María Fernanda Valdés: "Chile está creciendo, vamos por buen camino"

Era la gran esperanza chilena de la halterofilia femenina en los Juegos Sudamericanos, pero también la encargada de portar la bandera nacional en Bolivia, es decir, de representar a toda una delegación de deportistas. Y cumplió con nota en ambas facetas, pues apenas cuatro días después de encabezar el desfile de la ceremonia de inauguración y con un total olímpico de 250 kilogramos (110 en arranque y 140 en envión), la pesista coquimbana María Fernanda Valdés (26 años) fue la artífice de uno de los 26 oros del Team Chile en los Odesur.

¿Qué lugar ocupa esta medalla sudamericana en medio de todos los premios y reconocimientos obtenidos últimamente?

Es sobre todo un muy buen resultado. Y el resultado también de un trabajo constante, porque nosotros no hemos parado desde el Mundial. Creo que estamos trabajando bien y vamos progresando paso a paso para los Juegos Olímpicos. Cada experiencia vale, cada experiencia suma, entonces es una etapa más de la carrera que hemos realizado, aunque es cierto que el año pasado y este año están saliendo las cosas muy bien.

Una abanderada de oro

Sí...era complicado, la verdad. Nosotros tratábamos de no ponerle un precio, pero efectivamente había un poquito de nervios porque era la abanderada y tenía que obtener la medalla de oro.

¿Era una presión añadida?

Sí, pero no quería verlo y no quería que la gente lo viera como una presión, sino como algo interno mío. Pero yo estaba bien nerviosa porque sabía que no podía fallar, que tenía que ser oro, que no podía ser menos que eso. Pero por suerte salió todo bien.

No se equivocaron quienes la eligieron.

No, la verdad es que no.

¿Para qué está María Fernanda en los Juegos Olímpicos de Tokio?

No, no, eso todavía no. Para qué hablarlo si tenemos que ir primero por Lima (Juegos Panamericanos 2019). Vamos a trabajar primero pensando en eso y después ya tocará pensar en los Juegos Olímpicos.

¿Para qué cree que está entonces su compañero Arley?

Eso sí que no sé. Lo mío es lo mío y lo de él es lo de él.

Pero las marcas invitan a ilusionarse...

Bueno, la idea es trabajar para dar lo mejor en los Juegos Olímpicos, pero vamos paso a paso, como te digo. El año está recién empezando así que vamos por más.

Triunfos con muchísima autoridad por el oro y dos medallas más de bronce para el equipo. ¿Qué balance hace?

No, espectacular. Creo que fue muy bueno, ha sido uno de los mejores Juegos para nosotros como equipo, en lo colectivo, y sólo puedo estar contenta y satisfecha por el resultado de todos. Fueron unos Juegos muy lindos, además, la Villa estaba espectacular, mejor que las instalaciones de Río 2016, así que súper bien todo.

¿Qué papel ha jugado la federación en este éxito de la halterofilia chilena?

La Federación ha hecho un trabajo increíble. Creo que el gerente que tenemos es a todo trapo, como se dice en Chile, una persona que se la juega día a día por los deportistas. Después está el entrenador, el cuerpo técnico que tenemos, los chicos de los masajes, de kine, todos nos han apoyado de la mejor forma para poder conseguir este resultado, así que nos vamos muy contentos.

Los episodios de bullying que sufrió, las pintadas, todos esos malos tragos del pasado, ¿están ya olvidados?

Sí, eso ya fue, ya es viejo. Creo que todo el mundo aprendió y uno tiene que madurar. Eso ya forma parte del pasado. Pasé página hace rato y ya no hay ningún problema con eso.

Reino Unido ha sido hasta el momento el único país capaz de mejorar su medallero cuatro años después de ser anfitrión. ¿Chile será el siguiente?

Ojalá. Creo que el equipo chileno y todo lo que es la organización estamos trabajando para eso, para que eso ocurra, para aportar más medallas de las que se aportaron en Santiago. Pesas, por ejemplo, aportó ya cuatro medallas que en los Juegos pasados no tenía, no estaban (sólo se logró una plata), así que creo que se puede conseguir el objetivo.

¿Este resultado habla de un crecimiento del deporte chileno?

Sí, está creciendo y vamos por buen camino, pero hay que seguir trabajando. Uno no puede conformarse nunca con lo que tiene.