Martín Palermo: "No soy argentino versero, hablo lo justo y preciso"
Lejano a la prensa desde que firmó en el club de Independencia, el técnico se presta para analizar todas sus etapas en Chile. Su estilo directo marca pauta entre sus dirigidos, a quienes cuestionó públicamente tras el pobre arranque en la Copa Sudamericana. El Titán habla de todo.
Martín Palermo (44 años) parece llevar toda una vida en Unión Española. Se pasea con confianza por los pasillos del estadio Santa Laura, regalando minutos y conversaciones, que a la distancia parecen interesantes. La práctica terminó hace más de media hora, y algunos futbolistas del plantel realizan ejercicios en el gimnasio, con la música de Romeo Santos de fondo. El Titán gesticula y mueve las manos frente a Francisco Ceresuela, presidente hispano. El diálogo dura cerca de quince minutos. Termina con un fuerte apretón de manos.
La cabeza del cuadro hispano pide tiempo para atender a El Deportivo. Se cambia su vestimenta. Quiere la polera roja, la clásica del club que hoy defiende desde la banca. Está de buen ánimo. Se ríe al momento de tomarse las fotografías e incluso recuerda cuando tuvo que vestirse de mujer para una sesión que realizó en Boca Juniors, en su condición de futbolista ídolo: "Antes uno se prestaba para todo", dice.
¿Este es el arranque de torneo que se esperaba?
No está mal considerando que es un torneo largo, pero sí es cierto que uno pretendía una mayor cantidad de puntos. No es malo, te repito, porque aún no hemos perdido. Está claro que tenemos que seguir mejorando.
¿Se relajaron después de la victoria ante la U?
No, no creo. Yo fui muy claro a la hora de manifestarle a mis jugadores que más allá del triunfo, era el primer partido del campeonato y debíamos mejorar mucho más en lo que es la regularidad del juego, en sostener por 90 minutos una propuesta más influyente. Eso sí, por el rival y por ser el primer partido, te genera muy buenas sensaciones, pero no hay que quedarse sólo con esas sensaciones.
Ante Sport Huancayo, por la Sudamericana, se vieron mal.
Sí, pero no hay que subestimar al rival ni lo que es jugar una Copa. El planteo que nos propuso Huancayo, en todo momento, contrarrestó nuestras posibilidades de juego. Eso no significa que lo hiciéramos tan mal, sino que también hay que destacar que el rival lo hizo bien. Los partidos de Copa son así. Uno tampoco puede proponer lo mismo que realiza en el campeonato y más como es el fútbol chileno, que por momentos se arriesga demasiado. No siempre se puede jugar de esa forma, más allá que uno siempre quiera ser protagonista en el campeonato o en una competencia internacional. Hay que saber jugar los partidos.
Usted terminó muy molesto.
Sí, porque uno pretende una mayor participación en el juego. Debemos recuperar niveles individuales que sabemos que nos pueden dar mucho más. No hubo buenos rendimientos y es donde estoy haciendo mayor hincapié.
También criticó públicamente a jugadores como Gómez y González. ¿No teme una rebelión en el camarín?
No, porque también se los digo personalmente. Lo que busco con eso es encontrar esa rebeldía que debe haber dentro de los planteles que quieren ser competitivos. No se tienen por qué molestar si se los digo durante la semana. El jugador es el primero que se da cuenta de que hizo un mal partido. Los jugadores saben cómo soy yo, llevo 18 meses acá, soy un tipo frontal con ellos.
¿No le preocupan las fallas que ha tenido Diego Sánchez?
Diego, hasta la octava fecha del semestre pasado, decíamos que andaba excelente. Tuvo atajadas muy buenas que nos ayudaron a ganar partidos. Cuando llegamos, la dirigencia nos propuso que recuperáramos el mejor nivel de Diego, el Diego de Selección. Creo que lo fuimos logrando. Cada semestre ha tenido una participación buena, pero como es en el caso de los arqueros: cuando tienen sus errores son más notorios y más influyentes en el resultado. Cuando esos errores implican un resultado negativo, se sienten más culpables.
