Pocas veces un torneo como la Copa Africana de Naciones generaba una expectativa tan relevante a nivel global. La razón era una: el nivel de figuras que disputaron el torneo que se desarrolló en Camerún y que este domingo definió a su campeón. En la previa, la final entre Senegal y Egipto se vendió como el duelo entre Sadio Mané y Mohamed Salah, figuras y compañeros en el Liverpool, lo que le dio mayor atención al partido. La jornada fue victoriosa para los senegaleses. Los Leones de Teranga son los campeones de manera inédita, tras ganar en definición a penales tras un 0-0 en 120 minutos.
El cuadro senegalés tomó la iniciativa desde el inicio, considerando que cuentan con un plantel de nivel europeo: Mendy, Koulibaly, Diallo, Gueye y Mané. Bien pudieron abrir la cuenta temprano, a través de un lanzamiento penal. Se sancionó falta en contra de Ciss y el árbitro sancionó. Sadio Mané fue el encargado de ejecutar, pero el arquero Gabaski le contuvo el potente remate del delantero de los Reds. El meta egipcio fue responsable de mantener a su selección en el partido. Senegal fue más en ofensiva, mientras que Egipto dependía mucho de lo que podía realizar su gran individualidad: Mo Salah.
El ex Chelsea y Fiorentina produjo la opción de gol para clara de Los Faraones, con un remate ajustado que desvió el golero Mendy, en los 42′.
Para el segundo tiempo, Senegal mantuvo su dominio. Presionó a Egipto hacia su campo y desbordó cada vez que se lo propuso, sin embargo no lograban generar chances claras. Cualquier intento era ahuyentado por Gabaski. Y los egipcios, que no tuvieron en la banca al técnico Carlos Queiroz (suspendido), apostaban al contragolpe y a la pelota detenida. Después de 90′, terminaron sin goles y se fueron al alargue. En 30′ adicionales tampoco pasó algo. Por lo tanto, la final se definió en los penales.
En dicha instancia, se impuso Senegal por 4-2. Mané lanzó el tiro definitorio y marcó. Le entregó a su país su primer título continental. Anteriormente, la selección había perdido en las dos finales que disputó, en 2002 y 2019. Los egipcios se quedaron con las ganas de estirar su hegemonía, porque son los máximos campeones del certamen, con siete trofeos.
Estos elencos se volverán a enfrentar en marzo, pero por la última ronda clasificatoria para el Mundial de Qatar. Solo uno de ellos representará a África en la Copa del Mundo.