Mi infancia siempre estuvo ligada al fútbol. Cuando era chico mis ídolos eran Zamorano, Salas y Barticciotto. Tenía 10 años cuando Colo Colo gana la Copa Libertadores. Después, viendo a la Selección, sumé a Zamorano y Salas. Luego, cuando fui creciendo, vi al mejor de todos en mi puesto, que es Ronaldo, el Fenómeno.
Cada proceso tiene su porcentaje en la creación de la Generación Dorada. Varios salieron del equipo que fue a Canadá 2007, pero cuando llega Marcelo Bielsa suma un plus importante a nuestra Selección. Nunca habíamos jugado de igual a igual ante las potencias, con él, independiente de los resultados, las mejoras fueron avanzando, hasta después llegar a niveles muy altos en nuestros jugadores, como los casos de Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Matías Fernández, Gary Medel, Claudio Bravo, Marcelo Díaz o Chupete Suazo, más otros que se me pueden quedar. Muchos tuvieron un nivel superlativo.
La llegada de Marcelo Bielsa me marcó. Me mostraba videos de un minuto con jugadas donde yo hacía goles, pero no viendo lo malo, siempre me mostró lo bueno. Eso me decía que debía repetirlo 10 o 15 veces por partido, para poder hacer más goles. Es algo que me quedó muy marcado. Los trabajos que él hacía siempre iban marcando una etapa en mí. A la larga siempre quedaba perfilado hacia el arco.
Bielsa es uno de los mejores técnicos que tuve en mi carrera. Los movimientos que yo hacía eran muy buenos, perfectos, pero los hacía dos o tres veces por partido. Después cuando empecé a hacerlo 10 veces por duelo, marcaba una diferencia enorme. Desde ahí empecé a mejorar mis movimientos. Los perfiles me hacían poder definir.
El de Sudáfrica 2010 era un equipo muy agresivo, muy intenso, que presionaba bastante al rival. Cuando se perdía el balón teníamos que recuperarlo rápidamente, en seis o siete segundos. Eso es algo que recalcaba Bielsa. Y atacar por las bandas, siempre jugar por ahí. Teníamos a Beausejour y Mark González por un lado, por el otro el Huaso Isla, eran jugadores que tenían mucha velocidad. Con los delanteros que teníamos era más fácil marcar.
Mi mejor recuerdo es haber jugado el Mundial, es mi mejor momento en la Selección. Haber estado ante grandes potencias y vivir todo ese proceso fue algo muy lindo. Antes del partido amistoso ante México, en 2010, me lesiono. Tengo un micro desgarro y pensé que me iba a perder el Mundial, pero Bielsa me dijo que me recupere bien, porque era importante. Eso me dejó tranquilo, pero igual antes de la nómina estaba temblando para no quedar afuera.
El gol que más recuerdo, aunque no fue el más lindo, es ante Uruguay. La gente lo recuerda porque era un partido muy importante y no estaba Alexis Sánchez. Teníamos que ganar para poder pelear por el cupo al Mundial de 2014. Se logró. A mí la nómina me pilla por sorpresa. Era un sábado que tenía libre. Chile había jugado contra Perú el viernes, cuando perdimos 1-0 y suspenden a Alexis. Estaba en Cancún. Después me fui a navegar en un yate y me llaman por teléfono para decirme que tenía que estar el domingo en Santiago. Entrené el lunes, el martes estaba jugando. Hice un gol.
No sé si me lo he cuestionado, pero el 2014 estaba en mi mejor momento en Colo Colo. Siento que Sampaoli nunca me dio la oportunidad para demostrarle que podía servirle en la Selección. Los entrenamientos eran parecidos a los de Bielsa, pero creo que Sampaoli no fue justo con todos. Eso es algo que rescato del profe Marcelo: no tenía amigos en la Selección, el que estaba mejor jugaba. Eso los diferencia harto. El llamado con Pizzi fue sorpresivo. Tenía 37 años, pero uno no puede decirle que no a la Selección. Me tocó estar en un partido donde convertí dos goles.
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Mi último partido fue contra Colo Colo, en pandemia. Ya lo venía pensando. Me quise retirar cuando subimos con Coquimbo, pero decidí jugar seis meses más para retirarme en Primera División. Un mes antes del partido ante Colo Colo decidí que ese sería mi último partido. Volví a anotar en primera, ante la UC. Fue lindo. No pudimos ganar en ese partido, pero marcar fue algo gratificante. Me dieron más ganas de seguir jugando.
Pasa mucho el levantarse pensando que hay que ir a entrenar. Es una frase cliché, pero uno echa de menos el camarín. Tirar la talla, estar con los compañeros. Después tienes todo el día para ti.
El fútbol sigue siendo lo que más quiero. A veces entreno con los muchachos en Santiago Morning. Ahora tengo el privilegio de estar en un club y tener la escuela. Eso me hace abrazar la actividad. Lo de San Antonio me lo pidieron muchas personas. Accedí para probar. Jugué como cuatro partidos, pero entrenábamos en cancha sintética. Me pasaba la cuenta, pese a que físicamente me sentía bien.
Cuando estaba en Coquimbo estudié la carrera de director deportivo. Con Hernán Torres planificamos un proyecto que quise presentar en Colo Colo, pero las cosas no se dieron. Luego lo mostré en Santiago Morning y me dijeron que sí. Así me mantengo en el fútbol. También tengo la escuela. Siempre he mantenido una buena relación con Santiago Morning. Tuvimos un pequeño problema cuando no me dejaban salir. Me debí poner más firme para ir a Colo Colo. Por suerte se dieron cuenta de que era lo mejor para mi carrera.
Más que asegurarse la vida, uno debe estar estable y poder tener para lo básico. A los niños les digo que tengan un buen pasar, pero a mí no me gustan los grandes lujos. Ahora estoy tranquilo y tengo trabajo, que es lo primordial.