Marcelino Núñez, el joven crack cruzado que dormía en un simulador de San Carlos de Apoquindo
El doblete que le anotó a Cobresal el fin de semana eleva el ánimo de Universidad Católica antes del crucial duelo frente a Colo Colo. Hijo de una esforzada familia de Colina, su vida está marcada por una situación tan insólita como determinante para su desarrollo e irrupción en el cuadro de la franja.
La evolución de la tasación de Marcelino Núñez en Transfermarkt, el parámetro que se utiliza regularmente para la valoración de los futbolistas, es una perfecta línea diagonal al alza. Quizás esa sea la mejor forma de resumir el desarrollo de la carrera del mediocampista, quien, a los 21 años, se ha convertido en uno de los principales soportes para que Universidad Católica mantenga viva la ilusión del tetracampeonato. Su pie derecho es una mina de oro.
Sin ir más lejos, el sábado, el oriundo de Colina resultó un aporte vital para que el equipo de Cristian Paulucci venciera a Cobresal: aportó dos de los tres goles de la victoria sobre el equipo de El Salvador. En el actual torneo suma cinco. Su nombre ya es habitual en la formación estudiantil: acumula 1.519 minutos en 21 duelos, 18 de ellos como titular. Para completar un presente de ensueño, Martín Lasarte lo ha considerado en la Selección. En la Roja suma presencias en los duelos ante Colombia y Perú. Nadie duda de que será una de las piezas clave del anhelado recambio.
Antes de acercarse a la consagración, como sucede en gran parte de los casos de los jugadores que llegaron a ser cracks, Núñez tuvo que superar una vida de carencias. En su hogar, el dinero no sobraba. O, más precisamente, faltaba. Sin embargo, con lo justo, su familia se las ingeniaba para que no faltara a los entrenamientos en San Carlos de Apoquindo. En el largo trayecto, el pequeño Marcelino iba meditando acerca del sueño que tenía en mente y por el que toda su familia se jugó: convertirse en futbolista profesional, triunfar en los cruzados y partir a Europa. Idealmente a España, la liga que siempre le ha llamado la atención.
El golpe de suerte
En una entrevista concedida a El Deportivo este año, el promisorio volante dio cuenta del estrecho lazo que lo une con la UC. Sin ir más lejos, y aunque Núñez descarta que haya sido ese el motivo de la elección, contrajo matrimonio ataviado con los colores del club. La curiosidad sirve, en todo caso, para una declaración de principios. “Para qué te voy a mentir. No me gusta. A mí me gustaría ganarme a la hinchada con lo que hago dentro de la cancha”, respondía, consultado acerca de la particularidad.
Hay otra que, sin embargo, asume con naturalidad. Es una circunstancia que les cambió la vida a su núcleo familiar y a él. Ocurrió en 2014. Su padre lo había ido a retirar al colegio para llevarlo a entrenar a San Carlos. En el camino, se encontró con un par de mujeres que necesitaban ayuda para cambiar un neumático. Les ofreció colaboración sin saber quiénes eran. Se trataba de integrantes del programa Extreme Makeover, un reality de la cadena estadounidense ABC que, resumidamente, se dedicaba a reconstruir casas de familias necesitadas en una semana. Los Núñez Espinoza alcanzaban notoriedad siete años antes de la consagración de su retoño, aunque lo principal es que adquirían las comodidades esenciales para que el futbolista en formación pudiera desarrollarse en las mejores condiciones.
La nueva casa de la familia tenía una notoria particularidad: la habitación del pequeño Marcelino estaba ambientada como San Carlos de Apoquindo. Literalmente, el proyecto de deportista de alto nivel dormía en el que sería su estadio varios años más tarde. “Después vinieron a sacarle fotos a la casa y empezó la participación. Vinieron a grabar y se hizo más seria la cosa. Al final nos ganamos la casa. Nos demolieron la primera, que era una mediagua y nos armaron una nueva impresionante. A pelotazos la demolimos. Venían hasta con auto, con muchas cosas adentro”, explicaba. En un hogar de marcadas convicciones religiosas, el premio fue visto como una bendición. Un milagro.
Lo promueve Quinteros
Es probable que este fin de semana, cuando entre al campo de juego, Núñez se acerque a la banca de Colo Colo para saludar a una persona clave en su consagración: Gustavo Quinteros. En 2019, cuando el actual DT albo dirigía a los de la franja, les pidió a los directivos de Cruzados la promoción del promisorio mediocampista. La motivación inicial era cumplir con la norma del juvenil en cancha, pero en la precordillera ya estaban seguros de que su trascendencia llegaría mucho más allá.
Sin embargo, no fue sino hasta la temporada siguiente cuando Marcelino debutó con la camiseta de la franja. El 21 de febrero de 2020, en un duelo frente a Deportes Iquique, sumó sus primeros 25 minutos como futbolista profesional. El 3 de marzo, participó en la derrota ante Internacional de Porto Alegre, su primer partido por la Copa Libertadores, y apenas una semana después le marcó a América de Cali, en su primer tanto como profesional.
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