El ciclo de Mario Salas al mando del primer equipo de la Universidad Católica llegó a su fin. La escuadra cruzada remontó un 2-0 en contra ante Antofagasta y terminó ganando por 4-2, quitándole el sueño a los Pumas de clasificar a la Copa Sudamericana 2018.

"No necesito que mis jugadores me hagan regalos, o cenas u homenajes. Esto que hicieron en la cancha es el mejor homenaje que me pueden dar. Me quedo con lo hermoso que fue hoy. Por haberle dado estos últimos dos triunfos a la hinchada", manifestó Salas, y añadió: "Toda esta emoción me enceguece un poco en cuanto a hacer un análisis muy profundo y técnico. Para mí es realmente satisfactoria la entrega de los jugadores".

El Comandante solo tuvo palabras de elogio para sus dirigidos: "Este grupo de jugadores muestra la vergüenza deportiva, el profesionalismo y las ganas de ganar siempre".

Sobre el desarrollo del partido, el estratega recalcó la superioridad cruzada: "No era un partido para la diferencia de 2-0. El segundo tiempo marca un cambio radical. Cambiamos el sistema. La entrada de David Henríquez fue espectacular", y agregó: "Hubo una gran muestra de fútbol. Antofagasta no merecía quedar fuera de la Copa Sudamericana pero se encontró con un grupo de jugadores que quiso demostrar su fútbol.

"Me voy muy contento y con el ánimo y la alegría a flor de piel, porque no hay mayor emoción y entrega que el esfuerzo y sudor de estos jugadores en el campo de juego", expresó.

Finalmente, el técnico reflexionó sobre este último tramo al mando del equipo: "Este campeonato, para nosotros como cuerpo técnico, tiene que ser un punto de inflexión y de madurez. Creo que ha sido magnífico todo esto que hemos vivido. Agradezco a todos los jugadores por lo que han dado".