Mario Salas, a fondo: “El hincha de Colo Colo no me saluda mucho; es más el de la Católica”
El técnico de Huachipato muestra una personalidad que parece distinta. Analiza su turbulento paso como DT por Macul y las ingratas estaciones en Perú y Egipto. Resalta el afecto que aún le llega desde San Carlos. En Talcahuano vuelve a sonreír, incluso, por los éxitos del rugby, su otra pasión. Y se le nota.
Mario Salas (54) sonríe. Lo hace varias veces. También intercambia bromas y recuerdos. Es raro verlo así cuando aún está vigente la imagen de su turbulenta salida de Colo Colo y una personalidad más bien arisca. A él, en todo caso, le extraña esa percepción. “¿Por qué? ¿Era un ogro? Significa que estoy bien. Los estados de ánimo, sobre todo, en el fútbol, dependen de los resultados y de cómo se vayan dando las cosas en el momento actual. Hay mucho de presente en el fútbol. Y la verdad es que estamos en uno bueno. Pasamos por un período tormentoso a principios de esta segunda rueda. Estos dos últimos partidos nos han dado una inyección de confianza. También uno entiende que puede ser momentáneo, oscilante, pero tiene que tratar de disfrutar los buenos momentos. Tratar de vivir las cosas en forma intensa, porque uno no sabe qué puede pasar más adelante”, dice, en el inicio de un franco diálogo con La Tercera.
¿Huachipato es el lugar en el mundo para Mario Salas?
Nos ha ido bien. El 2014 fue un año lindo. Era mi tercer año como técnico y fue el primer club de Primera División. Ahora, uno relaciona la liguilla de promoción con el año pasado y la verdad es que fue en enero de este año. Este año también ha sido muy duro. Conseguimos quedarnos en Primera y estamos tratando de mantenernos y de escalar lo que más se pueda para pelear algo mucho más arriba, pero el momento también nos ha llevado a que nos enfoquemos en salir de los puestos de descenso.
¿Cómo fueron esos momentos, que además se juntan con la experiencia anterior en Alianza Lima, con el recuerdo de Colo Colo?
Cuando tomamos Huachipato era un fierro caliente. Y veníamos de dos experiencias, hasta tres con lo de Egipto, que uno lo deja un poquito al lado porque fue muy corto, que no fueron muy agradables en cuanto a resultados. Siento que nos ayudó mucho a solucionar algunas cosas y para poder intervenir en el momento de Huachipato. A mí me acusan de que soy demasiado positivo, pero yo siento que hasta las malas experiencias te sirven. Si analizas y reflexionas de lo que te pasó, en algún momento de la vida algo te sirve. O te hace más fuerte. Todas las oportunidades son bienvenidas. Yo creo que lo que pasó en Colo Colo o en Alianza nos fortaleció mucho más. Nos permitió saber dónde nos estaba apretando el zapato, también. Significa desarrollarse y crecer.
¿Y dónde le estaba apretando el zapato?
Yo creo que fundamentalmente en el tema de saber elegir bien los lugares a los cuáles uno va. Hay veces en que uno se deja llevar por las luces y por el brillo de la oportunidad y no analiza realmente o profundamente el lugar al cual va. Siento que si hay algo que aprendimos en esos pasos por Colo Colo y por Alianza Lima y, sobre todo, por Egipto, fue analizar aún más profundamente dónde uno va. No solamente lo superficial, el brillo, la punta del iceberg, sino también lo más profundo, lo que no se ve, que igual es importante.
¿Y en Colo Colo lo encandiló el brillo?
Colo Colo te encandila por sí mismo. Es un equipo en el cual cualquiera quiere dirigir y uno cree que las oportunidades no se van a presentar después y opta por aprovecharlas. Y hay momentos en que uno tiene que analizar aún más el lugar donde llega. Si hay una enseñanza que nos dejan Colo Colo, Alianza Lima y Wadi Degla es que tenemos que profundizar aún más en donde se va. No solo lo superficial. Si realmente están dadas las condiciones para que uno pueda ejercer no solo la idea futbolística, sino también la forma de actuar.
¿Se equivocó al elegir Colo Colo, entonces?
