Manifiesto de José Pedro Fuenzalida: “Maduré tarde en el convencimiento de ser futbolista”

José Pedro Fuenzalida, seleccionado nacional entre 2008 y 2020.
José Pedro Fuenzalida, seleccionado nacional entre 2008 y 2020.

El Chapa estuvo en todos los momentos de la Generación Dorada. A veces en un segundo plano, en otras como protagonista. Ahora relata cómo fue evolucionando el proceso que tuvo su momento más glorioso con las dos Copas América que ganó la Roja. También como decidió dar un paso al costado cuando sintió que ya no podía entregar más. Revisa su testimonio en Colgar los botines dorados, la nueva docuserie de La Tercera y La Cuarta.



El fútbol fue siempre mi pasión. Era muy fanático de Universidad Católica y de la Selección. Cuando tenía nueve años empezó el proceso a Francia 1998. Veía como eran figuras internacionales y ellos fueron importantes en este proceso de soñar con jugar en alguna cancha. También iba siempre a San Carlos de Apoquindo. Lo vivía de manera muy apasionada. Eran años muy lindos en mi etapa de crecimiento. Tenía una familia muy fanática, a mi papá le gustaba mucho y mis tíos eran muy fanáticos. En los fines de semana lo único que se hablaba era de los partidos. Eso implicaba que estaba muy inmerso. Ahí estaba el sueño de ir mejorando, más allá de ser hincha, de demostrar que tengo la capacidad de jugar.

Cuando dije que quería dedicarme al fútbol, siempre tuve el apoyo. Pero tenía esa duda de si quería también entrar a la universidad. Salí del colegio y me alcanzaba para ir a estudiar, pero sabían que era mi sueño y me incitaron a seguirlo. Así fue. Me dediqué al fútbol, pero mirando de reojo la universidad. Dejé el fútbol por un tiempo, pero tras estudiar un semestre me di cuenta cual era mi verdadera pasión. He escuchado historias de gente que no ha tenido el apoyo para dedicarse a jugar, porque no es fácil, pero no fue mi caso.

Tuve distintas etapas en la Selección. Mi debut oficial en la adulta fue el 2008, antes de una doble fecha de Eliminatorias. Fui a una Sub 23 con Bielsa y luego llevó a varios de ese torneo. Era una etapa compleja, porque estábamos en un proceso de formación. Después seguí siendo parte del proceso en segundo plano, pero con la ilusión de tener un buen rendimiento que me permitiera continuar en el grupo.

Marcelo Bielsa nos convenció de que tenemos que entregarnos al 100 por ciento en cada entrenamiento. Nos dio una receta de como creía que teníamos que afrontar los partidos, con mucho enfoque en lo mental, físico y táctico. Sin dejar nada al azar. Las metodologías de entrenamiento, las charlas y todo era algo que no conocíamos hasta ese momento. Él llevo eso a todo el plano y nos exigía a niveles que no sabíamos que podíamos llegar. A mi me mostraba videos para volver a tener la velocidad de mi era de juvenil y con sus entrenamientos logré lo que quería. Me exigió mucho y siempre creía que podía dar mucho más. En esa etapa yo estaba volviendo a insertarme, pero fue fundamental en toda mi carrera.

José Pedro Fuenzalida, en un entrenamiento de la Selección.
José Pedro Fuenzalida, en un entrenamiento de la Selección. Foto: Photosport

Vivimos momentos muy lindos. El hecho de estar en esta Selección. Ir al Mundial de 2014, más allá de que no me toca jugar, era un sueño estar entre los 23 elegidos de Jorge Sampaoli. Ahí estaba orgulloso de tantos años de esfuerzo. Luego la Copa América 2015 fue muy linda. Entré sobre el final en la nómina, porque se lesionó un jugador. Vine a aportar y me encontraba con compañeros muy convencidos de que podíamos ganar. Eso ayudó para que al año siguiente se pudiera repetir. Ahora yo creía que estaba para aportar en la cancha. Sentía que estaba sumando dentro. Estaba feliz cuando me tocó entrar ante Argentina en 2016 y después me tocó ser titular y todo lo aprendido nos llevaba a eso.