¿Y su condición física?
En lo que es la contextura física, debe tratar de estar mejor, así como Cristián Guerra (portero suplente) debe estar en esa misma condición para que Diego no se sienta seguro en el puesto. Cuando Guerra logre eso, Diego se exigirá mucho más.
¿Quedó conforme con el plantel que le armaron?
Sí, uno lo que busca es experiencia en los equipos y a nosotros, a veces, nos han faltado esos jugadores con madurez. En lo que hoy es la zona media, donde pasa mucho el fútbol, tenemos mucha juventud: Aránguiz, Galdames, Méndez, entre otros. Los más próximos son 25 y 26 años, que son Dávila, Carrera, Gallucci... Para afrontar determinados partidos de nivel alto se necesitan jugadores de experiencia.
Ese jugador con experiencia era Canales ¿Intentó convencerlo para que siguiera?
Es un tema muy delicado cuando el retiro pasa por la condición física. Si hubiese sido por otro tema, hubiese tratado de convencerlo. Pero ya cuando uno ve lo que le cuesta al jugador semana a semana entrenarse a la par de sus compañeros, llegar en la mejor condición para el día del partido, es difícil. Se exigía demasiado y eso hace que el jugador, a una determinada edad, se sature. Es muy parecido a lo que me ocurrió a mí en los últimos seis meses que jugué con la rodilla inflamada. Él decidió retirarse antes de que el fútbol lo retirara a él.
¿Cómo quiere que juegue su equipo?
Quiero que mi equipo sea ordenado, que es lo que siempre recalco. La solidez defensiva tiene que ser prioridad para después darle la libertad a jugadores con características de juego diferente. Así, después la parte ofensiva desnivela y marca diferencias. Después, como entrenador, me lleva a trabajar en lo colectivo para que el equipo funcione, sino estaríamos hablando de que el fútbol es un deporte individual. Busco siempre funcionamiento, priorizando que los niveles individuales sean altos.
¿Le cae el rótulo de técnico "ratón"?
Mi experiencia me lleva a haber estado en varios equipos grandes y más allá de tener que ser protagonista y tener que salir a buscar los partidos, no nos daba vergüenza tener que defender o yo como delantero ser el primero en bajar para cuidar un resultado. Y eso no nos hacía defensivos. La propuesta es en relación a los jugadores que uno pone en el campo. Si pongo cinco defensores que realmente son dos laterales y tres centrales, pones cuatro volantes de marca, que sean volantes centrales, y no tengan juego, claramente vas a ver un equipo en el que nadie va a generar juego. Lo único que vas a pretender es esperar una pelota parada para marcar diferencias. En lo que vemos de Unión Española, exceptuando la línea defensiva y algún volante central de doble marca, ves a puros jugadores en la parte ofensiva que les gusta jugar. Lo que sí, hay que complementarse para mostrar un juego más vistoso, que es por lo que se caracteriza el fútbol chileno. Pero, dime: ¿Cuál es el modelo a seguir en el fútbol chileno? No es que no me guste cómo juegan, pero no hay un equipo, en los tres campeonatos que he estado, que haya marcado una diferencia en juego o en la cantidad de puntos que haya sacado.
¿Le molesta los que sólo validan el estilo de juego de Bielsa?
Son maneras de jugar. No significa que no acepte y me guste algunas maneras de jugar o de trabajar de Bielsa. En el modelo chileno esa manera de jugar llevó a la Selección chilena a lo más alto. He tenido a Bielsa como técnico y hay cosas que valoro y las tengo incorporadas en mi modo de ser. Hay otras cosas que no las comparto. Cada uno ve el fútbol a su manera.
¿Prefiere el resultado por sobre la forma?
Es muy relativo. Cuanto uno mejor juegue, tendrá muchas más posibilidades de ganar el partido. Jugando mal, como hablábamos de si es defensivo o no, puedes meter una pelota y ganar el partido. Pero esas no son las maneras y las formas que te van a llevar a que puedas mantener esos resultados. Siempre hay que proponer jugar bien y tener un mayor protagonismo.
