Marcos Núñez (7 de enero de 1961) se recupera de una cirugía en la cadera izquierda que le practicaron antes de que la pandemia se disparara en país. El dos veces campeón latinoamericano de tenis de mesa, medallista de Bronce en los Panamericanos de Caracas 1983 e Indianápolis 1987 y participante en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y Barcelona 1992, como jugador, y Atenas 2004, como técnico, intenta tomar con optimismo la situación. Ha estado en momentos peores, ya que supo imponerse a un cáncer de colon hace algunos años. “Eso ya está superado y pude cerrar un ciclo de lucha, esa experiencia no se la doy a nadie. Me operaron de urgencia y luego hice un año de quimioterapia y controles cada seis meses. Después cada un año, cada dos; luego me saqué el catéter y ahora me dijeron que volviera en cuatro años más”, relata sobre ese episodio.
Confinado en su hogar de Peñalolén, sigue con mucha atención lo que ocurre en La Pintana, su segunda casa, ya que desde 1999 ha estado vinculado al deporte de esa comuna, además de ser el entrenador de las selecciones juveniles del país tras mucho tiempo en las categorías adultas. “Llevo muchos años en la comuna y me siento bastante agradecido de la gente. Hemos sacado varias generaciones de deportistas y profesionales, les hemos dado una oportunidad a través del deporte”, afirma. Y si bien no puede estar presencialmente, a la distancia se ha encargado de colaborar. “Hice algunas gestiones con una amiga empresaria, Rocío Vicentini, quien donó una cantidad importante de mascarillas. La idea es seguir colaborando con un granito de arena”, señala.
La Pintana es una de las zonas que durante años ha debido convivir con incómodas etiquetas, que lentamente han ido removiéndose. “A la comuna la estigmatizaban demasiado y siempre se sacó lo negativo. Sin embargo, a través del deporte, La Pintana se ha destacado a todo nivel. Tenemos ramas de atletismo, de rugby, escuelas de alto rendimiento y ahora un polideportivo de primer nivel. Somos una de las pocas comunas que invierte tanto en deporte y eso se ha ido incrementando”, expresa.
Igualmente, hay muchas familias que lo están pasando muy mal y eso inquieta sobremanera a Núñez, especialmente en tiempos de confinamiento. “No es fácil para un jefe de hogar que de la noche a la mañana se encuentre sin trabajo y con la incertidumbre de no saber qué va a pasar. Es una angustia muy grande, que no te permite funcionar. No es que lo esté justificando, pero la gente explota. Las cuentas siguen llegando, hay gastos que tienen que hacerse. Entonces, nosotros tratamos de que la gente entienda que tiene que quedarse en la casa, pero yo sé que cuesta. Hay personas que tienen que salir sí o sí, porque tienen que darle de comer a su gente. Y hay que ponerse en los pantalones de ellos. Si no alcanza, hay que tratar de asegurarle a la gente que tenga lo básico para que pueda pasar el chaparrón. Se necesita algo más sólido”.
En estos tiempos en los que no siempre están los recursos, han ido creciendo las iniciativas para ayudar a las personas y eso se refleja también en la comuna del sur de la capital. “El pintanino que se encuentra en esta situación es muy solidario y siempre trata de ayudar. Yo te puedo asegurar que la gente que menos tiene es la más generosa”, sostiene.
Por otra parte, cree va a ser una tarea importante intentar atraer a los niños de vuelta al deporte y ese es un desafío para todos en la Corporación. Para Marcos Núñez, el mensaje es uno solo: “Hay que tener aguante, paciencia y ayudar al prójimo”.