Uruguay debió sufrir bastante para rescatar una agónica igualdad 2-2 ante Colombia, en Barranquilla, por las Eliminatorias para el Mundial 2026. Y como ya es habitual, Marcelo Bielsa, el entrenador de la Celeste, vivió un partido aparte a un costado del terreno de juego del estadio Metropolitano.
Absorto con el trámite del encuentro, al rosarino se le vio por momentos tranquilo y en otros instantes ofuscado con lo que estaba presenciando, sobre todo, en el segundo tiempo, en donde por largos pasajes su cuadro fue sobrepasado por el elenco cafetalero, que no supo traducir en goles su superioridad.
En ese contexto, durante la transmisión del cotejo, se observó al exadiestrador de la Roja estallando en ira contra uno de sus jugadores, profiriendo duros epítetos, en un enfado que llamó la atención de quienes presenciaban el duelo por televisión. De todas maneras, la situación no es algo ajena en el argentino, quien suele vivir los partidos con gran intensidad.
Tras el compromiso con Colombia, y ya más tranquilo, el estratega transandino reconoció el bajo nivel mostrado por la Celeste en el complemento. “Después del gol de ellos (2-1), tuvimos 10 o 15 minutos de descontrol y desconcierto, de desorden. Después, progresivamente, pudimos corregir un poco ese desequilibrio. Los últimos minutos fueron positivos”, señaló.
“El primer tiempo jugamos mejor, el segundo nos costó aprovechar los momentos buenos. Después de que empatamos, si se prolongaba, las sensaciones del equipo eran buenas. Después de empatar, erramos un gol claro y ellos convirtieron. De a poco se fue corrigiendo, emparejamos el juego generando opciones de gol y terminamos obteniendo un empate justo”, concluyó.
De todas formas, pese al valioso punto conseguido en Barranquilla, las críticas siguen siendo intensas en Uruguay contra Marcelo Bielsa. Es que el rosarino no ha logrado convencer ni a la parcialidad ni a la prensa charrúa como entrenador de la Celeste.
Desde su llegada al país oriental, los cuestionamientos se han centrado en sus decisiones fuera del campo de juego, la determinación de no considerar en las convocatorias a referentes históricos, o por sus planteamientos durante los partidos, en los que el seleccionado uruguayo ha obtenido cuatro puntos en la clasificación de las Eliminatorias Sudamericanas, merced a un triunfo, un empate y una derrota.