Marcelo Ríos concedió una entrevista a ESPN, en la que hizo un repaso de su carrera en la antesala del duelo ante Álex Corretja en el Gran Arena Monticello. El Chino alabó al español a su manera. “Técnicamente era malísimo, pero corría y jugaba increíblemente bien. Era muy profesional”, declaró.
“La gente se da cuenta y no es tonta, trato de prepararme bien. Bajé 12 kilos y lo necesitaba. Con 100 kilos no podía jugar tenis. Lo tomo como algo entretenido, como un reto. Sí con 47 años ya me empieza a costar más y el cuerpo no me está dando. No soy el mismo (...). Mi cuerpo está carreteado”, contó sobre su proceso de preparación.
También se refirió a su reencantamiento con el deporte blanco. “Me encanta ver a Kyrgios, a Alcaraz, para qué hablar de Nadal. Cuando juegan los chilenos, me motiva. Lo empecé a agarrar de nuevo, quizás cuando empecé a entrenar al chino este (Juncheng Shang), o cuando estuve en la Copa Davis. Quedé cansado y saturado del tenis y no quise más”, sentenció.
Eso sí, criticó la monotonía del tenis. “Hablaba con Gumy y me tiró 50 tipos que jugaban bien, pero ahora hay tipos que son 20 y no los conozco. Federer me gusta como juega, muy inteligente en la cancha, es buenísimo, pero no es un Kyrgios. Lamentablemente el tenis siempre ha tenido muchas restricciones. Tú ves el hockey sobre hielo y se agarran a combos. Es un show, lo pasái la raja. En Wimbledon vestidos de blanco, parecen cualquier hueá; en mi época decías cualquier cosa y te multaban. El tenis es fome, nunca lo he encontrado entretenido. Era mi trabajo. Djokovic tampoco es un tipo entretenido en la cancha”, repasó.
En esa línea, continuó en sus halagos para el australiano: “Kyrgios dio vuelta el tenis. El tipo era 100 del mundo, y la cancha central está llena, porque el tipo atrae gente. Mi manera de ser también fue un poco errada. Yo llamaba mucho la atención por mi manera de ser el pelo largo, a la gente le cargaba verme tirando raquetas, pero había gente que le entretenía; que quería ir a ver show”.
El número uno
Ríos recordó su etapa como el mejor del mundo en 1998. “Haber sido número uno tiene más mérito que ganar un grand slam y si no pude ganar uno, por algo fue. Haber estado seis semanas como número uno, chileno, no con el porte de todos, me doy por pagado”, sostuvo.
“Ganar dos Super 9 seguidos a ese nivel y en cancha de cemento.... Ahora pienso cómo cresta lo hice. Son cosas poco creíbles y aparte quedar número uno, ganarle a Agassi, quitarle el número uno a Sampras...”, recordó.
Eso sí, lamentó cómo son visto los referentes en Chile. “La gente no valora a los ídolos, es envidiosa de la gente que le va bien”, expresó.
Los chilenos
Ríos entregó sus conceptos sobre los tenistas chilenos. El primero de ellos, Christian Garin. “Garin es un tipo extraño, no de mala manera. Vive su mundo y muere en su ley. Cuando juega bien le gana a cualquiera y cuando juega mal también pierde con cualquiera. Pensé que iba a ser top ten, pero le falta más actitud, creerse el cuento. Jarry se cree el cuento, mide 2 metros, sabe que está ahí. Debería estar metido 20 fácil con el saque que tiene. De los chilenos, es el tipo más profesional que existe. Dentro de la cancha y fuera de la cancha”, afirmó.
“Hablé con él y cuando jugó con Alcaraz. Yo le digo cosas y él escucha. Le gusta que le hablen y me cree las cosas que le digo. Él sabe que lo quiero ayudar”, destacó.
Al ser consultado por su sensación luego de que Nico ganara el ATP de Santiago, el zurdo dijo: “Me duele (risas), todos los chilenos ganaron el torneo. Me quedó una espina, aparte tampoco perdí con Sampras, sino que con tipos que después jugaba y les ganaba”.
Finalmente, se refirió a Alejandro Tabilo. “Era medio debilucho, pero tiene mucha facilidad para jugar. Es irregular también. Nunca pensé que se iba a meter 60, le falta ordenarse en la cancha, cómo manejar los tiempos, pero tiene golpes”, valoró.
Por último le dedicó a palabras a Juncheng Shang, su expupilo. “Es otra cultura, el sudamericano entrena y se saca la cresta, ellos son súper relajados. Aparte vive bien y tiene auspiciadores de todos lados. Yo no sabía por qué me habían echado, yo creo que aquí fue el encontrón que tuve con el papá. El chino dice que no tenía mala relación, pero cuando se meten los papás es imposible”, cerró.
¿Si volverá a dirigir? “Si me llama Federer, no le puedo decir que no, hasta le cuido la guagua”, respondió.