La polémica del partido entre Real Madrid y Bayern Múnich fue el penal no sancionado a los alemanes, por mano de Marcelo tras centro de Kimmich. El árbitro turco Cuneyt Cakir no vio pena máxima.
Luego del partido, el brasileño habló y reconoció que el balón dio en su mano. "La pelota sí pegó en mi mano. Yo creo que debería haber sido penal, pero yo hace mucho que no hablo de los árbitros. Ellos muchas veces han fallado contra nosotros y yo no puedo hablar ahora si no lo he hecho cuando ellos han fallado en contra de nosotros".
"Si te digo que la pelota no tocó en mi mano sería un mentiroso", añadió el lateral merengue.
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