Ser el mejor del ATP no es para todos. Y entrenar a los que serán los mejores del mundo, tampoco. En el circuito tenístico muchos de los que alguna vez consiguieron posicionarse en la mejor ubicación del ranking hoy forman a los mejores tenistas del mundo o a los que lo serán dentro de poco.
El caso más emblemático es el de Rafael Nadal (4º). Entrenado por su compatriota Carlos Moyá, tras la salida de su tío Toni, el de Manacor se ha elevado como uno de los tenistas que ha marcado época en el circuito. El más ganador de Grand Slam con 22 títulos mayores en su palmarés, en los que 14 de ellos fueron en la tierra batida de Roland Garros, es una prueba de que, de algún modo, la gloria alguna vez conseguida por Moyá se traspasó a su pupilo.
Otro de los casos que en los que un coach le mostró el sendero del triunfo a su alumno fue Ivan Lendl con Andy Murray (52º). El veterano jugador británico, que hoy sigue en el circuito ATP, logró posicionarse como número uno del mundo en 2016. Lugar en el que estuvo por 44 semanas, siendo un respiro para el amplio dominio ejercido por Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic.
Con el entrenador checo nacionalizado estadounidense, y que fue también el mejor del mundo en 1983, perdiendo la cima solo en algunos momentos, hasta soltarla en 1990. Lendl se mantuvo 270 semanas en lo más alto y logró 94 títulos individuales en su carrera, alzando ocho grand slams.
Con Murray, el estratega quería hacer de él un ganador. Así, bajo su mando, el escocés encontró su mejor versión, consiguiendo, hasta ahora, 46 torneos individuales, siendo tres de estos majors.
Andre Agassi también se vio como entrenador, eligiendo como pupilo al búlgaro Grigor Dimitrov (21º). Luego de una carrera plagada de éxito que lo elevaron como uno de los tenistas que marcó época en el ATP, en la que ganó ocho torneos mayores y que lo vio como mejor del mundo durante 101 semanas, el estadounidense quería mostrar el sendero a su pupilo.
El Kid de Las Vegas llegó en un momento donde el tenista de 31 años quería recuperar el nivel que lo llevó a ser tercero del ranking mundial en 2017, ganando ocho títulos ATP, en los que destaca el trofeo de Masters 1000 de Cincinnati. Y si bien no logró regresar al top ten, su nivel sigue siendo competitivo.
Nicolás Massú, quien nunca fue número uno del mundo, se hizo cargo del destino de Dominic Thiem (346º). El doble medallista olímpico formó con el austriaco una relación en un contexto dominado Nadal, Federer y Djokovic, y en la que igualmente pudo llevarlo a ganar un Grand Slam en 2020, cuando se hizo con el US Open tras vencer a Alexander Zverev (2º). Además, lo llevó al número tres del planeta.
Ahí, el de Austria explicó que el gran fin de su vida como deportista era ese. “Es lo más alto que puedes lograr en el tenis. Dediqué toda mi vida a ganar un Grand Slam”, dijo en ese entonces. Un título que su coach, Nicolás Massú, nunca logró.
Los jóvenes que vienen
Y si de nueva sangre en el tenis se trata, lo que está forjando Juan Carlos Ferrero con Carlos Alcaraz (7º) ya está dando que hablar. Forjándolo como un especialista en arcilla, el coach ha convertido al joven español en toda una sensación del circuito.
Por ende, una de las misiones del entrenador español que fuera número uno del mundo en 2003 durante ocho semanas, es que su pupilo pueda ser el heredo de un incansable Rafael Nadal. De hecho, Carlitos ya ha dado que hablar en el circuito. Sumado a su gran ranking ATP, el tenista ya lleva dos títulos de Masters 1000, el de Miami y el de Madrid. Una carrera prominente de una joya que ya ha dado que hablar.
Este mismo ejemplo inspira a Marcelo Ríos, el mejor tenista chileno de todos los tiempos, quien está evaluando compartir su conocimiento y calidad tenística a una joya en formación, el chino Juncheng Shang. “Empezar de abajo y hacer lo que hizo Ferrero con Alcaraz es algo que me motiva”, afirmó el exnúmero uno del mundo, en entrevista con El Deportivo.
El oriental, de tan solo 17 años, fue número uno junior y ya ganó cuatro torneos profesionales. Así, ve en el chileno exnúmero uno del orbe como un referente para proyectar su carrera. Habrá que ver si el Chino acepta la propuesta y convierte al joven tenista chino en uno de los tenistas que dominen el panorama del ATP en los próximos años.