¿Cuánto tiempo más estará en Chile?
No soy de proyectarme mucho, más allá de que uno quiere seguir creciendo y teniendo oportunidades. Vivo siempre el momento, a que las cosas vayan bien. Este año y medio en el fútbol chileno me ha servido para ir madurando en la profesión como entrenador, me ha hecho crecer muchísimo y seguir aprendiendo muchas cosas.
¿Tuvo ofertas para partir?
No, mi nombre estuvo dando vueltas en uno que otro equipo. Pero en sí no tuve ninguna charla ni acercamiento porque siempre fui respetuoso, porque tenía un contrato vigente con Unión Española. Mantenemos el compromiso que asumimos desde el primer día desde que llegamos, también con Jorge Segovia, con el cuál siempre estaré agradecido.
¿Es lento el fútbol chileno?
No.
Brian Fernández, delantero de La Calera, dijo que el fútbol chileno era inferior al argentino.
Pero no significa que sea lento. El fútbol acá es muy dinámico y por eso a veces se ven partidos tan abiertos, con tantas situaciones de gol. Quizás eso lo hace para él menos competitivo. En Argentina se exige tanto el resultado, que el juego se hace muy estructurado. Esa exigencia de resultados lleva a los entrenadores a tener otros planteos de juego. Ahí hay muchos menos espacios. Es exigente, pero creo que después viene lo que le cuesta al fútbol chileno.
¿Se refiere a los torneos internacionales?
Sí. En campeonatos internacionales le está costando mucho en los últimos años y hay que buscar el por qué. Creo que va en relación a que hay que ser consciente de que una copa internacional no es lo mismo que el fútbol local. También por un tema de presupuesto, de planteles.
¿Se imagina a un equipo chileno ganando la Libertadores en el corto plazo?
Creo que planteles tienen, pero no puedo opinar de qué manera deben ir a jugar cada partido.
¿Le llama la atención los malos resultados de los equipos chilenos?
Es difícil porque uno siempre va en relación al momento en el que está la Selección. Más allá de esta circunstancia de no ir al Mundial, pero anterior a eso estaba la etapa dorada de este ciclo de jugadores que le ha dado mucho al fútbol chileno. Falta que los equipos chilenos estén a la altura de la Selección.
¿Qué le parece la gran cantidad de técnicos argentinos en Chile?
Se da lugar a recurrir a entrenadores argentinos porque en la Selección han habido exponentes como Bielsa, Sampaoli y Pizzi, que lo han hecho muy bien. Los clubes y las dirigencias confían en los entrenadores argentinos y por eso nos dan la posibilidad de venir a trabajar acá. Eso no significa que los entrenadores chilenos no estén capacitados. Eso deben preguntárselo a los dirigentes. Ellos tienen que explicar por qué es tan pretendido el técnico argentino.
¿Son verseros los DT argentinos?
En mi caso, no. Yo hablo lo justo y lo preciso. No me gusta hablar mucho, porque uno puede confundir. Cada uno será cómo es. Algunos serán más de hablar y mostrar su trabajo en palabras. Quizás no tengo yo eso. Quizás con los años podré cambiar y podré cambiar con mi forma de hablar. Pero no es mi forma, ni tampoco mi manera de ver el fútbol. Los hechos son como uno ve el fútbol. Se contrata por capacidad.
Incluso en el éxito se les cuestiona. A Guede se le acusó de traer refuerzos de su representante. ¿Cómo maneja usted ese tema?
Me genera incomodidad proponerle a la dirigencia un jugador que sea de mi representante (Gustavo Goñi). Hoy por hoy, de los que tenemos dentro del plantel, Gallucci y Otero son de mi representante. El semestre pasado fue Diego Sosa. Si yo considero que es un jugador que me va a aportar y es necesario, se lo voy a proponer al club. Si no, evito eso. Uno no tiene que andar diciéndolo, pero en relación al conocimiento de cómo uno se maneja con el dirigente del momento, otro dirigente del futuro consultará para saber cómo uno se desenvuelve en esto. Acá nos conocemos todos.
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