Marcelo Bielsa suma otro problema en Uruguay

Marcelo Bielsa suma un nuevo problema en el fin de año. El entrenador está atento a la hospitalización que sufrió Rodrigo Aguirre en Uruguay. El delantero, que anotó en el partido de la Celeste ante Colombia, fue llevado de urgencia a un recinto hospitalario por una serie de mareos. El ariete milita en el América, donde es compañero de Diego Valdés, Víctor Dávila e Igor Lichnovsky.

Luego de la complicación, el club azteca puso la calma exhibiendo los avances del atacante. “El Club América informa que a Rodrigo Aguirre le fueron realizados unos estudios médicos de carácter ambulatorio en Uruguay. Nuestro jugador se encuentra descansando en casa, sin molestia alguna”, señalaron en un comunicado.

Durante la última semana, el Loco debe lidiar una renuncia. El futbolista Lucas Olaza, que milita en el Krasnodar de Rusia, le pidió al entrenador que no lo llame más. El defensor de 30 años fue sido considerado en cinco encuentros por el rosarino.

En entrevista con el medio Sport 890, el representante del zaguero, Pablo Rivero, explicó la determinación de su cliente. “El problema más grande que tenemos hoy en día con Lucas es la logística. La mayoría de los aeropuertos en Rusia están cerrados”, reveló.

En ese contexto, según el agente, los últimos viajes de Olaza han sido complicados. “Luego de la última fecha de Eliminatorias que jugó como titular, ese mes de 30 días, estuvo 28 días fuera de su casa”, dio a conocer. Finalmente, Rivero señaló que el estratega comprendió la renuncia del futbolista. “Bielsa lo tomó de una manera muy natural, de buena manera. Lo entendió, por lo que Lucas me dijo, y lo aconsejó muy bien”, puntualizó.

Los métodos de Bielsa han dado que hablar en Uruguay. El Loco llegó a romper con el legado de Óscar Tabárez. Carlos Nicola, expreparador de arqueros de la AUF, reveló algunas situaciones en la interna de la Celeste. “Yo he escuchado al Maestro que siempre dijo que creía en las relaciones interpersonales, que un buen clima potenciaba a un mayor rendimiento y eso implicaba a todos. Ir al complejo en esas condiciones era un motivo de alegría, se pasaba bien, había responsabilidad, pero había alegría, todos se sentían parte”, iniciaba.

“Hoy lo que veo es que se ha descuidado un poco esa parte, no hay la misma sensación de respeto, no entre los funcionarios, sino desde la cabeza hacia abajo. Eso genera que la gente no esté contenta, y que vea que se hacen diferencias entre los funcionarios. Esas bases sólidas que se construyeron hace 15 años hoy no existen, hay una desmotivación general”, disparó.