No soy de los que dice que no se arrepiente de nada, pero no me arrepiento de haber elegido a Colo Colo. Porque, más allá de lo que te decía, me entrega algo que para más adelante me sirve, conocí gente que fue grandiosa hasta hoy. Eso se valora. La gente que conoces, con la que te desarrollas, jugadores. Hubo un tema económico que, sin dudas, fue importante. Se ganó un título. No todo fue tan malo. No me arrepiento de esa decisión, pero creo que debería haberla tomado con más profundidad.
Dice que ir a Colo Colo es brillo por un lado y sombra por otro. ¿Qué sombras vio?
No. No dije sombras. Dije que hay brillo y que hay cosas que te seducen. Cuando voy a Colo Colo no veo nada malo. Es un club grande, el más grande del país. Que te seduce y que muchas veces puede ser un trampolín para cosas que quieres y que son superiores. Eso fue lo que me llamó la atención. No vi sombras. De repente, hay experiencias que son buenas y otras que no son las mejores, pero, te vuelvo a decir, soy una persona optimista, muy confiada, creyente, tengo mucha fe. Y, de alguna forma, creo que hasta las cosas que vivimos que no fueron tan buenas, fueron buenas.
¿Qué hubiese hecho distinto?
Nada, porque no era una situación solamente mía. Era una situación del club. Yo podría decir “pucha, debería haber pasado esto, esto otro o tales personas deberían haber actuado de otra forma”, pero no tengo injerencia sobre eso. Tampoco creo que haya actuado de mala forma frente a situaciones puntuales que se pudieron haber dado en algún momento. Y si bien a lo mejor en ese momento yo no era la persona indicada para Colo Colo, las decisiones que tomé siempre fueron bien pensadas, meditadas. No es que echaría pie atrás en algunas de las decisiones que tomé.
¿Fue muy alto el costo de haber dirigido a Colo Colo? ¿La valoración que recibe hoy es distinta a la de su época de jugador?
Puede ser. Los hinchas ven solo una parte: el resultado. En Colo Colo nos entregamos al ciento por ciento. Más allá de que los resultados fueran buenos o malos. Tratamos de lograr los objetivos que nos propusieron. En el primer año logramos lo que nos pidió la dirigencia: clasificar directo a la Copa Libertadores. Entendían que pelearle el campeonato a un equipo como Católica era muy difícil. Y ese año, incluso, ganamos la Copa Chile. Entonces, estuvimos más allá de lo que la dirigencia nos propuso. Y luego vino una serie de malos resultados que gatilló nuestra salida. De repente, la gente se queda con las cosas malas, que fue lo último, pero durante ese primer año en Colo Colo, con muchos problemas y también con un presupuesto muy distinto a los de antes y después, el equipo logró los objetivos. Por eso seguimos al año siguiente. Y logramos una Copa Chile a cuyas semifinales llegan los mejores equipos del año. Y le ganamos a Católica y la final, a la U. Fue una copa de alto nivel. Hubo cosas que sí fueron buenas y es necesario decirlas. Lo que pasa es que muchas veces la gente recalca lo que le conviene, lo que al periodismo lo mantiene a flote y lo que le da de comer.
¿Qué le dicen los hinchas de Colo Colo?
¿Sabes lo que pasa? Que el buena onda siempre te saluda. El que te va a decir cosas malas… Yo nunca he sentido un agravio por parte del hincha de Barnechea, de Católica o de Colo Colo. Siempre han sido cosas positivas. Ahora, sí tengo que decirte que el hincha de Colo Colo no me saluda mucho. Es más el de la Católica que el de Colo Colo.
¿Y existe ese hincha de Colo Colo que a una cuadra le grita cosas?
No.
Sí, puede ser, pero el hincha de Católica me saluda harto y me agradece mucho por el bicampeonato. Entienden que Católica venía con una sequía de títulos importante, seis años. En 2016 logramos el bicampeonato y de forma espectacular. También estaba el tema de ser segundos. Perdimos títulos increíbles. Veníamos con un mote de segundón. Y después ese equipo, esos jugadores rompen todos los prejuicios y sitúan a Católica en un sitial distinto. Eso se agradece, más allá de que 2017 no fue un buen año.
¿Dónde se siente más cómodo cuando va de visita: en Macul o en San Carlos?
