Es común que los técnicos esquiven el bulto cuando se les pregunta por la presión que genera una mala racha, pero lo de Mario Salas ayer en el Monumental fue un poco más allá. Sorprendió a los presentes y a quien escuchó o leyó sus palabras, de cara al choque de este domingo con Universidad Católica y con dos derrotas consecutivas a cuesta.
Sin dudarlo, el entrenador del Cacique aseguró que no percibe ningún tipo de reproche en su contra. No solo eso, recalcó que todo su trabajo en la escuadra popular marcha a la perfección: "Estamos haciendo las cosas bien, podemos mejorar, y hay que mejorar los resultados. No me siento para nada cuestionado. Yo soy parte de un proceso y de un proyecto. Este ha andando a las mil maravillas", aseveró el Comandante, quien debido a los últimos resultados se juega mucho más que tres puntos frente al líder del campeonato local.
La pasada caída ante Audax Italiano en el Nacional (2-1) generó preocupación y molestia en la dirigencia de Blanco y Negro. En la esfera principal del club quieren una explicación por los reveses y también por el desfile de lesionados que ha tenido Colo Colo en enero. Ocho en total, sin contar Matías Zaldivia, quien se cortó ligamentos en 2019. Y Salas, una vez más, no asume ninguna responsabilidad: "De los seis lesionados (dos ya se recuperaron), dos son musculares. Los otros cuatro han sido por contusiones o por situaciones como la de Esteban (Paredes). Estas lesiones musculares son las que de alguna forma se pueden predecir. Las otras la verdad que son fortuitas o accidentales. No tengo mucha preocupación frente a esto, hemos mejorado en cuanto a eso con respecto al año pasado. No es como para desesperarse".
Salas descartó distancias con el camarín, aunque sí reconoció que dirige a jugadores "empoderados".