El momento más importante de mi carrera fue el 2016, cuando vuelvo a la UC. Retornaba al club que me había formado y quería demostrar que podíamos ser campeones. Fue clave ser campeones y hacer el gol del campeonato. Luego llegaba a la Selección con la confianza a tope. Todo lo que pasó en ese semestre fue fundamental. Pude ser titular, hacer dos goles y ser importante. La chispa que prendió todo eso fue el título que logramos con Universidad Católica.

El retiro es algo que a todos nos llega. Sentía que algunos no estaban dando el paso en el momento oportuno. No sé cuándo es, pero hay instantes que son lindos, que estando arriba puede venir un bajón. Yo quise hacerlo sintiéndome bien y competitivo. En la UC tuvimos años muy intensos. Siempre estábamos peleando por algo y cada fin de semana había que estar al 100 por ciento. En el 2021 ya sentía que me estaba costando más. Todos los partidos eran de campeonato y dije que estaba llegando al momento donde se acaba. En el 2022, desde que empezó, sentí que era lo último. En Católica no quería entregar menos. Quería salir y había planteado salir tras el tetra, pero decidimos seguir un año más. Fue difícil en lo futbolístico esa última temporada. Terminamos entrando a copas internacionales a fin de año, pero pude avisar que me iba ir y pude disfrutar mucho de esa última etapa. Entregué todo y ya no podía dejar más.

José Pedro Fuenzalida fue bicampeón de América, con un gran protagonismo en la edición de 2016.
José Pedro Fuenzalida fue bicampeón de América, con un gran protagonismo en la edición de 2016.

Después de estar un mes sin jugar reflexioné que no volvía. He disfrutado en poco más de un año y sigo pensando lo mismo. Sé que lo que venga no será igual y hoy estoy disfrutando con mi familia. Viví muchos años pensando en mí. Uno deja muchas cosas de lado. El retiro va pensando también en eso; después de eso haber vivido momentos tan lindos quería darle todo el tiempo a mi familia. Las decisiones hoy parten por ellos.

Nunca lo hablé con mi señora, fue una conversación como cualquiera. Siempre hablamos mucho y así le plantee esa sensación de que no volvería a jugar. Ahí empezamos a planificar que nos íbamos a vivir a afuera. Tenía la sensación de que era distinto volver. Estuvimos viendo, de Chile me llamaron mucho, pero la puerta estaba cerrada. En Católica también querían que siguiera. Recibí mucho cariño de gente de otros clubes. Pero a las semanas vimos que ya era un proceso cerrado.

Todavía me cuesta sacarme el chip de deportista. Uno siempre tiene muy claro el cómo vivió. Hoy hago deporte en la mañana porque cuando jugaba entrenábamos en la mañana. Sigo con la disciplina de toda la vida. El fútbol lo disfruto y lo veo, sigo mucho la liga chilena, pero sin la mentalidad de que echo de menos jugar.

No me quedó nada pendiente, estoy más que feliz con mi carrera. Jugué mucho en el torneo chileno y eso me permitió cumplir mi gran sueño, que era ser campeón con la UC. Quizás si no tenía el tema del estudio dándome vueltas, pude haber madurado antes y salía al extranjero, pero siempre fui fanático de nuestra liga, con todas sus cosas. Hoy ha cambiado, pero tiene un folclor que siempre me ha gustado. Siempre fui fanático de Universidad Católica, logré debutar ahí y retirarme siendo capitán con muchos títulos. Creo que maduré tarde, sobre todo en el convencimiento de ser futbolista, por tener otros intereses. Los logros llegaron después y los pude disfrutar con mi familia. Sería injusto quedarme con algo pendiente.

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