En las dos partes he perdido, así que no me he sentido muy cómodo. No había ido al Monumental. A Católica fuimos el año pasado y fue muy grato. Se nos acercó mucha gente, de la dirigencia, los jugadores. En Colo Colo, la de utilería, los cancheros, con los que tenía muy buena relación. Ahora, cuando salimos a la cancha, la gente de Católica demostró una mayor gratitud que la de Colo Colo. Sin dudas.
La Roja, Berizzo y Castillo
Se ha iniciado el proceso de Berizzo. ¿Se puede rescatar a la Sub 20 de 2013?
Yo pensé, al igual que tú, que esa generación de Turquía en algún momento podía haber llegado más alto, pero se topa con esta Generación Dorada que obtiene títulos. Es el momento para que la generación de 2013 tome la batuta de la Selección actual y la que viene. Estoy pensando en jugadores como Pulgar, aunque no estuvo conmigo, Maripán, Lichnovsky, Baeza, Mora, Nicolás (Castillo), Diego Rubio. Todavía es tiempo para que puedan hacerse cargo de la Selección.
¿Cómo ve lo que ha pasado con Castillo?
Lo del Nico ha sido más bien por lesiones. Siento que lo que hizo en Católica, cuando estuvo con nosotros, fue fenomenal. Lo veo tan resiliente, tan fuerte en este momento, que no me atrevería a decir que fue, sino que puede ser. Lo veo con fortaleza. En un año más, cuando esté realmente bien, puede ser una parte importante de la Selección.
¿Es Berizzo el técnico ideal?
Sí. Me gusta Berizzo. Es un técnico que ya demostró su valía en Chile. A O’Higgins lo hizo un equipo dominante, que jugaba bien y que fue campeón. Y después, todo lo que ha hecho fue espectacular. Sus antecedentes le dan la autoridad para ser la persona indicada en esta reinvención de la Selección.
¿Aún le pica el bichito de la Roja?
Siempre será así. Es como cuando era jugador y lo único que quería era representar a Chile y jugar en Colo Colo y las dos las cumplí. Me gustaría. Sin ofrecerme ni nada. Es lo máximo.
¿Dirigiría a la U?
Es que no me gusta partir de supuestos. Puedo generar cosas que no corresponden. Aparte, en este momento, hay un técnico y merece todo mi respeto.
El rugby, la otra pasión
¿Disfrutó la clasificación de los Cóndores?
Fue increíble. Vi el partido. Todavía tengo muchos amigos ligados a la federación. No sé cómo se está trabajando, pero lo que está pasando con Selknam, con las selecciones, no solamente con la 15, sino con la Seven; con el rugby femenino y, en general, con todo el rugby, a mí me da cuenta que hay algo detrás. Hay una planificación, hay un proyecto, hay un plan estratégico detrás.
¿Qué se puede llevar del rugby al fútbol?
Mucho. Por ejemplo, esta cuestión del profesionalismo ciento por ciento que tienen, sin ser profesionales. Los valores que inculca el rugby. Hay un montón de cosas que el rugby tiene con el trabajo en equipo. En el rugby es muy importante el desarrollo de los liderazgos, que hace que muchas veces los capitanes estén a la altura de los entrenadores, que sean los baluartes de los equipos y los que los proyectan y hacen que logren este tipo de cosas, como esta clasificación al Mundial. Pero el fútbol también tiene un montón de cosas hermosas.
¿Aprueba o rechaza?
No voy a revelar mi opción, no corresponde, pero me encanta lo que está pasando. Que haya un proceso constituyente, me parece genial. Y que lo haya logrado la gente es aún mejor. Hace cinco años ni siquiera estábamos pensado en reformar la Constitución, en tener una nueva. Pensábamos que íbamos a morir con la vieja. Poder cambiar la Constitución, los deberes de los ciudadanos, establecer una columna vertebral que signifique un cambio radical en nuestras leyes, me parece genial, grandioso, y lo ganó el pueblo chileno y la gente. Ojalá que podamos entregarle a la gente una Constitución que nos permita tener un Chile mejor.
¿Era usted el de la foto en el estallido?
Estuve en la marcha del millón. Y también estuve en otra situación. Sí, me hice parte. Me hice parte como mucha gente, sin duda.
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