Manual para entender la lucha grecorromana: cómo se puntúa en la disciplina en la que Yasmani Acosta buscará el oro olímpico

Yasmani Acosta, en el combate ante el chino Lingzhe Meng
Yasmani Acosta, en el combate ante el chino Lingzhe Meng. (Foto: Reuters)

El chileno se medirá al cubano Mijaín López, en un verdadero superclásico de la disciplina. Ya con la plata asegurada, el exponente nacional buscará redondear la que se transformaría en una histórica presentación nacional.



Yasmani Acosta avanza a la disputa por el oro. Vence al chino Lingzhe Meng y empieza a avizorar su próximo desafío. Tendrá enfrente a un viejo conocido: el cubano Mijaín López. Si se puede hablar de un auténtico Superclásico en este deporte, este duelo cumple perfectamente con las características para tal definición. Entre ambos sobra respeto. Cada uno considera al otro como un rival de cuidado.

Ambos nacieron en Cuba. Acosta eligió ser chileno. Se le concedió la nacionalidad por gracia. Ahora, a partir de su ya histórica presentación, pone a todo el país a tratar de entender la tradicional disciplina que cultiva. De hecho, hay antecedentes de la práctica en las más antiguas civilizaciones de la humanidad.

¿De qué se trata?

Los antecedentes históricos aportan, al menos, una aproximación. Se estima que la lucha grecorromana surgió como un método para resolver disputas. Se podía hacer de forma libre y, ciertamente, cada participante tenía la opción de utilizar sus propias técnica. El objetivo era, obviamente, vencer al contrincante. De la variedad técnica, de hecho, surgieron distintas disciplinas. Se trataba, en términos prácticos, de atacar y saber defender para establecer superioridad sobre el adversario. La Federación Internacional de Luchas Asociadas, que sistematizó la práctica, se formó en 1912.

En un combate de lucha grecorromana, el objetivo es inmovilizar al rival con los dos hombros contra el tapiz. Para ese propósito, solo se deben utilizar los brazos y el tronco. Hay seis categorías, que van desde los 59 kilos hasta los 130 kilos. Acosta, de hecho, compite en la mayor.

El chileno Yasmani Acosta.
El chileno Yasmani Acosta.

Los combates se desarrollan sobre un colchón de 12 x 12 metros y el área de combate es de 9 metros de diámetro. La batalla contempla dos períodos de tres minutos, con un descanso de 30 segundos. Para imponerse, un luchador tiene que mantener los dos hombros de su oponente en la colchoneta durante un segundo. Se llama caída o pin.

Si ningún luchador recibe una caída o pin, la decisión recae en los jueces, quienes asignan puntos según las técnicas efectuadas por cada luchador. En la lucha grecorromana, el combate también puede terminar cuando hay una diferencia de ocho puntos. Los movimientos pueden recibir entre uno y cinco puntos. En un empate, el ganador es el que convierte el último.

Habilidad y fuerza

Para ser un buen luchador grecorromano no basta con la estructura física. Hay que saber ponerla a disposición del combate. La fuerza cobra un rol fundamental. De hecho, se utiliza en su estado puro. El desequilibrio del oponente a través de ataques de pierna, lanzamientos y técnicas de contra defensa es, finalmente, el objetivo.

A diferencia de lo que ocurre en otras disciplinas, en la lucha los últimos segundos suelen ser vitales. Con reloj en contra, los deportistas suelen lanzar ataques y proyecciones espectaculares en la búsqueda de la victoria.

Sigue en El Deportivo

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.