Marcelo Bielsa es, para muchos, un referente que traspasa su conocimiento futbolístico. Gran parte del encanto de su figura tiene que ver con los valores que se le asocian. Ayer, en el partido entre el Leeds United y el Aston Villa, por la Championship, la segunda categoría del fútbol inglés, volvió a dar una muestra de esa personalidad especial.

En los 73', Mateusz Klich marcó para el Leeds. Lo había asistido Adam Forshaw. Los Villanos reclamaron que la escuadra del rosarino no había detenido el juego después de que uno de los suyos quedara tendido en la mitad del campo. Se desató una discusión generalizada. El árbitro expulsó al egipcio Anwar El-Ghazi, del Aston Villa, por agredir al contrario que anotó el tanto. Al costado de la cancha, Bielsa protagonizaba otro lío, intermediado por su traductor, con el técnico rival, Dean Smith, y su asistente John Terry. A la ex estrella del Chelsea lo mandó callar. Casi llegan a los golpes.

Terry no había escuchado que Bielsa había dado una orden que retrata la faceta valórica que encanta a sus seguidores: en un acto de fair play, obligó a sus jugadores que se dejaran empatar. Casi nadie le discutió. Rebelde o sordo ante la instrucción, el defensa Pontus Jansson quiso transformarse en el último obstáculo para la orden. No pudo. Albert Adomah puso el 1-1.

El resultado no le sirve al Leeds, tercero de la tabla, que ahora tendrá que esperar la repesca para postular al ascenso. Eso sí, la victoria tampoco le alcanzaba para llegar al epílogo del torneo con la opción de ascender directamente a la Premier.

"No les regalamos el gol, se lo devolvimos", precisó después Bielsa en este estilo retórico tan particular. "Los hechos son los que se vieron. Lo expresamos a través de la decisión", añadió.

"El fútbol inglés es reconocido en ese sentido, por lo cual no soy quien debe expresarse en un lugar donde esa forma de actuar es un valor", agregó el entrenador, quien a comienzos de año debió enfrentar una situación en la que sus principios estuvieron en entredicho. Lo acusaron de espionaje después de que uno de sus asistentes fuese detectado en un entrenamiento del Derby County.

El Loco respondió con una clase a la prensa en la que defendió el método y mostró las conclusiones de esos estudios. "Soy el único responsable, porque no pedí el permiso al Leeds para hacerlo. No importa si es legal, ilegal, correcto o incorrecto. Para mí es suficiente que Lampard y el Derby consideren que no era lo correcto", dijo esa vez. Ayer dio un nuevo giro de tuerca a sus nobles principios.