzo de 2006, Luka Modric, de 21 años, hacía su debut por la selección croata. ¿El rival? la selección argentina. Ese mismo día, Lionel Messi marcó su primera anotación con la Albiceleste. Los caminos de la vida, como en tantas ocasiones, los volverá a enfrentar una vez más, aunque esta vez sea seguramente el encuentro con más importancia. 16 años después, ambos futbolistas, esta vez como capitanes, figuras y portadores del dorsal ‘10′ en la espalda, se medirán en las semifinales de Qatar 2022 en lo que podría ser el último Mundial de ambos.
El estandarte de la selección de Croacia lideró por segunda vez a su selección a la ronda de los cuatro mejores de la cita planetaria. En 2018 fue escogido como el mejor jugador del Mundial, pero hoy, a sus 37 años, el futbolista sigue siendo trascendental en la escuadra europea.
Modric, nacido el 9 de septiembre de 1985 en Zadar, zona croata que en ese momento formaba parte de Yugoslavia, ha protagonizado una historia compleja. Debido a la Guerra de los Balcanes, a los seis años debió abandonar Zaton Obrovacki, pueblo próximo a su lugar de origen. Por años vivió junto a su familia como refugiado, hospedándose en hoteles junto a su madre, Radojka Dopud, y sus hermanos. En tanto, su padre Stipe, se sumó al ejército croata. La historia no se queda ahí, pues sufrió la temprana pérdida de su abuelo, quien falleció a manos de rebeldes serbios.
“No me gusta volver a esas cosas, todo eso es pasado. Pero por supuesto que una Guerra tiene una influencia. Ha hecho de Croacia un país más fuerte. Pero no quiero debatir del pasado, tenemos que mirar al futuro. En lo personal, solo podría agregar que nunca te tienes que rendir. Que siempre debes creer en ti mismo, luchar y luchar por tus sueños, por más obstáculos se te presenten”, señaló el volante hace algún tiempo.
De rechazado a estrella mundial
Independiente de las complejidades, Modric nunca dejó de lado su sueño de convertirse en futbolista profesional. Su pasión por el deporte era de tal magnitud que pasaba todo el día con el balón. En el Hotel Kolovare, donde estuvo viviendo durante un tiempo considerable, armaba partidos en el estacionamiento. Poco a poco se fue formando hasta alcanzar la figura que conocemos hoy, aunque claro, el talento siempre estuvo.
El conflicto se apaciguó en 1991, al menos en territorio croata, momento en el que volvió a vivir a Zadar. Con ocho años estuvo dos semanas a prueba en el Hajduk Split, pero el resultado no fue el que esperaba. Dos años más tarde, Tomislav Basic, jefe del fútbol juvenil del NK Zadar, lo descubrió. En 2003, con 16 años, fichó por el Dinamo de Zagreb.
“Eran muy pobres. No tenían dinero para camisetas o canilleras para Luka, así que le hice unas de madera. Las conservé porque sabía que Modric iba a llegar a ser un gran jugador”, señaló Basic en conversación con Marca en junio del 2012, fecha en la que recaló al Real Madrid.
En el HŠK Zrinjski Mostar y el NK Inter Zaprešić se abrió camino antes de dar el paso al primer equipo del cuadro más popular de Croacia. Ahí hizo sus primeras armas y destacó con un rendimiento muy por sobre la media del fútbol de dicho país. Todo indicaba que sería una estrella.
De ahí en adelante la historia es conocida. En 2008 fichó por el Tottenham Hotspurs, club que pagó 21 millones de euros por su pase. Sin dudas, una cifra impresionante por la época y procedencia del jugador. En 2012 siguió su periplo por el continente europeo y llegó al cuadro merengue. La incorporación no fue del todo sencilla, pues se declaró en rebeldía con el elenco londinense para forzar su llegada al equipo hispano.
Luego de casi dos décadas de carrera, Modric continúa alcanzando logros en su laureada carrera. El volante suma tres Ligas locales con el Dinamo, una Supercopa y dos Copas de Croacia. Pero sus mayores éxitos vinieron con la Casa Blanca. Con el Real Madrid se impuso en tres Ligas, una Copa del Rey y tres Supercopas.
Como si fuera poco, eso no es todo. En el ámbito internacional es donde más destaca. Con los merengues se alzó cuatro veces en el Mundial de Clubes, en otras cuatro oportunidades en la Supercopa de Europa y en cinco ocasiones en la Champions League, convirtiéndose en uno de los futbolistas que más veces ha ganado el certamen.
Con la selección croata ha disputado cuatro Eurocopas. En 2008, 2012, 2016 y 2020 fue parte del elenco balcánico, alcanzando su mejor participación en el torneo realizado en Austria y Suiza. Y es que a Modric le gustan los eventos grandes, ahí es donde se agranda.
Con los Vatreni, el volante jugó los Mundiales de 2006, 2014, 2018 y 2022. En Rusia fue el mejor jugador del torneo, pero esto no le bastó, pues cayó en la final ante Francia, por 4-2. Ese mismo año fue elegido como el mejor jugador del planeta y obtuvo el Balón de Oro, rompiendo con la hegemonía de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo tras diez años.
Cuatro años después busca revancha. Luego de superar a Brasil en los lanzamientos penales, la selección croata se medirá ante Argentina en un crucial duelo. El próximo miércoles 13 de diciembre, a las 16 horas de nuestro país, europeos y sudamericanos se enfrentarán en una de las semifinales de Qatar 2022. En la otra llave está Francia, escuadra que se medirá ante la sorprendente Marruecos.
Los transandinos también buscan venganza, ya que hace cuatro años fueron apabullados por los europeos. 3-0 fue el resultado de ese día, que marcó la dispar campaña que tuvieron, aunque con un enemigo común. Mientras que los argentinos quedaron eliminados en octavos de final ante les bleus, los balcánicos cayeron también cayeron con los galos, pero en la final.