A comienzos de agosto del año pasado, Blanco y Negro intentaba por todos los medios darle en el gusto a Gustavo Quinteros. El estratega había solicitado públicamente la incorporación de un nuevo delantero. Le había transmitido al directorio de la concesionaria que administra a Colo Colo que un referente de área era la última pieza que le faltaba para terminar de armar un plantel que fue consolidando en el camino, después de una traumática experiencia en la temporada anterior. El técnico albo estaba seguro de que con esa pieza, la opción de pelearle el título a la UC sería mucho más concreta. Y para alivianarle el trabajo a la dirigencia, estableció su prioridad con nombre y apellido: quería a Marcelo Moreno Martins.
La elección no era casual. Quinteros y el atacante habían coincidido en la selección de Bolivia, la misma que hoy tendrá al jugador como la principal amenaza para las escasas opciones que le quedan a la Roja para seguir optando a clasificarse al Mundial. El mismo que ha motivado a Martín Lasarte a ensayar un dispositivo defensivo destinado a mantener controlado al flamante refuerzo de Cerro Porteño a través de dos vías: asfixiarlo permanentemente con una marca que no le dé espacios, de lo que se encargarán los centrales, e impedir que desde las bandas surjan centros que le permitan aprovechar los 1,83 metros de estatura en el juego aéreo, tarea que les corresponderá a los laterales.
Las estadísticas aumentan el respeto: Moreno Martins es el goleador de las Eliminatorias sudamericanas, con nueve conquistas. Supera a nombres ilustres como Neymar (7), Lionel Messi (6) y Luis Suárez (5).
Martins es hoy la cabeza de su Selección. Lleva años siéndolo. “No se me pasa por la cabeza no ir al Mundial. Esa es la mentalidad que tengo, el objetivo que tengo en esta Eliminatorias. Hay momentos en que te puede ir muy bien en un partido, que te puede salir todo, pero muchas veces las cosas te pueden salir mal como en Venezuela”, dijo el altiplánico. “Tenemos todas las posibilidades para poder pelear esa ida al Mundial. Tenemos que hacer lo nuestro, tenemos que ganar. Tenemos que hacer de todo para ganarle a Chile”, complementó.
“Mostró la hilacha”
El pacto entre el Cacique y MMM estuvo virtualmente cerrado, al punto de que los hinchas albos ya empezaban a diseñar fórmulas que permitieran sacarle el mayor provecho posible. Lo mismo hacían, con seguridad, Gustavo Quinteros y sus colaboradores más estrechos. “Había un principio de acuerdo, palabras comprometidas de que este señor venía a Colo Colo”, confiesa a El Deportivo un miembro del directorio de la concesionaria. La operación había superado antes el filtro de la Comisión Fútbol presidida por Daniel Morón. En la mesa había reticencia, por el alto costo del ariete (quien en Brasil percibía 40 mil dólares mensuales, unos $ 32 millones) y por su edad, 34 años, que hacía prácticamente inviable pensar en una negociación futura. Finalmente, los mayores accionistas de ByN obviaron las diferencias y visaron la llegada. El arribo del atacante parecía inminente.
La forma en que en Macul se refieren a la principal figura de la selección altiplánica refleja plenamente el concepto que quedó de él en el Monumental. “No creo que si alguna vez se vuelve a levantar el nombre de Marcelo Moreno Martins como opción de refuerzo para Colo Colo sea bien acogido. Nunca más se tocó el tema, pero claramente no fue leal”, insiste la fuente. “Nadie puede negar que es un jugador destacado, pero al final mostró la hilacha. Cuando estaba todo listo, desistió. Fue poco serio”, estima.
El salvador
Moreno Martins se quedó en Brasil con un objetivo: evitar que Cruzeiro, considerado uno de los clubes grandes de ese país, extendiera el derrotero en el que estaba sumido y terminara cayendo a la Serie C, la tercera categoría de ese balompié. El 10 de agosto anunció su determinación final. “Me gustaría reafirmar el compromiso que tengo con la afición de Cruzeiro, con Cruzeiro y decir que me quedaré en el club. Hablé con el presidente, la directiva y el cuerpo técnico, y decidimos por mi permanencia. Sabemos que este es un momento en el que Cruzeiro está necesitando y seguiremos juntos”, expresó a través de un comunicado que fue emitido por las plataformas oficiales de La Raposa. Su aporte terminó siendo clave. En el mismo mes en que le dijo que no a los albos, anotó goles cruciales frente a Sampaio Correa y Confiança. Los de Belo Horizonte, finalmente, se salvaron.
En el Monumental, en cambio, se sintieron utilizados. “Capaz que nos usaron para mejorar su situación económica en Cruzeiro”, fue el mensaje que brotó desde el reducto albo para explicar el fracaso en las tratativas. La página se tuvo que dar vuelta por obligación. Después de nuevos intentos fallidos, al Cacique terminó llegando el venezolano Christian Santos, quien aún intenta justificar su llegada.